martes, 12 de mayo de 2015

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, ¡EN EL PURO CARAPACHO!, VENTANA DE PAPEL, PROTESTAMOS, MAMADULCE, ADEFESIOS QUE EMBROLLAN,

Por todas partes se cuelan encendidos discursos enarbolados por el concepto de “patria” sin aclararse su alcance, contenido e implicaciones.
¡EN EL PURO CARAPACHO!

¿Qué no decir del término “patria”? Mas, cuando lejos de toda noción que explique su significado en el plano de lo jurídico, histórico y emotivo que puede sentirse por la tierra natal o adoptiva ordenada como nación, desde los cenáculos del poder se incitan situaciones que maltratan al otro Solamente, por el hecho de exigir vivir apegados a los derechos fundamentales. Sobre todo, al dar cuenta que estos exhortan el sentido de ciudadanía. O más aún, la condición de ciudadano que debe imperar en medio de toda consideración que exalte el concepto de “patria”. El problema es que su acepción se desvió de la dirección que inspiró luchas que, en otrora, reivindicaron ideologías democráticas.

Con el tiempo, el concepto de “patria” se vio revolucionado por causa de la dinámica que le imprimió la política emergente del llamado siglo de las luces, bajo la influencia del pensamiento ilustrado que signó el siglo XVIII. Pareció haberse entendido el concepto de Voltaire quien en su Diccionario Filosófico, señaló que “se tiene una patria bajo un buen rey, no bajo uno malo”. O “donde uno está seguro de su fortuna y de su vida”.

De alguna forma, comenzó a fraguarse que la patria no era la tierra natal de los ancestros. Que comprendía las instituciones, las leyes y costumbres. Se admitió que no hay patria sin ciudadanos, sin libertad. Se arraigó aquel sentimiento de que se ama a la patria de la que se es ciudadano y en la que se pueden decidir sus leyes. Ya lo había indicado Montesquieu que “bajo el despotismo no hay patria, otras cosas la suplen, el interés, la gloria, los servicios al príncipe”. Es decir, que se tuviera por patria un ámbito impregnado de valores morales. Particularmente, en el terreno de los derechos humanos.

Sin embargo, tan profusos ideales tuvieron dificultades en cuanto a su manejo político. Su concepción tendió a excluir a las clases trabajadoras, campesinos sin tierra y obreros. De hecho, Marx y Engels, en el Manifiesto Comunista (1848), apuntaron que “los obreros no tienen patria”. Esa denuncia revelaba la exclusión que padecían las mayorías y las exigencias del acceso de las clases trabajadoras a la ciudadanía. No obstante, el tiempo no ha sido lo suficientemente condescendiente. Luego de casi dos siglos, estos problemas siguen padeciéndose.

En la actualidad, el término “patria” continúa sirviendo para obnubilar condiciones asediadas por el populismo demagógico. Éste ocupa casi todo el entorno de la semántica y la dialéctica empleada por la politiquería para emprender acciones que, al emocionar como parte del discurso político, deforma el pensamiento que sustenta afectos, lealtades y expectativas. Sólo su mención, causa retracción y hasta encogimiento que moldea en el iluso o furibundo una conducta cuyo nivel de manipulación es capaz de forjar mitos peligrosamente traumáticos en lo político, social y en lo cultural. De ahí su capacidad superior para despertar el poder de la emoción y la pasión, por encima de la razón. Pero también, de ahí su fuerza para articular mentiras que son, en lo mundano, instrumentos de perversión de los cuales se vale el dirigente político de ocasión para infundir el patriotismo que su aberrada causa necesita para espesar su poder.

En Venezuela, esta práctica le ha sido útil al régimen para que, con base en sus mediáticas proyecciones (de fracasos), haya podido enquistarse en el poder. Aunque sin la legitimidad que corresponde tanto al momento, como al propósito o intención aludida por el mismo gobierno. Por todas partes se cuelan encendidos discursos enarbolados por el concepto de “patria” sin aclararse su alcance, contenido e implicaciones. Actos públicos, ceremonias de honor, ritos solemnes y cultos al recuerdo del héroe de fustigadora mirada, se organizan por doquier impulsados por esa orgullosa y arbitraria discriminación montada en el término “patria” convencionalismo éste al que apela la disfrazada doctrina revolucionaria.

El régimen no tiene la menor idea que las circunstancias dominantes, llevaron a que el término “patria” fuese golpeado por la conciencia egoísta de quienes se han opuesto al desarrollo de la nación. Para mayor desgracia, tan retorcida realidad igualmente ha servido para frenar la conciencia del venezolano cuyo sentimiento democrático descansa en el sentido de ciudadanía, de libertad y de derechos. Así se tiene que la manoseada noción de “patria”, usurpada por el régimen a los fines de sus intereses socialistas, no sólo es la confirmación casi ingenua de la pérdida de individualidad en beneficio de una propuesta de poder alevosamente elaborada con la exclusiva intencionalidad de imponerse a la fuerza sobre el resto de la sociedad. Para ello, se han valido de términos que fácilmente conmueven susceptibilidades al incitar emociones y sentimientos. Pero estos gobernantes no se han percatado que al concepto de “patria”, lo dejaron hueco, pelado. Es decir, en el puro carapacho.

VENTANA DE PAPEL

¡PROTESTAMOS!

