La hora de las caretas,
del cinismo y la mentira, la hora de los socialistas más turbios y falsos de la
historia de nuestro continente, conduciendo los destinos de nuestros países por
una carretera sin salida, un cul de sac,
donde prevalece la vanidad, el culto a la personalidad, la crueldad y los
intereses más oscuros.
Unos países que se han
levantado de sus pasados de miseria, gracias al capitalismo y a los EEUU, han
decidió poner en el asador a mi país, a Venezuela, o lo que queda de él, para
seguir canibalizándolo, defendiendo al gobierno chavista que les ofrece ávido
jugosas y ensangrentadas tajadas de lo que una vez fueron los haberes de un
pueblo bueno y libertario, aprovechando el sacrificio para decirle al gobierno
norteamericano que no se meta con ellos, que son soberanos y, por lo tanto,
pueden hacer lo que les da la gana… es un rito salvaje de independencia.
No es el caso hablar de
lástima o compasión ante un país vecino que cae en las garras de la dictadura
socialista bolivariana, un nuevo disfraz para el castrocomunismo decimonónico,
el mismo que quiso convertir a Latinoamérica en mil Vietnams contra el país del
norte, y que ahora pretende convertirla en mil Cubas.
Los demócratas del
mundo estamos a la expectativa de cómo el presidente Obama elude la trampa que
le han montado en Panamá, en el VII Cumbre de las Américas, las fuerzas más
retrógradas de Latinoamérica. Los dos violadores más conspicuos de la Carta
Interamericana Democrática tienen preparado un gran evento mediático en el que
piensan poner al gobierno de los EEUU “en su lugar”
Este era un problema
que se veía venir: el gobierno norteamericano, una vez que Chávez se instaló en
el poder, prefirió dejar a la región en manos de Brasil como árbitro y garante
de los principios democráticos y le dio
la espalda para dedicarse a asuntos más urgentes para su estrategia geopolítica,
que reclamaba su atención en Asia, y en los graves problemas del Medio Oriente.
Dieciséis años después se
encuentra con una Latinoamericana envenenada de resentimiento, corrupta hasta
los tuétanos, pragmática en el peor sentido posible, con una política externa
llena de hipocresía y prepotencia, el presidente Lula resultó ser un promotor
del imperio socialista que proclamaba Chávez para los países del sur.
Tiempo suficiente para
que el populismo y las tiranías cobijaran en su seno a las fuerzas radicales
del mundo, que ahora buscan refugio fuera de Europa, al narcotráfico que se
hizo indispensable para los movimientos subversivos, a la corrupción que traían
los intereses de las mafias que se ejercitaban para sus vuelos globales, los
dineros y escuelas del terrorismo islámico que buscaban santuario para sanar
sus heridas, los enconos anti imperialistas de todos los enemigos de USA y que
tenían en el socialismo un vinculo común.
Porque fue el
castrocomunismo, ese veneno que le inyectó Fidel al subcontinente y que lo hizo
adicto a esa versión de que USA era el culpable de todo los males, ésa prédica se
apoderó del campo socialista y lo hizo su credo, y cuando el socialismo triunfó
en elecciones libres en gran parte de los países de la región, empezó el
desmontaje de las instituciones democráticas por medio de procesos
constituyentes, de reformas a la ley, permitiendo las reelecciones, acorralando
a la libertad de expresión y controlando los organismos electorales.
El presidente Obama, en
una arriesgada jugada política, se sentará en Panamá a la mesa de los Castro
para levantarles la mano como nuevos participantes en el concierto hemisférico
de naciones y destacar las nuevas relaciones entre ambos países; teniendo a
Fidel de salida, a Raúl afianzando su liderazgo y a Cuba en las puertas de una
crisis económico-social, el gobierno de Obama cree poder domesticar a su
antiguo enemigo.
Cuba logró su cometido
largamente esperado y trabajado, Venezuela cayó bajo su influencia política y
pudo sortearse económicamente parasitando de sus recursos petroleros, con los
dictadores Chávez y Maduro logró extender sus influencias a todo el continente
y conseguir apoyoy simpatías mundiales, pero sobrevenida la crisis petrolera y
el derrumbe de la economía venezolana, no le quedó más remedio sino asegurarse
la ayuda norteamericana a cambio de su manejo político en el área, y esta
Cumbre de las Américas será la vitrina donde exhibirá su influencia ante el
presidente Obama, para venderse lo más caro posible.
