Algunos voceros del
socialismo latinoamericano y los de nuestro país identificados con el
chavismo, califican como histórica la
VII Cumbre de las Américas, a celebrarse
entre los días 10 y 11 de abril próximo en la ciudad de Panamá, evento al que asistirán países miembros de la
OEA, y en el que al margen de la agenda, tendrán preeminencia dos temas:las
diferencias entre EEUU y Venezuela, y el encuentro entre Obama y el presidente
cubano Raúl Castro, después de las reuniones que ambos países mantienen para
normalizar sus relaciones, y que no dudamos asumirá un inusitado protagonismo.
Lejos está, comparar
un evento de esta naturaleza en el que apurados por los últimos y recientes
acontecimientos ocurridos en esta parte del continente, se urdió la celebración
de esta reunión pomposamente denomina Cumbre, una más, como en cierta ocasión
lo señaló el difunto Chávez, “para estudiar, planificar y esbozar ideas y
proyectos que jamás se realizan, y que solo sirve de pretexto para reunirse una
y otra vez”. Palabras más, palabras menos.
Claro está que en
esta cita la vedette será Cuba por las razones anteriormente indicadas. Tanto así que su comitiva la integran más de
cien personas, según el diario Juventud Rebelde, y llevarán a Panamá “los mandatos y
recomendaciones de la sociedad civil y la juventud cubanas, recogidos en las
numerosas reuniones y debates que se han realizado últimamente en Cuba, y que
fueron convocados en La Habana por la plataforma “Pensando en las Américas”,
dizque para ·intercambiar de manera abierta y constructiva con otras
representaciones del hemisferio” amén de que “abogarán por una relación
diferente entre las dos Américas, basadas en el respeto y no la injerencia
entre los Estados”. Este último punto, como un abierto respaldo al
planteamiento del gobierno socialista bolivariano del siglo XXI, y que recurrentemente invoca todos los días
Maduro en sus apariciones televisivas.
Un regio pretexto,
para que los cubanos pretendan borrar la
idea de que esa nación antillana tiene una sociedad monolítica, pero en
su propia delegación no incluye a miembros de la disidencia, por cuanto el
gobierno de la isla no los considera parte de la sociedad civil, sino
mercenarios financiados por los Estados Unidos. Participarán activamente
en el Foro Social de Panamá, evento
previo a la Cumbre, para de esta manera darle magnificar la presencia del
presidente cubano Raúl Castro, luego de que su país estuvo fuera del seno de la
máxima organización regional, por espacio de varias décadas.
Como se puede
observar, esta Cumbre no tiene nada que ver con la connotación que han querido
darle algunos representantes de los países que asisten a la cita, pues el
ominoso silencio de los Presidentes de Perú, Chile, Colombia y Uruguay, refleja
la falta de la solidaridad que necesita Venezuela en los actuales momentos,
ante la critica situación que atraviesa por la polarización, represión y
pobreza de sus habitantes, que aunado a la detención de líderes políticos como
Leopoldo López, Antonio Ledezma y un centenar de estudiantes que se encuentran
recluidos en distintas cárceles del país, pone de manifiesto la violación de
los derechos humanos, contemplados en la propia Constitución y en los Tratados
Internacionales de los cual es signataria Venezuela. ¿Es esta acaso la
solidaridad continental que ansiosamente espera el pueblo venezolano?
Por todo lo
anteriormente señalado, nos parece un exabrupto calificar como histórica la
denominada Cumbre de Panamá, porque probablemente quienes demagógicamente así
la califican, desconocen en esencia de lo que trató el HISTÓRICO Congreso
Anfictiónico de Panamá, que se realizó en la ciudad que lleva su nombre el 22
de junio de 1826 y que dejó de sesionar el 15 de julio del mismo año y al que
asistieron dos representantes por cada país concurrente: La Gran Colombia (que
abarcaba los actuales estados de Venezuela, Colombia y Ecuador), Panamá, Perú,
México y las Provincia Unidas de Centro América (que comprendía: Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). Seguros estamos, desconocen que
Bolivia y Estados Unidos no llegaron a tiempo; Argentina y Chile no mostraron
interés; Paraguay no fue invitado; el imperio del Brasil tampoco mostró interés
y que Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro, pero a título
personal. Y un detalle que muchos han pasado por alto, y es que el propio
Bolívar se abstuvo de intervenir en las sesiones del Congreso, por considerar
incompatible su presencia, pues desempeñaba en ese momento la presidencia del
Perú.
Los temas de discusión
en la agenda del Congreso Anfictiónico de Panamá fueron los siguientes:
1) Renovación de los
Tratados de Unión, Liga y Confederación
2) Publicación de un
manifiesto en el que se denunciaba la actitud de España y el daño que le había
causado al Nuevo Mundo
3) Decisión sobre el
apoyo a la independencia de las islas de Cuba, Puerto Rico, Canarias y
Filipinas
4) Celebración de
Tratados de comercio y de navegación, entre los Estados Confederados
5) Efectivización de la
Doctrina Monroe de los Estados Unidos, en contra de las tentativas españolas de
reconquista
6) Organización de un
cuerpo de normas de Derecho Internacional
7) Abolición de la
esclavitud en todos los Estados Confederados
8) Contribución de cada
país para el mantenimiento de los contingentes militares comunes
9) Adopción de medidas
de presión para obligar a España el reconocimiento de las nuevas repúblicas
10) Fijación de las
fronteras nacionales con base en el principio de “uti possidetis”, tomando como
base el año 1810.
El Congreso fue convocado
con el objeto de buscar la unión o confederación de los estados de América,
sobre la base de los anteriores virreinatos hispanoamericanos, en un proyecto
de unificación continental, como lo había ideado el precursor de la
independencia hispanoamericana, el prócer también venezolano Francisco de
Miranda.
En cambio que en la
VII Cumbre de Panamá no habrá una declaración política, sino unos mandatos para
la acción, cuya implementación será seguida por un grupo de 12 instituciones
internacionales, entre ellos OEA, CAF, Banco Mundial, BID, PNUD y otros
organismos de Naciones Unidas.
He allí la diferencia
entre el magno evento histórico convocado por el Libertador y la llamada Cumbre
de las Américas, próxima a realizarse, más con un fin predeterminado que valide
el pretexto de invocar una supuesta solidaridad continental.
Carlos
E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de
Periodistas (CNP-122)
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