jueves, 19 de febrero de 2015

IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO, EL CARDENAL TIENE RAZÓN, PARANINFO DE LA SEMANA,

Puede que les parezca obcecado con este planteamiento, pero desde hace mucho tiempo sostengo y lo he dicho públicamente, que a Chávez y su gobierno había que definirlos correctamente, para poder actuar en consecuencia. Lo propuse en mi partido, AD, en muchos foros y en esta columna. Y nada. Muchas de las cosas que uno decía recibían por respuesta, aquello que luego popularizó y caricaturizó Orlando Urdaneta: “Que va vale eso no va a pasar”. 
Y fueron pasando los años y se fueron cumpliendo, casi al pie de la letra,  lo que algunos presentíamos. El régimen se afianzó en sus posturas, enemigo o poco amigo de la propiedad privada, enemigo o poco amigo de los medios de comunicación independientes, enemigo o poco amigo de la libre expresión. Muy susceptible a las críticas. 
Amigo de coparlo todo y decidirlo todo. Amigo de un solo poder, un solo partido, un solo pensamiento. Muy amigo del culto a la personalidad. Tendencia abusiva de militarizar la administración pública. Amistad casi enfermiza con gobiernos dictatoriales, autoritarios, genocidas. El gobierno comenzó a tener presos políticos, presos de conciencia, exiliados. Y muchas otras cosas que al día de hoy todos sabemos. 
Buscando en algún lado a qué tipo de gobiernos pertenecen este tipo de actuaciones nos encontramos con la desagradable sorpresa que esas son características propias de regímenes NO DEMOCRATICOS, de regímenes  FASCISTAS, de regímenes COMUNISTAS. Pero parece que muy pocos líderes de la oposición democrática se daban cuenta de ello, o si se daban cuenta no querían expresarlo abiertamente. El síndrome de ser tildados de macartistas. Y que pena, que vergüenza, da eso.
Y de esas posturas vienen estas actuaciones. Pocos son los actuales dirigente opositores que han llamado al pan, pan y al vino, vino. En consecuencia la oposición no ha podido, no hemos podido, desarrollar una estrategia idónea, eficiente, efectiva, para combatir este régimen. Acusamos al gobierno de ser mal gobierno, de destruirlo todo, de ser incapaz, ineficiente, corrupto, narcotraficante, tramposo, pendenciero, violento. Y en verdad es de todo eso. Pero es que es COMUNISTA. Mejor dicho es CASTRO COMUNISTA. 
Y este tipo de regímenes no se combate con las reglas de la ortodoxia democrática. Creo que hay que ponerle algunos ingredientes adicionales. E insisto, la constitución de nuestro país nos señala el camino, nos da herramientas para hacerlo sin caer en planes B o atajos anti democráticos. Pero, insisto también, tenemos que ponernos de acuerdo en que estamos ante un gobierno COMUNISTA, CASTRO COMUNISTA. Y decirlo a todo pulmón, a los cuatro vientos. Y diseñar la estrategia en consecuencia.
Si mi partido, AD, si los otros partidos, si la mayoría de la dirigencia democrática, de los escritores y analistas políticos, la MUD, no nos paran a los que planteamos estos, y lo entendemos, por favor párenle a nuestro Cardenal Urosa, que desde Roma, nos dice bien claro: “El totalitarismo Marxista-comunista trajo la crisis a Venezuela”. Afirmación por cierto que ya la Conferencia Episcopal la había señalado en un comunicado reciente.                         
Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1

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