En septiembre del año pasado el ilegítimo anunció
que había inventado un antídoto, una fórmula anti-golpes, y describió los
ingredientes que la componen.
Supuestamente esa fórmula debía haber servido para
poner fin a las conspiraciones contra su gobierno y a los intentos de
magnicidio, los cuales solamente han existido en su desquiciada mente y en la
de los títeres que repiten y amplifican sus insensatas fantasías.
Sin embargo, desde que anunció esa receta, las
denuncias de supuestas conspiraciones se han producido cada vez que se ocurre algún acontecimiento que de una manera u otra
impacta la tambaleante estabilidad del régimen.
El jueves pasado anunció que había sido debelado un
intento de golpe (aclaró que lo llamaba intento porque había sido detectado a
tiempo).
En esta oportunidad, además de la reacción popular
contra el desabastecimiento, la inflación y la debacle económica, el
acontecimiento que motivó esa nueva insensata
denuncia fue la exitosa visita que realizó Lilian Tintori a los Estados Unidos
en busca de apoyo para la puesta en libertad de Leopoldo López, su esposo, y de
los demás presos políticos que el régimen mantiene en las mazmorras.
Ese hecho generó una furia tal que, basándose en
supuestas informaciones provenientes de fuentes apócrifas, ha llevado a cabo
una razia en la Fuerza Aérea, poniendo presos o persiguiendo a oficiales y
efectivos supuestamente involucrados en el nuevo fantasioso intento de golpe de
Estado.
La rabia que le ha producido el hecho de que Lilian
haya sido recibida por el Vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden y que
además se haya entrevistado con el Secretario General de la OEA y el Director
de Human Rights Watch, ha originado un inusitado ensañamiento contra Leopoldo
López. Según las informaciones de prensa (El Mundo de España) y de la propia
organización Human Rights Watch, el responsable de la prisión de Ramo Verde
valiéndose de un soplete violentó el candado con cual Leopoldo se protegía de las visitas
indeseadas de sus carceleros. HRW denunció que “Hombres encapuchados y
fuertemente armados irrumpieron esta madrugada en su celda con el único
objetivo de intimidarlo y castigarlo. Destrozaron sus pertenencias, lo agredieron
y se lo llevaron por la fuerza a una celda de castigo, donde permanece aislado,
sin acceso a su familia ni a su abogado” Supuestamente buscaban un teléfono
celular que no existía y destruyeron todo lo que encontraron. Lo mismo hicieron
con Daniel Ceballos y a ambos los trasladaron al “tigrito” una celda de castigo
donde los mantienen totalmente aislados.
Además de esos gravísimos hechos la denuncia del fantasioso “intento de
golpe de Estado” ha servido para lanzar acusaciones contra Julio Borges,
Antonio Ledezma y María Corina Machado quienes supuestamente estarían
involucrados en la planificación y ejecución de la conspiración.
La conjura contemplaba, supuestamente, el empleo de
un avión Tucano para bombardear el palacio de Miraflores, o donde se encontrara
el ilegítimo (según sus propias palabras) y otras sedes de entidades públicas,
incluida Tele Sur. El avión llegaría proveniente de otro país (no dijo cual
pero se infiere que se refería a Colombia) camuflado como perteneciente a la
Fuerza Aérea venezolana. Esta afirmación es tan
absurda y ridícula que se cae por su propio peso, los Tucanos son
aviones a hélice, de entrenamiento, y los de la aviación venezolana hace tiempo
están inutilizables.
La denuncia se torna risible cuando en un programa
de televisión dos altos dirigentes del partido de gobierno presentaron como
prueba de la conspiración una fotografía aérea de un sector de Caracas en la
cual estarían señalado los edificios que serían objeto del bombardeo. Esa
fotografía que supuestamente le habría sido incautada a los “conspiradores” es
la impresión de una vista aérea tomada de Google Earth, donde cualquiera puede
bajar una fotografía de cualquier ciudad o lugar del mundo.
Constatar que quien detenta ilegítimamente las
riendas del poder en nuestro país formule una denuncia tan infundada y
exorbitante como ésta, acompañada con medidas crueles, inhumanas y hasta
sanguinarias inevitablemente provoca vergüenza ajena pero también justificada
alarma y preocupación.
Esto ha movido a Human Rights Watch a lanzar un
llamado a los gobiernos de la región y a las organizaciones subregionales para
que pongan fin a su indiferencia y se solidaricen con los esfuerzos para
proteger los derechos fundamentales en Venezuela. “Demandamos
a la comunidad internacional, en especial a los Estados miembros de
UNASUR, los cuales, salvo contadas y recientes excepciones han mantenido un
silencio cómplice, que no traicionen sus obligaciones jurídicas
internacionales, y de una vez por todas se pronuncien sobre los abusos
cometidos en Venezuela y exijan la inmediata liberación de Leopoldo López y de otros presos en similares condiciones”
Efectivamente, ha llegado la hora de que se genere
un movimiento continental de solidaridad con la disidencia venezolana para
ejercer una presión efectiva sobre la dictadura a fin de que ponga fin a la crueldad y las torturas
que inflige a los opositores y ponga en libertad todos los presos políticos que
se encuentran ilegalmente encarcelados. Los gobiernos del continente que se
dicen democráticos deben movilizarse para hacer respetar los diferentes
instrumentos internacionales consagrados a la defensa y protección de las
instituciones democráticas regional y mundialmente, comenzando con la Carta
Democrática Interamericana.
Adolfo R. Taylhardat
adolfotaylhardat@gmail.com
@taylhardat
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