Quizás ni siquiera un 10% de los venezolanos es miembro o parte de
algún partido político supuestamente democrático y opositor. Por otra parte, no
se sabe cuántas personas inscritas en el PSUV son realmente miembros, o tienen
otra razón para vincularse con el partido.
En realidad, es muy difícil apreciar
el grado de democracia interna que realmente caracteriza los partidos, apreciar
en qué medida sus directivos y candidatos a los diferentes cargos electivos son
elegidos por la militancia, apreciar en qué medida respetan la Constitución que
establece que esos candidatos de partidos deben ser elegidos por los militantes
mediante las llamadas elecciones primarias.
Los partidos integrantes de la MUD
decidieron que solo en 38 de los 87 circuitos electorales en los cuales se
divide Venezuela electoralmente, se realizarán elecciones primarias.
En otras
palabras, con base en la diferenciación ilegítima entre partidos de la MUD
basada en los votos obtenidos por esas organizaciones, resolvieron que cinco o seis personas directivas de los
partidos menos pequeños, AD, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y algunas otras
organizaciones, decidan que personas serán candidatos a diputados de la
Asamblea Nacional; es decir se apropiaron, en forma ilegítima, ilegal e
inmoral, de una decisión que constitucionalmente le corresponde a los
militantes de esos partidos.
Se apropiaron de cerca de 50% de las candidaturas.
Uno esperaría que VP, Vente Venezuela, AB y Copei, con base en lo afirmado
varias veces, solo respaldaran candidatos elegidos en primarias. Más aún, dado
que estos partidos pretenden ser la representación de los venezolanos
democráticos, de los venezolanos opositores, se puede decir que se apropiaron
de un derecho de cerca del 80% de los venezolanos que hoy se oponen al gobierno
de Maduro.
Pero todavía puede haber más hipocresía, y es que en los casos en
los cuales no pudieron impedir las primarias, estos partidos pueden actuar en
bloque para de esa manera lograr la elección de las personas que ellos hubieran
seleccionado mediante los famosos consensos.
Es difícil entender por qué si
ellos consideran que determinadas personas son los mejores candidatos posibles,
no confían en que éstos serían elegidos en votación primaria. Este comportamiento
no es democrático, es ilegal e inmoral, irresponsable, es casi tan condenable
como el del PSUV.
Es un comportamiento que demuestra que siguen ignoran o
desprecian el sentir de la casi totalidad de los venezolanos, de la sociedad
civil, que colocan impunemente sus intereses particulares, grupales y hasta
personales, por encima de los derechos y necesidades del pueblo venezolano, y
por ende, que no merecen siquiera un voto.
Es un comportamiento que demuestra
que no respetan las instituciones, las normas, las reglas de juego, y se sabe
que las sociedades que no respetan sus instituciones, especialmente a nivel del
Estado, donde están los partidos, o no las tienen, son sociedades que no
posibilitan bienestar a sus ciudadanos.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv
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