Cuando un venezolano nace en este País se
convierte constitucionalmente en Ciudadano con todos los derechos y deberes que
en la carta magna y leyes le confieren.
Desde los albores de la Republica esos
derechos se han ido quedando en letra muerta pues tanto los ciudadanos como los
“lideres” que han regido los destinos de nuestro País así lo han querido.
La partidocracia ha sido el instrumento
institucional que eso “lideres” han utilizado para desviar los derechos
ciudadanos hacia terrenos del control social mediante un cambio de vestimenta
de los derechos ciudadanos, ese nuevo vestido lo han, malévolamente,
desarrollado con una habilidad pasmosa, llamándola “Las Necesidades del
Pueblo”.
Estas habilidades que esas personas han
perfeccionado con el andar de los tiempos republicanos, los han encumbrado a
sitiales de gobierno, dándose a sí mismos el titulo (inadecuado por cierto) de
político.
Estamos en el siglo XXI y un importante
número de Ciudadanos hemos alcanzado la mayoría de edad, y comenzamos a
reclamar la herencia que por nacimiento nos corresponde, ya no necesitamos un
“tutor” que administre nuestros derechos, nuestros padres nos han preparado
moral, ética y profesionalmente para administrar nuestra herencia.
Solo una fuerza política (ciudadanía no
partidista) puede reemplazar a otra
fuerza política (partidocracia de partidos) en la evolución y desarrollo de una
sociedad más justa, más honesta, más eficiente y descentralizada. Esa fuerza
política está fundamentada en un Ciudadano Domine Político, que no es contraria
a la participación política de los partidos, sino que es una organización de
sujetos con derechos y deberes constitucionales, los cuales les dan la cualidad
de ocupar un cargo de gobierno (en cualquier nivel), ministerial e institucional.
Este nuevo paradigma que la organización
DeCiDo lleva a todo nivel del País nacional, tiene como objetivo cardinal
llevar a la sociedad a un estadio superior de organicidad donde los derechos y
deberes del Ciudadano sean el punto central de toda política de Estado.
Este nuevo paradigma, en lugar de despreciar
y desdeñar la política, la profundiza a niveles de descentralización que
alcanzan al ciudadano como individuo, a la sociedad como nación y por ende
reemplaza a la política partidocratica por un nuevo neologismo La
Ciudadanocracia o País de y para Ciudadanos.
Como Ciudadano Domine, asumimos nuestros
derechos políticos y avanzamos instruyendo, formando y organizando grupos
ciudadanos que nos permita alcanzar la masa crítica que dispare
exponencialmente una fuerza política ciudadana que pueda definir espacios de
participación política a ciudadanos y ciudadanas con capacidad y virtudes
superiores para iniciar la sustitución de una forma de gobierno que mantenga a
la ciudadanía en un estado de necesidad por uno que desarrolle los derechos
ciudadanos.
Maximiliano
Donat
maximilianodonat@gmail.com
@maxidonat
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