sábado, 14 de marzo de 2015

CARLOS CANACHE MATA, LA LIBERTAD ESTÁ EN CAPILLA ARDIENTE

La lucha por la libertad, que es condición necesaria para la democracia, tiene abolengo histórico. Hugh Thomas en su conocida Historia del Mundo –que dedicó a Rómulo Betancourt- recuerda que Heródoto relata “una batalla entre hombres libres y tiranos” en la antigüedad. La lucha ha seguido en la andadura de los pueblos y no va a cesar mientras exista el ejercicio arbitrario del poder.

   En los tiempos que ahora nos toca vivir las neodictaduras disimulan el sacrificio de la libertad disfrazándose con arreos democráticos. Es lo que ocurre con el régimen que desde hace 16 años azota a Venezuela. Se alegan conspiraciones ficticias para apresar opositores políticos.

En el informe anual que acaba de presentar el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se denuncian, en el caso de Venezuela, “las duras respuestas del gobierno a las críticas y a expresiones pacíficas de discrepancia…en un contexto de reducción del espacio democrático”. Se dice que se respeta la libertad de expresión, llegándose al extremo de afirmar que hay una “guerra mediática” antigubernamental, pero desde las trastiendas de la opacidad se han buscado testaferros que en los últimos cinco años han comprado 25 medios de comunicación que mutaron su línea editorial e informativa para ponerse al servicio de los dueños del poder, según la investigación realizada por el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS). Se anuncia que se efectuarán las elecciones parlamentarias programadas para este año, “llueva, truene o relampaguee”, pero se hace ostentación de que se ganará por “paliza”, pese a que todas las encuestas revelan que más del 80% de los venezolanos rechazan al régimen y que la victoria será de la oposición, por lo que surge la pregunta de que si es que se cuenta con la complicidad del CNE para armar la trampa. Se dicta la Resolución 008610 para intentar cubrir con manto legal la represión letal de las manifestaciones de protesta.

   Mario Vargas Llosa escribe en el artículo que publicó en El Nacional el domingo pasado que “una pandilla de demagogos asesorados por Cuba en el arte de la represión van empujando a Venezuela hacia el totalitarismo”. Habrá que precisar que la desviación totalitaria de los que se autoproclaman como cultores del llamado “socialismo del siglo XXI”, es más bien una desviación hacia el totalitarismo fascista al que aceleradamente se deslizan. No son ni socialistas ni demócratas, estamos en presencia de mercaderes del engaño y de la apostasía ideológica. Son farsantes encaramados en el trono de la mentira.

   Los cancilleres de UNASUR que nos visitaron la semana pasada manifestaron solidaridad al régimen ante supuestos planes golpistas, se abstuvieron de ir a Ramo Verde y a la “tumba” subterránea del Sebin en Plaza Venezuela y opinaron que en Venezuela hay separación de poderes y “continuidad democrática”, cerrando los ojos para no ver que la libertad y la democracia están en capilla ardiente. Y que por encima de las complacencias diplomáticas, habrá resurrección.

Carlos Canache Mata
canachemata@gmail.com
@CarlosCanacheMa

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