martes, 24 de febrero de 2015

MARGARITA LÓPEZ MAYA, POLITIZAR LO SOCIAL

Un año después de las protestas de 2014 ¿Cuál es el balance? ¿Qué aprendimos?

Lo primero, unas protestas masivas, mayoritariamente legítimas y pacíficas, fueron respondidas por el Gobierno con una atroz represión y estigmatización. 

Segundo, paramilitares chavistas actuaron como brazos complementarios de los cuerpos de seguridad del Estado, con aprobación del Presidente: “candelita que se prende, candelita que se apaga”.

Tercero, el saldo fue terrible para la sociedad: más de cuarenta muertos, miles de detenidos sometidos hasta hoy a procesos judiciales, cientos de heridos, decenas de torturados y presos. Como contraparte, Maduro se vio en apuros, preocupó a UNASUR, hizo amago de abrir diálogo con la MUD y empresarios, lo que al final quedó en casi nada. Y su popularidad comenzó un declive irreversible.

Cuarto, la experiencia cambió al Gobierno. Hoy es más autoritario y militarizado que antes. El bloque en el poder se ha compactado y reducido, Maduro y Flores cuentan con la lealtad del sector militar y civiles familiares de Chávez o parte de su entorno, más sus propios familiares y amigos. Ciudades y carreteras están militarizadas. Controlan todos los poderes, el dinero, los medios públicos y la mayoría de los privados, criminalizando desde allí permanentemente toda disidencia.

Ante esta realidad, colocar la movilización de calle ahora como centro de estrategias de los sectores opositores sería imprudente. Cuando aumenta el autoritarismo y la represión, deben encontrarse modos más creativos, seguros y contundentes. La movilización de calle debiera complementar luchas políticas y electorales actuando como poderoso brazo de apoyo, concientización y empoderamiento ciudadano. Como en Uruguay en 1980 o en Chile en 1988, gobiernos autoritarios pueden ser desalojados ejerciendo con firmeza el derecho al voto, la expresión por antonomasia de la voluntad popular. 

Actores movimientistas, y partidos políticos deben superar desconfianzas mutuas y afanes protagónicos particulares para encontrar formas de trabajar juntos con miras a triunfar en venideros procesos electorales, comenzando con las parlamentarias. Porque es desde allí, desde la base, que construiremos la igualdad de derechos, la paz, las instituciones democráticas.

Margarita López Maya
malopez@reacciun.ve
@mlopezmaya

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