Verdaderamente, que el régimen no ha sabido manejar la crisis política y económica que su ineptitud generó desde casi entrado el siglo XXI. Muy a pesar de la apuesta que lanzó el equipo de gobernantes militares, convencidos del cuento de armar un gobierno de factura socialista y revolucionaria. Aunque decían que su proyecto respondía al ideario bolivariano. Pero sólo sirvió para engañar incautos. También, para captar tontos útiles, maliciosos y ávidos facinerosos necesarios a la hora de emprender la tarea de arruinar al país.

Por esa causa, la población que votó a favor de tan infortunada fórmula electorera, está hoy decepcionada. Y quienes adversaron tal propuesta, con mucha más razón. Actualmente, ese rechazo se ha generalizado en virtud del grado de desastre al que llevaron al país de manera tan rápida. Las universidades no escaparon de tan indigno maltrato. Luego de distintas protestas por tan reiterativo motivo, los universitarios vuelven a las calles a elevar su molestia “por un salario justo que permita vivir con dignidad (…) Por el incumplimiento de los derechos laborales de los universitarios (…) Por la crisis presupuestaria que enfrenta la comunidad universitaria (…) Por el desabastecimiento de los productos de la cesta básica y los medicamentos (…) Por la escasez y las largas colas para la adquisición de productos de primera necesidad (…) Por la inseguridad pública”.

Por eso los profesores universitarios, al lado de los empleados profesionales, trabajadores asociados en los diferentes sindicatos universitarios y movimientos estudiantiles, configuraron la Intergremial Universitaria en toda Venezuela para así seguir expresando el malestar por tantos y humillantes desprecios demostrado a través de afrentosas decisiones tomada en contra de la universidad autónoma venezolana. Por eso y muchas otras razones vinculadas con la educación del venezolano, ¡PROTESTAMOS!

UNA DULCE MADRE A QUIEN LLAMAN: MAMADULCE

Agradecer cualquier atención, cariño o entrega al ser que ha consagrado la vida de otro ser, pudiera ser una actitud propia de quien sabe reconocer el tamaño de tan gratificantes momentos. Pero agradecer a la mujer el regalo de la vida, no es un asunto de fácil hechura. A pesar de que para el mundo de las formalidades existe un día dedicado a la madre, es insuficiente si acaso ello se ve a través de la gratitud entendida como el valor que mejor expresa la cualidad a partir de la cual toda persona se crece en espiritualidad, bondad y generosidad.

Todos los días deberían dedicarse a agradecer la vida. Pero también a la vida, por permitirle a cada quien el significado glorioso de nacer. Pero sobre todo, agradecer a la mujer que alumbró el camino biológico para dar vida a la vida. Tan trascendental es su función que un anónimo escribió “Como Dios no podía estar en todas partes a la vez, creó a las madres”. De esa forma, no resulta muy difícil comprender que madre es aquella mujer que viendo a su hijo sin poder caminar, lo cargaría en sus brazos. O que si no pudiera respirar, le daría hasta su último aliento.

El eximio poeta Andrés Eloy Blanco, escribió de su madre

“...ella es el único rito que no cambia con las distintas religiones; la única Embajadora de la Suprema Abnegación; la imagen y forma unigénita de santidad; y desde el Paraíso hasta hoy, a través de la sangre y de las ruinas, el único surco que no ha dejado de dar flores”.

Sin que la poesía sea la única manera de exaltar la virtud de madre, salta al papel la emoción de volcar en cada palabra el sentimiento que se forja en todo hijo al reconocer en su madre la mujer que siempre estará ahí para levantarlo de tropiezos y caídas. Porque así como lo expresara Guillermo Muñoz, “cuando no se tiene donde acudir, ahí estarán los brazos de la madre siempre abiertos para recibir a su hijo”, también lo siente todo hijo que comprensa el sentimiento maternal. Que este exordio vaya como brizna al viento hasta que llegue a las manos de una dulce madre a quien llaman: MamáDulce.

ADEFESIOS QUE EMBROLLAN

En los actuales momentos en Venezuela se está discutiendo un proyecto de ley sobre “conocimiento libre”. En medio de ello, luce necesario detenerse por cuanto tan ilusa intención encierra estupideces que son necesarias revelar para entender a fondo el asunto y así aclarar el carácter oscuro que demolería el principio de la construcción del conocimiento como creación individual o colectiva. Pero que responde a derechos inalienables como el de propiedad intelectual, derechos morales y patrimoniales de autores, creadores e inventores.

Este problema estaría situando al país como bastión del autoritarismo de aprobarse una normativa que atropelle valores y fundamentos sobre los cuales descansa la libertad más importante, aparte de la que enaltece la vida. Y es la de expresión del pensamiento e ideas por cuanto de su esencia se erige la creatividad como fuerza propia para exponer lo que a bien puede estructurar la mente humana.

El conocimiento es ciertamente liberador. Pero de ahí a dejar ser manoseado por cualquiera, mediante argucias  gubernamentales, es una grotesca diferencia que apunta a confinar libertades. Al final, son crudos y perversos adefesios que embrollan.

“Cuando se gobierna a desdén de valores morales, los símbolos patrios se convierten en camándulas de uso vulgarmente populista para provecho de intereses demagógicos”

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD, NACIONALES, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, INTERNACIONAL, ALEMANIA, ESTADOS UNIDOS, ESPAÑA, COLOMBIA, ARGENTINA,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.