Veremos a un Raúl
Castro, crecido y con alardes de amo del patio, que tiene entre sus cartas las
conversaciones de paz entre gobierno y guerrilla Colombiana, sostiene en sus
manos la correa que mantiene a Nicolás Maduro, a punto de convertirse en el Idi
Amín de Latinoamérica, a raya, mantiene a Nicaragua aguantada para que no
exploten conflictos limítrofes en Centro América y Colombia, todavía detenta
cierto control en el Brasil, por medio de Vilma Russef y sus contactos en el
Foro de Sao Paulo, que podría aumentar las tensiones laborales en ese país.
Mantiene integra su
influencia sobre el gobierno de Cristina de Kischner y su base peronista; a
Chile, Uruguay y Paraguay los tiene apagando las candelas de desordenes
sociales y protestas con las organizaciones estudiantiles y sindicatos; en
México tiene a sus socios de los carteles de la droga negociando su participación
en el gobierno de ese país; el Caribe se encuentra casi en su totalidad
infiltrado por los intereses y la inteligencia cubana… en fin, Raúl se va a
sentar a la mesa a jugar con una mano cargada, que incluye a los organismos
regionales como la OEA, El Alba, Unasur, Mercosur, el CELAC, Caricom, todos sobornados
por el socialismo bolivariano.
¿Y qué trae Obama?
Para muchos analistas,
Obama lo único que quiere es que las bases de un tratado con Cuba sean parte de
su legado histórico como presidente de su país; la decepción que han dejado
traslucir los voceros del Departamento de Estado con el compromiso democrático
de los gobiernos de la región es no sólo patético, sino muy real, hay un
retroceso notable en la catadura moral de los gobernantes que han debilitado la
fibra democrática, Latinoamérica resbala poco a poco hacia el desorden y el
caos y los enemigos de los EEUU están tratando de aprovechar la situación.
Quizás por esto es que Cuba
piensa que los EEUU están dispuesto a pagar el precio que Raúl quiere por una Pax Cubana en el continente, lo que
significaría mucho más populismo, socialismo bolivariano, dictaduras de
izquierda y una ruina acelerada de la región (Raúl le venderá otra historia, la
de una región tranquila para las inversiones gringas, a cambio de una “vacuna”
para La Habana).
En el guión de Castro,
el gobierno de Obama tendrá una victoria pírrica y a muy corto plazo; si acepta
permitirle a Cuba convertirse en el arbitro latinoamericano, va a tener que
construir un muro que lo separe del resto de América porque la idea detrás de
ese gran movimiento socialista es conseguir del Imperio la carta blanca para
hacer lo que les venga en gana, sin peligros de sanciones, además de sembrar el
odio hacia los EEUU, arruinar la región, llenarla de conflictos y, si es
posible, hacer realidad el sueño de Fidel Castro, que una revolución comunista
triunfe a lo interno en los EEUU.
Los países de
Latinoamérica están aplicando un pragmatismo muy peligroso, apoyando a Maduro
le están vendiendo su alma al diablo, ya sus propios intereses comerciales y
políticos con el gigante del norte parecieran no importarles. ¿Será parte de
esta charada renunciar a la única salida para sus economías? Una buena parte de los países han visto
mejorar su calidad de vida, muchos de ellos, principalmente Ecuador, Bolivia y
Nicaragua asumen que estos éxitos se lo deben a las gestiones de sus
presidentes, sin tomar en cuenta el papel que ha jugado USA, por lo que siguen
insistiendo en tratar de morder la mano que les mece la cuna.
Los gobiernos socialistas
y populistas figuran crecidos y
poderosos, se han hecho la idea de que al gobierno norteamericano lo pueden
involucrar sin más en sus juegos de multipolaridad y hegemonía, pareciera que
sienten que los EEUU los necesita más a ellos que al revés, creen tener al
líder y modelo de la insurrección latinoamericana negociando de tú a tú con el
imperio, lo que no es más que una señal inequívoca de que los EEUU han perdido
su poder en el área, ya la sola presencia de Cuba en la Cumbre hace evidente
esa debilidad, que parece como una admisión de que la amenaza de los países del
Alba de sabotear la cumbre, si no era invitada Cuba, logró su efecto.
Los países
Latinoamericanos parecen no darse cuenta de la posición inmoral y destructiva
que asumen contra Occidente, que conlleva aceptar las violaciones de derechos
humanos y los actos de corrupción en Venezuela, especialmente en la misma Cuba,
que por lo visto pretende seguir oprimiendo a su pueblo de manera indefinida y
a conveniencia durante su integración al mundo libre.
Raúl Castro en un
hombre muy sibilino y esquivo al momento de concretar acuerdos; se siente
sobrado, guapo y apoyado, su interés en esas negociaciones no es Cuba, somos
todos nosotros que hemos caído como pendejos en esa trampa.
Estoy seguro de que
Barak Obama tiene una carta bajo la manga –
Saul
Godoy Gomez
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