No pretendo echármela de
psiquiatra, pero evidentemente hay comportamientos en las personas que revelan
desequilibrio mental. Uno de esos comportamientos es la manía persecutoria. Por
lo que he leído, la manía persecutoria es una forma de esquizofrenia paranoide
y entre sus manifestaciones figuran: ideas delirantes carentes de elaboración,
sentimiento de ser perseguido o de estar amenazado de muerte, obsesiones,
percepciones o creencias falsas. El
afectado expresa su manía persecutoria con convicción y hace una defensa airada de su persona.
Todo esto viene a colación
porque en nuestro país hay un caso
notorio de maniático persecutorio. Se trata de un personaje de altísimo nivel,
el más alto de todos, que se lo pasa denunciando supuestos intentos de magnicidio
de los cuales asegura tener pruebas y la identidad de los involucrados las
cuales ofrece hacer públicas pero nunca
las revela, simplemente porque sólo existen en su mente trastornada. También
denuncia una supuesta conspiración de lo que él denomina burguesía de extrema derecha
para presuntamente derrocarlo. En esa conspiración imaginariamente estarían
envueltas las autoridades del “imperio” cuyo propósito sería adueñarse de los
recursos naturales de Venezuela y particularmente de su petróleo. Otra de sus
fantasías es la de que la disidencia venezolana moviliza la opinión pública
internacional para desacreditar su régimen. Cuando tres vicepresidentes
latinoamericanos visitaron Venezuela, además de insultarlos dirigiéndoles
improperios, aseguro que esos distinguidos visitantes venían a Venezuela a
conspirar con la oposición para derrocarlo.
En la víspera de la reciente Cumbre de la CELAC denunció que en Costa
Rica se preparaba un atentado contra él. Esto obligó al Presidente de ese país
a afirmar que la seguridad de todos los participantes en la Cumbre estaba
plenamente garantizada.
Pero el colmo de los colmos es lo
que acaba de decir. Según el aludido, cuya identidad seguramente mis lectores
habrán ubicado, “ha arrancado una campaña de guerra psicológica mundial para
justificar un golpe contra Venezuela”, en la cual estarían involucrados
diferentes medios internacionales. Anunció que enviará al presidente Obama una carta para exigirle “el cese de las
conspiraciones que desde su gobierno se ejecutan en contra del pueblo venezolano
y la revolución bolivariana”. “Entre muchas cosas, presidente Obama, le voy a
enviar una carta un poco ubicando el momento histórico que está viviendo la
revolución de independencia en Venezuela y exigiéndole a su gobierno que pare
todas las medidas de conspiración financiera, política, económica, psicológica
y de todo tipo contra Venezuela. Aspiro
que usted… a tiempo reconozca el fracaso
de las política estadounidenses desde el presidente George Busch, para tratar
de dirimir (sic) y destruir a la Venezuela bolivariana, a la Venezuela
revolucionaria”.
La obsesión aumenta día por día.
El sábado pasado, en una aparición en VTV, volvió a arremeter contra el
gobierno de los Estados Unidos. Dijo textualmente lo siguiente: “Presidente
Obama, su gobierno en pleno está conspirando para derrocar al gobierno legítimo
de Venezuela. Usted lo sabe, Presidente Obama, todas las agencias de su
gobierno, DEA. CIA, FBI, NCA, todo su gobierno está metido en la conspiración.
Su gobierno en pleno está conspirando contra Venezuela, está metido en un plan
para llenar a Venezuela de violencia para justificar y provocar un golpe de Estado. Todo su gobierno completo
está metido en la conspiración”
¿No es todo esto manía
persecutoria? Su fantasía delirante “va in crescendo”. Pasó de una supuesta
guerra económica local a una campaña psicológica mundial y a una conspiración
del gobierno Norteamericano dirigida por
el presidente norteamericano quien utiliza con ese fin a los medios internacionales
y a todas las agencias de su administración.
Este acrecentamiento de la
obsesión se advierte desde que trascendió la noticia de la deserción del
Capitán Leansy Salazar. El ilegítimo y toda su corte de corruptos deben estar
temblando porque Salazar, quien fue responsable de la seguridad del dictador
fallecido y últimamente del presidente de la Asamblea Nacional, presenció las
operaciones delictuosas, de corrupción, de fraude de lavado de dólares y de tráfico de drogas que tienen lugar en
las más altas esferas del régimen. Debe estar informando a las autoridades
norteamericanas con información de primera mano, que revela la podredumbre que
impera en la cúpula del gobierno y en los altos niveles de la fuerza armada
donde militares de alto rango se han vuelto multimillonarios como miembros del
“cártel de los soles.
La noticia sobre la deserción de Salazar, de su esposa
(también militar) y de otros ocho oficiales del ejército y la armada,
igualmente portadores de información que compromete a la mafia de altos
personajes del régimen que han expoliado las arcas de la nación durante los 16
años que lleva el chavismo usurpando el gobierno ha recorrido el mundo y ha
sido divulgada por los diarios, los canales de televisión y las emisoras de
radio en muchos países. Esto es lo que el ilegítimo llama “campaña de guerra
psicológica mundial” promovida supuestamente por el Presidente Obama.
Hace apenas unos días dijo que durante la Cumbre de las Américas
hablará con el Presidente norteamericano sobre la posible normalización de la
relaciones Venezuela – Estados Unidos y el viernes, en una aparición televisiva
reveló que “Joe Biden (el Vicepresidente
de los Estados Unidos) le dijo en Brasil “queremos mejorar las relaciones con
Venezuela”.
Luego, el domingo, durante una
cadena nacional de radio y televisión arremetió contra el Vicepresidente
norteamericano. Aseguró que durante una reunión realizada en Washington
con los países del Caribe el Vicepresidente Biden le dijo los presidentes
y primeros ministros caribeños que se encuentra en marcha un plan para
derrocarlo. “El poder imperial del Norte ha entrado en fase peligrosa de desesperación y han ido a
hablar con gobiernos del continente para anunciar el derrocamiento de mi
gobierno”.
Las relaciones de Venezuela con
los Estados Unidos no confrontan ningún problema. El problema es entre los
gobernantes venezolanos (primero el difunto dictador y ahora del ilegítimo con
los presidentes del país del norte) y actualmente las Embajadas de ambos países
se encuentran acéfalas como resultado de uno de esos arranques de
irracionalidad que caracterizan al régimen. Las relaciones comerciales,
económicas transcurren dentro de un curso normal. Estados Unidos sigue pagando
en dólares el petróleo que le vende PDVSA y Venezuela le paga también en
dólares al “imperio” el petróleo y derivados que le compra. El régimen sigue
trayendo de los Estados Unidos toneladas
de productos alimenticios y de otros ramos para tratar de aminorar el
desabastecimiento que desespera a la población. Los venezolanos viajan sin
trabas a Norteamérica -incluso muchos
chavistas - y viceversa, los norteamericanos viajan sin trabas a Venezuela,
aunque con mucha justificada aprehensión por la inseguridad que reina aquí.
Pero luego de estas últimas
embestidas contra los Estados Unidos y sus autoridades difícilmente puede
producirse un relajamiento de las tensiones. Debe preocupar a todos los
venezolanos, incluso a los chavistas, que el país esté en manos de alguien con
serios problemas de personalidad como los descritos.
Adolfo R. Taylhardat
adolfotaylhardat@gmail.com
@taylhardat
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, SIN SOCIALISMO, OTRA VENEZUELA ES POSIBLE, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, ELECCIONES, UNIDAD, ALTERNATIVA, DEMOCRÁTICA, CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.