domingo, 4 de enero de 2015

GUSTAVO PARDO, TANIA BRUGUERA; EL EXILIO Y LOS ¨CAMBIOS DESDE ¨ABAJO”. CASO CUBA

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En una entrevista concedida a la agencia noticiosa española EFE, la recién liberada artista performance Tania Bruguera, manifestó ¨si Cuba quiere abrirse al mundo tiene que hacer muchos cambios”, añadiendo ¨esos cambios tienen que ser de abajo hacia arriba, no solo de manera vertical"[i],

Es muy significativo que esta declaración no haya emanado de un cubano exiliado (la mafia de Miami), o un opositor interno al régimen castrista (usualmente descalificado como ¨mercenario”). Por el contrario, Brugueras es una artista performance; íntimamente comprometida con la denuncia social y enmarcada dentro del contexto artístico-intelectual que caracteriza al compromiso político-social asumido por la izquierda internacional. En pocas palabras la joven artista cubana, ha develado una verdad que muchos pretenden obviar: para que se efectúen  cambios reales en la Isla, la sociedad civil cubana tiene que asumir su rol.

Lamentablemente, el conocimiento y reconocimiento de esta realidad, no es del agrado del régimen de los Castros; como tampoco lo es de la Administración Obama, la Unión Europea, ni de la CELAC, y mucho menos del ALBA. Cada cual, aduciendo distintas razones; entre ellas el evitar el caos social que pueda generar un vacío de poder en la Isla. Todos ellos ven más factible y menos peligroso que los cambios en Cuba se produzcan de ¨arriba hacia abajo”; aunque los mismo jamas lleguen totalmente ¨a los de abajo”.

El mérito de Tania Bruguera consiste en salirse del marco que establece este compromiso (no declarado) de la izquierda internacional; llevando su mensaje a la misma ¨boca del lobo” en el interior de Cuba, actitud con la cual Bruguera no vaciló en poner en riesgo el confort económico y la seguridad que le brinda su arte. La pregunta es, ¿valió la pena este acto? Desde mi punto de vista, sí. ¿Por qué?

La joven performance marcó una nueva propuesta en el ambiente socio-político cubano: abandonar la retórica de trinchera y… ¡actuar! Pero, ¿a qué ambiente socio-político se refiere este mensaje?  Pretender enmarcarlo exclusivamente en el contexto interno de la Isla, desde mi punto de vista, es limitarlo a un espacio que le falta un miembro imprescindible: el exilio.

Para nadie es un secreto que el exilio cubano ha demostrado ser una formidable fuerza política y económica en el lugar que ha decidido ocupar dentro de la sociedad norteamericana. ¿Cómo es posible que pretendan desconocer esta realidad los involucrados en las negociaciones que dieron por resultado los acuerdos del 17 de  diciembre? La respuesta existe y es punzante: no hemos sido capaces de sintonizarnos en nuestro objetivo común. Si somos realistas, podríamos preguntarnos ¿a quién podría acudir la Administración Obama, la UE o el Papa? ¿Quién representa al exilio? La respuesta es obvia: el exilio carece de una representación abarcadora de la ideología y de los interese de la comunidad cubana exiliada.

El llamado de Tania Bruguera para que las transformaciones que se encuentran en marcha en la Isla sean reales; las mismas deben contar con una sociedad civil fuerte y organizada, capaz de empujar de ¨abajo hacia arriba”, hasta poner en marcha una dinámica firme e irreversible que conduzca a dichos cambios.

Como parte indiscutible de la nación y de la sociedad civil cubana, los exiliados hemos de integrarnos a esta realidad para ser parte decisiva en dicho ¨empuje”. Para ello, es necesario hacer dejación de los discursos incendiarios y del atrincheramiento inefectivo;  admitiendo la necesidad de sincronizarnos en una misma onda, capaz de hacer patente ante la Administración Obama, la Comunidad Internacional y el propio régimen cubano la existencia de una voz creíble y abarcadora del exilio cubano.

Veo muy poco realista, pretender que se realicen cambios en la Isla sin la participación del exilio. Los cubanos exiliados serán un factor determinante para que se produzca una reconciliación nacional real; se abrevie el lapsus de tiempo requerido para el progreso socio-económico  de Cuba; y sean factibles los cambios democráticos en la Isla. Incluir al exilio cubano en el proceso de cambios, garantiza que los mismos tiendan al equilibrio, evitando el establecimiento de un narco Estado mafioso, controlado por la elite dinástica de los Castros, al estilo de lo ocurrido en la Rusia actual.

Que el exilio cubano sea tenido en cuenta, no depende de la voluntad de la Administración Obama, ni  mucho menos de Raúl Castro; ¡esta opción depende exclusivamente de la voluntad de los exiliados!

Gustavo Pardo
masonhabana78@yahoo.es
@GustavoPardo18

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