En
un sistema democrático es necesario evaluar el trabajo legislativo tanto el
desarrollado por los parlamentarios como aquel impulsado por el Poder Ejecutivo
para cumplir con su Programa de Gobierno. La Asamblea Nacional -caso
venezolano, cumplen un rol esencial en
la formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas.
La
calidad del trabajo parlamentario y la confianza de la ciudadanía en él es
esencial para tener políticas públicas estables, efectivas y que respondan
realmente a las necesidades de la ciudadanía. Por ello, medir y evaluar la
forma en que la Asamblea Nacional ha desarrollando su labor parece
indispensable. Por otra parte, es esencial que los Programas de Gobierno con
que un Presidente es elegido sean fiscalizados en su cumplimiento.
Nada
de estas teorías que establece la Ciencia Política, logran hacer evidenciar de
los momentos más oscuros en la historia republicana en cuanto a la labor y
productividad de la actual Asamblea Nacional y sus parlamentarios. La sola
presencia de su actual Presidente y sus sequitos sumisos, representan los mejores tiempos de la casería de brujas y
fantasmas de la edad media. Por otro lado, los de oposición que muchos llevan
allí de 2 a 3 períodos no logran hacer las diferencias efectivas de su
presencia.
Bien
ha sido una presencia y un trabajo titánico de parte de algunos parlamentarios
de la oposición que pudiesen ser señalados como heroínas y valientes. Otros
como acomodaticia y gris. No así del oficialismo, que ha sido la más negra del
historial republicano y de los cuales solo se podría solicitar sus renuncias y
la imposibilidad de ser tomados en cuenta para aspirar nuevamente.
Por
otro lado, en el caso de la practica parlamentaria. La ausencia de estos en sus
circuitos electorales, el incumplimiento de agendas políticas con sus
electores, el contacto y la presencia de oficinas parlamentarias hacen
imposible estimar que estos conciudadanos logren repetir, sino, en base a la
imposición del famoso consenso o del dedo que apuntala la mediocridad. “Es
imposible lograr nuevas formas, si son los mismos rostro que la buscan” Albert
Einstein.
Es
un hecho, que las caras jóvenes han dejado cierto estupor en lo que se ha
denominado “el Brinco de talanquera”. Algunos de estos, sin formación política
fueron “hechizados” para buscar en ellos la venta de su “lozanía”, para la
conquista del triunfo electoral. Hoy por hoy, preferimos el colectivo hablar de
nuevos rostros y nuevas formas que aseguren una transformación del ejercicio
parlamentarios desde sus circuitos hasta las responsabilidades que existen por
sus regiones y el país.
He
allí que esta percepción popular, ya no se inclina por ver los mismos,
culpables o no de su ineficiencia la gente los observa mas, como “Becados
Púbicos” que como representantes protagónicos del cambio que requiere la
nación. De esto podemos señalar que la generalidad de los términos, no deja
de reconocer la labor de algunos.
“Por
nuevos rostros a la AN”
Jose
Ernesto Pons B
joseponschene@hotmail.com
@joseponsb
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