lunes, 16 de marzo de 2015

CÉSAR EULOGIO PRIETO OBERTO, LA COYUNTURA ACTUAL EN VENEZUELA

Hemos reiterado en anteriores artículos, que el proceso bolivariano se encuentra en una situación de empate catastrófico, eso es, una circunstancia en donde si bien una fuerza política (el PSUV-Polo Patriótico) ejercen el control de las instituciones políticas del Estado, los actores antagónicos y contra-hegemónicos intenta acciones que buscan alterar la relación de poder.

El proceso bolivariano, desde la muerte de Chávez (hace casi 2 años) ha perdido la iniciativa, se ha visto acorralado y sometido a reaccionar ante el ataque inclemente, tanto de actores nacionales internos como actores trasnacionales. De alguna manera, estos sectores contra-hegemónicos han visto una oportunidad política (una especial circunstancia de reacomodo de las relaciones de poder), bajo la cual actúan, con la intencionalidad de dar al traste con el proyecto bolivariano. Aun quienes insisten en una alternativa electoral y democrática dentro de la MUD, su objetivo es dar al traste con las acciones anti-liberales que adelantó el proyecto bolivariano. No ocultan una agenda de liberalización de la economía, apertura al capital extranjero, flexibilización de las normativas legales y sobre todo, reducción del tamaño del Estado y su papel interventor en lo social y económico. Los sectores más radicales, son más extremos en sus posturas. Su vía, es la conspirativa incluyendo la exploración de la posibilidad de un golpe de Estado, contando para ello con esos sectores militares, que eran fieles a Chávez pero que albergan dudas hacia Maduro, por su condición de civil.

Hay planteado un escenario múltiple y diverso, tanto en la oposición como en los intentos de construir un bloque hegemónico de poder en el chavismo. Para la oposición, el espectro derecha-izquierda liberal en su composición, con una agenda común de alternativa al chavismo, no rinde los frutos esperados. Las posiciones encontradas, las apetencias personales de liderazgo político regional, generan pequeñas fracturas que amenazan con convertirse en un gran punto de quiebre. En ese espacio, quienes enarbolan la opción violenta extrema, tienen oportunidad. El descontento en torno al accionar político de la MUD, es cada vez mayor y afecta sus posibilidades de concretar una vía pacífica de toma del poder. En el lado del chavismo, que siempre ha sido múltiple -pues ahí están los sectores militares del 4-F, la izquierda histórica, los movimientos populares y los tránsfugas que se sumaron (antiguos adecos y copeyanos)- hay un cuadro también difícil. Las vertientes pragmáticas y ortodoxas radicales, que se mantenían de bajo perfil en presencia de Chávez, con Maduro han arreciado su accionar, amenazando la profundización del proceso.

El empate catastrófico, solo puede ser terminado, sí Maduro logra aglutinar y coordinar los esfuerzos desde una perspectiva de construcción del Bloque Histórico. Es decir, la toma de medidas efectivas contra el acaparamiento, la especulación, a través de detenciones y decomisos de propiedades a quienes incurran en irregularidades en la distribución de alimentos e insumos; la apertura de inversiones pero bajo la estricta mirada de las leyes venezolanas, la construcción de una alternativa económica distinta a la burguesía nacional, que a pesar de su oposición al proyecto bolivariano, sigue recibiendo enormes cantidades de dólares preferenciales y continúa con el boicot y la creación de crisis emocionales. El empate catastrófico debe traducirse en una arremetida comunicacional e ideológica importante. La batalla mediática se está perdiendo y ello porque en términos de hegemonía comunicacional, no hemos logrado grandes cosas. A nivel de medios impresos, en manos privadas hay más de 420 semanarios, diarios y revistas, las cadenas radiales principales son privadas y las emisoras comunitarias han fracasado en ser una alternativa comunicacional, las televisoras privadas tienen más raiting y los canales del Estado, con excepción de VTV, apenas sí son vistos.

Asimismo, a pesar de los esfuerzos de Maduro (Contacto con Maduro) y Diosdado Cabello (Con el Mazo Dando), su capacidad para crear matrices de información o agendas comunicativas está muy por debajo, de la misma capacidad que tuvo Chávez. Por eso la sensación de apremio que existe en las bases. La conjunción de bombardeos comunicativos (internos y externos, como CNN) ha impulsado la creación de marcos interpretativos de agotamiento, crisis y calamidad. Esa “fragilidad” psicológica, que es parte de las operaciones especiales de fractura y división, pueden mermar la base de apoyo popular, que ha sido el principal punto de defensa del chavismo, sobre todo en la coyuntura tan crítica que experimentó el propio Chávez entre 2001-2006. Sumado a ello, sectores muy torpes en el chavismo, tanto en el campo militar como en el campo organizacional, han actuado cayendo en la provocación y con ello, impulsando agendas violentas por parte de la oposición. La muerte del estudiante en Táchira, por la Policía Bolivariana así como la matriz de la detención “arbitraria” de Ledezma, ha perjudicado la imagen internacional y catalizado la matriz de Venezuela, como un Estado fallido y Forajido. 

Por su parte, los EEUU, en el marco de la Doctrina Obama (Smart power) mantiene la presión y moviliza aliados, tanto en medios internacionales (ABC, El País, Clarín, Mercurio, El Tiempo) como en las redes nacionales (El Universal, El Nacional, tal Cual).

La situación es precaria, en términos de control de daños. La presión económica del dólar paralelo, del remarcado de precios, la especulación, incapacidad de multiplicar los controles sobre los precios, aumentan la presión social y el desencanto. Es este el principal objetivo de la oposición. Mientras esto sucede, los sectores ortodoxos del PSUV insisten en arreciar las acciones de persecución (Mano dura) contra la oposición, violentando procesos y aumentando la perspectiva de un Estado Autoritario, y siendo dogmáticos hacia lo interno. Es por lo tanto un círculo vicioso, que amenaza el proyecto bolivariano. Queda de parte de los sectores que asumimos la revolución como una acción liberadora, actuar para crear espacios para el debate y la profundización del proyecto bolivariano.

Dr. Juan Eduardo Romero
Juane1208@gmail.com

César Eulogio Prieto Oberto
cepo39@gmail.com

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