El
régimen venezolano, en voz del presidente NM, ha exigido a los empresarios
españoles asentados en Venezuela que intercedan ante su gobierno para que cesen
las denuncias que, por medio del diario ABC, se han hecho contra el presidente
de la AN venezolana.
Por su parte, el ministro español de Industria, Energía y
Turismo, José Manuel Soria, dijo hoy que es “absolutamente intolerable” que el
régimen venezolano extorsione a las empresas españolas pidiéndoles que
intercedan para que cese lo que Nicolás Maduro considera una campaña de algunos
medios españoles contra su país.
Como
quiera que analizar es descomponer un todo en sus partes para encontrar de qué
manera estas partes intervienen en el todo, en proporción, naturaleza y peso
específico dentro de la misma; por tanto, debo descomponer los elementos de las
dos posiciones señaladas, para tratar de entender la lógica que reside en el
pensamiento de quienes nos gobiernan.
En
primer lugar, ningún gobierno le exige nada a otro o a sus ciudadanos dejando
entrever amenaza de daños a sus intereses patrimoniales si no ceden a sus
presiones, en todo caso les solicita su apoyo y los seduce o negocia para
encontrar estrategias de ganar-ganar, lo otro es extorsión, como acertadamente
lo interpreta el ministro español. Además, las opiniones o denuncias de ABC no
tienen nada que ver con la actividad económica de los ciudadanos españoles en
Venezuela, ni con nuestro país.
Para
quienes no lo vean así, les indico que Extorsión, en buen castellano, del DRAE,
es: “Amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien,
a fin de obtener de él dinero u otro provecho”, o lo que es lo mismo, “Presión
que, mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en
determinado sentido”.
El
régimen venezolano se basa en el daño que pretende hacerle a España (como un
todo), si una parte de sus ciudadanos, en ejercicio pleno de su libertad de
expresión expresa, y por otra parte, asumiendo que en España los poderes
públicos están, como en Venezuela, subordinados a la presión del ejecutivo, les
exige que presionen sus decisiones de estado.
De la misma manera que se
interpreta que cuando algún editor o columnista en ABC opina sobre algunos
ciudadanos venezolanos a título personal o in tuito personae tanto de su parte,
como de la persona de la cual se opina o denuncia, están atacando al país Venezuela.
Vale decir que, asumen que la conducta cívica o anti cívica de los ciudadanos
venezolanos representa al estado-nación Venezuela, en tanto país.
Esta asociación impropia es la misma que se
hace cuando se pretende enlazar en una misma cosa gobierno con país y hasta líderes X, con
país. Lo que hasta no hace mucho y, aún después de su muerte, se pretende hacer
mantener con respecto al difunto y Venezuela, al punto de que se le endiosa y
rinde adoración cuasi religiosa, que nunca se vio ni en el caso del único y
verdadero gigante de América que fue, es y sigue siendo nuestro Libertador
Simón Bolívar.
Tal
conducta de amenazas es propia de un Robert Gabriel Mugabe, político y militar
zimbabuense, jefe de gobierno desde 1987. Sabemos, por noticia crimines, que la
imagen de Mugabe se ha ido transformando. Su prestigio inicial como héroe de la
independencia de Zimbabue en 1980 se ha ido deteriorando por su responsabilidad
en la crisis económica de su país (con una inflación que ha llegado a superar
el 14.000.000 %) y por la dudosa legitimidad de su gobierno, al que se acusa de
mantenerse en el poder durante 30 años recurriendo con frecuencia al fraude
electoral y ejerciendo una violenta represión contra sus opositores. Además, se
le acusa de haber instigado la masacre étnica que tuvo lugar entre 1980 y 1987,
conocida como Gukurahundi, la cual dejó un saldo de más de 20.000 ciudadanos de
la etnia Ndebele o Matabele asesinados.
Resulta
sorprendente que Mugabe, a quien el difunto honró regalándole una réplica de la
espada de El Libertador, haya llevado a cabo la “Operación Reducción de
Precios” en el año 2007 en Zimbawe, con resultados desastrosos en ese país, lo
que llevó a Zimbabue a ocupar el último lugar en el Índice de Desarrollo Humano
en el año 2010 y, más aún, que aquí tomemos ese modelo como bueno. O sea, esta
película ya la vimos y la pretendemos revivir en “continuado” en nuestro país.
Lo chistoso (y para Ripley) es que ya nos cogieron de sopa en otros países, en
los cuales algunos líderes opositores de sus respectivos gobiernos han llegado
a decir frases como: “Ya nos parecemos a Venezuela”. Me dio risa leer que un líder de la oposición
de Zimbawe recientemente alertara a su país de que no siguieran nuestro ejemplo.
La
amenaza de NM a España, por persona interpuesta de sus empresarios legal y
legítimamente establecidos en Venezuela de hacerles daño, sin pensar que el
daño pudiera recaer también en nuestro país, me recuerda al chiste del gallego,
quien pretendiendo asaltar un banco con un cuchillo, le llegó al cajero
esgrimiendo su afilada arma contra su propia garganta y diciéndole que le
entregara todo el dinero en caja, so pena de: “Hacerle esto” y acto seguido se
pasó el cuchillo por la garganta y se degolló.
Eddy
Barrios
eddybarrios@gmail.com
@eddybarrios2
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