miércoles, 21 de enero de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL SECUESTRO DE VENEZUELA,

SAÚL GODOY GÓMEZ
Cercados como están los seguidores de Chávez en Venezuela, perdida la opción de Cuba como último refugio para sus fortunas y personas, mal vistos en China y Rusia por embaucadores y con el implacable seguimiento que tienen por parte de los EEUU, a estos bandoleros rojos rojitos no les queda sino encerrarse en su país a cal y canto, y aspirar que su situación cambie favorablemente, en algún momento.

Pero como en Venezuela “el caldo se les está poniendo morao”, debido a la situación económica que ellos mismos han provocado, y temiendo un estallido social, los revolucionarios devaluados ya están recurriendo a medidas desesperadas que hacen aún más crítica su situación.

Las amenazas de un Ministro de la Defensa contra el pueblo, si se atreve a manifestar su descontento, los nombramientos anticonstitucionales de los representantes del llamado Poder Ciudadano, de los magistrados del Tribunal Supremo, sin consulta y de facto, el monopolio que tiene el partido de gobierno de las decisiones que deberían ser consultadas con el soberano, el aumento del poder del estado en el control de los alimentos y combustibles  para la población, el “paquetazo” económico por entregas, cuyo fin es esclavizar a los venezolanos y hacer que trabajen para mantener al gobierno, sin contraprestación alguna, la ausencia de representatividad de otras posiciones políticas y con el aparato judicial al servicio del terrorismo de estado contra los ciudadanos, todo eso nos habla claramente sobre el desespero del gobierno.

Actúan como una secta fundamentalista, sólo ellos tienen el control, sólo ellos deciden por el resto de la población, sin importar el padecimiento y los problemas que su modelo económico y su primitiva ideología provocan, el simple hecho de prohibir que se tomen imágenes de las colas frente a los supermercados y de los anaqueles vacíos hablan por sí solos..

A punta de pistola y amenazas, el chavismo pretende aguantar las plagas que han conjurado contra el país; como ya no tienen margen de maniobra y, lo peor, se les acabaron las ideas, sólo les queda la inmolación del fanático, sin importarle un pepino el país y su gente… estos yihadistas de la nada y el absurdo, pretenden llevarnos al infierno con ellos.

Que a estas alturas de la crisis que azota a nuestro país, donde los alimentos básicos de nuestra dieta escasean, todavía sigan regalándole nuestro petróleo a Cuba y al resto de los países del Caribe y Centroamérica, que aún sigan endeudando al país con la compra de armas y sosteniendo una inmensa burocracia al servicio del comunismo internacional, provoca un profundo malestar.

Claramente, lo que les queda es la censura, la propaganda y la mentira, las megafiestas populares para hacer creer que todo anda ‘’excesivamente normal”, los saqueos controlados de tiendas del sector privado, la impresión loca de dinero inorgánico, los planes productivos de comunas que, todos sabemos, no son más que fracaso tras fracaso, la felicidad impuesta a todo funcionario y político que de declaraciones y hable sobre el país, y ese pesado silencio sobre la realidad que padecemos en medio de peligros, desamparos y escasez.

Venezuela ha sido secuestrada por unos dementes armados, no hay manera de razonar con ellos, su ambición, arrogancia y avaricia, su hambre por dinero, propiedades y reconocimiento, los han llevado a un
callejón sin salida, pues ahora son buscados internacionalmente como
ladrones, corruptos, narcotraficantes, torturadores, asesinos y terroristas… perdieron el apoyo popular y ya la gente no les cree.

Recorrieron un largo camino, donde advertimos cómo se iban degenerando como seres humanos, partiendo de unos principios éticos y morales que los autodefinían como demócratas, igualitarios, obreros, pacifistas, ecologistas, cristianos, socialistas… para terminar revolcándose en un fango de sangre, destrucción, miseria y traición.

