sábado, 10 de enero de 2015

RUBÉN CONTRERAS, CHINA EL NUEVO COLONIZADOR VENEZOLANO

RUBÉN CONTRERAS
Es que acaso 300 años de calma no bastan? Esa fue una de las frases pronunciadas por Simón Bolívar, en la madrugada del 4 de Julio de  1811, cuando propuso que el Congreso de Venezuela, en sus deliberaciones debía decretar la Independencia de Venezuela.

Con esa declaración, los patriotas salieron a luchar para romper con la atadura umbilical que teníamos como colonia con la madre patria, España. Inmediatamente los hilos de las relaciones internacionales se movieron y se deslizaron hacia nuevos horizontes dominados por la Gran Bretaña y el país independiente de Norteamérica, el país de la libertad racional, como lo describió el mismo Bolívar, cuando estuvo en él, durante su viaje a Europa después de la muerte de su señora esposa.

Con ambos y otros países, hubo una relación comercial por la cantidad de préstamos obtenidos para cubrir los gastos de la guerra de independencia y luego para realizar obras de infraestructura, entre las cuales pudiéramos destacar la construcción de las carreteras de Caracas a La Guayra y Valencia Puerto Cabello, el pago a los propietarios por la Manumisión de los esclavos, la construcción de los ferrocarriles de Caracas a El Encantado, Caracas a Coche, Caracas La Guayra, La Construcción del Palacio Federal Legislativo, el acueducto de Macarao a Caracas, Las obras del Calvario y El Arco de La Federación, la construcción de la Iglesia de Santa Teresa y la conversión de la Iglesia de La Santísima Trinidad en Panteón Nacional, entre tantas obras construidas, con capital europeo, especialmente inglés.

A esto debemos sumarles también los préstamos logrados a través de los diversos gobiernos venezolanos después de la guerra federal, hasta que a principios del siglo XX, se inicia con fuerza la penetración del capital norteamericano mediante inversiones en exploración, producción y refinación del petróleo, lo cual va a permitirle a los diversos gobiernos venezolanos, dictatoriales y demócratas, avanzar a paso firme en cuanto a la construcción de instituciones y a generar un estado de bienestar a través de políticas de sustitución de importaciones, al desarrollar industrias, servicios y democratizar la educación a niveles y estándares nunca vistos en Venezuela y América Latina.

Este nuevo coloniaje fue realizado sin dogmas ideológicos y sin pretender vender a los venezolanos paradigmas inculcados de veneno,  para  ganar incautos y mal poner a unos contra otros, sino construyendo obras públicas y realizaciones de desarrollo, que permitían generar un estado de crecimiento en libertad  a los ciudadanos para obtener bienes y servicios que se traducían en calidad de vida.

Lo importante es que durante los ejercicios gubernativos de los siglos XIX y XX, Venezuela se alineaba con los países industrializados como USA, Inglaterra, Francia, Italia, entre otros, que tenían mayor desarrollo y crecimiento en el globo terráqueo y  sus habitantes podían discernir lo más conveniente para cada uno de ellos, dada la libertad de pensamiento que imperaba en el país, a pesar  de las diversas corrientes ideológicas que se disputaban la preferencia del electorado, y los gobiernos de turno que se sucedieron a partir de 1958, al  aprobar una nueva constitución, respetaron sus postulados en cuanto al sistema democrático y a la libertad de pensamiento, sin imponer ni estigmatizar a los venezolanos en cuanto a la imposición de un pensamiento único.

Luego a partir de 1999, al asumir el poder un oscuro y primitivo militar, de pensamiento heterodoxo y de accionar pretoriano, a quien sus malos deseos lo llevaron a la tumba,  este pretendió imponer  a los venezolanos mediante un discurso embaucador  lleno de esperanzas florido de gamelote, las ideas de un socialismo utópico basado en el pensamiento único, y proponer  un callejón sin salida  al querer imponer hegemónicamente un nuevo coloniaje, mediante el cual Venezuela se subordinaba a un país arruinado en el cual se cercenaron las libertades públicas a partir de 1959, debido a que Cuba desde la llegada del último dinosaurio que existe en él globo terráqueo, Fidel Castro, este propuso mancillar a sus ciudadanos al cercenarles la posibilidad de pensar en ideales de libertad y de crecer con autonomía democrática; y a China, un hibrido en el cual domina un partido único, con un viraje en lo económico hacia la economía social del mercado.

El caso es que en la actualidad  los ductores del gobierno venezolano, en una actitud incompresible para quienes   promueven ideas basadas en el estudio de la ciencia sociopolítica y demás que permiten el crecimiento y desarrollo de la sociedad en general, en todos sus ámbitos, dado que sería por primera vez en la historia de la humanidad, que un país con condiciones económicas ideales para lograr su desarrollo y auto sustentabilidad, se está auto flagelando al subordinarse ideológicamente a un país que esta complemente arruinado por políticas heterodoxas, basadas en la aplicación del socialismo real, como es Cuba y en lo económico de China, países carentes de oportunidades de desarrollo y de libertad de pensamiento para sus ciudadanos, y  están llevando a nuestro país hacia una nueva dependencia primitiva, basada en lo ideológico y en lo económico.

Esto lo acabamos de comprobar con el nuevo viaje que ha realizado el presidente de Venezuela a China, en el cual se acordaron préstamos por 20 mil millones de dólares, los cuales sumados a los préstamos anteriores con el gobierno chino llegan a 80 mil millones de dólares,   para redondear una deuda pública externa que asciende a 254 mil millones de dólares, adquirida en casi su totalidad por este régimen militarista y a la cual estamos empeñados los ciudadanos de este país en varias  generaciones, pero como este gobierno es hablador de paja por excelencia, según el vicepresidente no es deuda sino un nuevo financiamiento, cuestión que todos quisiéramos que nos tocara a cada uno de los venezolanos, no endeudarnos sino financiarnos.

El quid de la cuestión es que cronológicamente, de acuerdo a las diversas etapas históricas  que ha vivido Venezuela  desde la llegada de los españoles en 1498, esta que estamos viviendo, con la subordinación a Cuba y a China, se circunscribe a la 4ta. Colonización y Dependencia, la cual choca de una manera abrupta con los deseos democráticos y de libertad de pensamiento de los venezolanos, por la forma tautológica que ha utilizado el gobierno comunista de Venezuela al secuestrar los poderes públicos y ponerlos  a disposición del pensamiento único y cambiar el petróleo de todos los venezolanos por baratijas de línea blanca al mejor estilo de la llegada de los hispanos a partir de 1498.

Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras


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