JOSÉ GUERRA |
El
gobierno venezolano cada día se proclama socialista tanto en lo político como
en lo económico. El manejo de la política económica ha sido un verdadero
desastre. La angustia que viven miles de venezolanos que no consiguen alimentos
y otros productos esenciales es el reflejo de lo que fue el fracaso socialista
en todas y cada uno de los países donde ese sistema se implantó y que fue
desechado, desde Rusia hasta Hungría. Quedan como testimonio de ese desastre
Corea del Norte y Cuba, esta última tratando de acercarse desesperadamente a
Estados Unidos para aumentar su comercio.
Las
colas en Venezuela obedecen a tres situaciones. La primera es el control de
precios que limitó severamente las capacidades de producción nacional. Si usted
quiere acabar con una actividad económica, imponga un control de precios. El
bien aparentemente es barato pero no se consigue. Eso es parte de lo que hoy
acontece en Venezuela. La segunda tiene que ver con la política de expropiaciones
que adelantó el gobierno del presidente Chávez con fuerza desde 2007 y que se
tradujo en importantes pérdidas de capacidades productivas en el sector
agroalimentario. El caso más emblemático fue el de la empresa Agroisleña, la
cual actuaba como financista de la producción agrícola y pecuaria y al pasar a
manos del Estado quebró. Lo mismo puede decirse de Lácteos Los Andes. La
expropiación de un conjunto de fincas, hatos y haciendas, mermó de manera
apreciable las capacidades proactivas internas. La tercera explicación de las
colas de hoy tiene que ver con el hecho que el gobierno no entrega los dólares
para las importaciones, en un país, que al destruirse la producción nacional,
es mucho más dependiente de las importaciones que en el pasado.
El
caso de la leche es elocuente. En Venezuela el único importador de leche es el
gobierno quien la revende a las empresas privadas para su envasado. Ello
sugiere que la pronunciada escasez de este producto es atribuible enteramente
al gobierno, quien funge como monopolista de este producto.
Este
espectáculo lamentable del pueblo venezolano sufriendo por conseguir alimentos
es la expresión de una gestión muy inepta de la economía pero también el
reflejo de un modelo económico disfuncional basado en la propiedad estatal de
los medios de producción, como el que se ha querido aplicar en Venezuela, el
cual falló en todo el mundo.
José
A Guerra
joaguerrab@gmail.com
@JoseAGuerra
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