Para lograr la quiebra de un país petrolero, cuando el precio del petróleo estaba en su máximo histórico, se requiere de una particular malevolencia y desquiciamiento; hay que hacerlo con mucha saña, para dejar en la oscuridad al país con las riquezas energéticas más importantes del mundo, y llevarlo a ser el más violento, el más corrupto, el más enfermo, el más improductivo en apenas tres lustros… eso, predicando el amor y la prosperidad que sólo el socialismo supuestamente otorga.

Nuestros antiimperialistas endógenos, que desde el día uno empezaron a predicar la crisis definitiva del capitalismo, el hundimiento del libre mercado, que se dedicaron a profetizarle la quiebra a Wall Street, sin darse cuenta que su idolatrada Cuba, el Santo Grial de la Revolución Latinoamericana que “se los chuleaba” sin contemplación, poco a poco se estaba abriendo al poder del dólar para finalmente transar su rendición incondicional al reino de Disneylandia y McDonald’s (de paso sea dicho que el sueño húmedo de todo chavista es retirarse en la Florida, USA, con una gruesa cuenta bancaria y un lujoso condominio, cosa que quedó demostrada con las cuentas y bienes congelados a los 50 facinerosos que aparecieron en la primera lista de venezolanos indeseables, todos jefes de esta fallida revolución cívico-militar, emitida por el Departamento de Estado).

Tamaña hipocresía y doble discurso queda ahora en evidencia: chavistas “arrechos” porque ya no pueden hacer negocios en el imperio, líderes revolucionarios tratando de hacerse los locos con cuentas multimillonarias en euros y dólares congeladas en las principales capitales de occidente, denuncias de corrupción que llueven si parar contra los principales del PSUV, renuncias y divisiones en el chavismo como respuestas ante tanta vagabundería.

Pero ahora, cuando ya no tienen a dónde ir, y con el país prácticamente arrasado, ahora sí prometen la austeridad; se trata de una austeridad muy particular, que no aplica para la plana mayor de las FFAA, ni para los grandes jefes del PSUV, ni para los delfines del gobierno, ni para los clanes Maduro y Cabello, es austeridad para el pueblo y por ello nos acusan a los venezolanos de ser consumistas irresponsables, nos proponen compartir las vacas flacas, pero no tocan su principal fuente de ingresos mal habidos, el perverso sistema
cambiario que montaron para administrar los dólares del país, fuente principal de la corrupción.

Un ejemplo patético de esta doble moral es la reciente gira de Maduro y su familia a China y el medio oriente, con una lista de acompañantes que tratan de que sea un secreto, a todo lujo, sin recortes, supuestamente buscando financiamiento y apoyo para restablecer los valores “justos” del petróleo, cuando aquí en el país mantienen un control de precios salvaje sobre los productos de consumo, gastándose nuestros pocos dólares en negociaciones “chimbas” que dejan muy mal parado al país, todo en secreto, sin revelar condiciones y garantías de estos acuerdos, como si el país fuera de él.

El gobierno, atrapado en sus contradicciones y mentiras se embarca ahora en una estrategia de silenciar a la gente, encarcelamientos al por mayor a quien proteste, más represión en contra de los sectores estudiantiles y obreros, procesos judiciales para periodistas y editores, agresivas acciones contra del empresariado a quienes culpa por la situación de desabastecimiento, insultos renovados a los representantes de la iglesia a quienes tacha de políticos… el síntoma ineludible del hundimiento del régimen.

Venezuela se parece cada día más a Somalia, con sus señores de la guerra mandando en porciones del territorio, bandas de piratas asaltando embarcaciones y playas, con guerras intestinas por el poder en las aldeas, con una población inerme y en manos del terror, con cada vez más jóvenes militarizados y niños soldados, con un desabastecimiento crónico principalmente de agua, alimentos y energía eléctrica, con enormes colas frente a los mercados… el país pronto entrará en la etapa de tener que recurrir a las organizaciones humanitarias internacionales para no perecer por inanición, mientras los príncipes y reyezuelos en el poder no paran de exhibir al mundo sus abultadas riquezas, alimentadas por el sufrimiento de un pueblo,
dirigidos por lideres que pareciera tener la lúgubre vocación de esclavos.-

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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