Maduro
llegó, medio aclaró sobre cómo funcionará el control cambiario. Públicamente le
dejó las decisiones del aumento de la gasolina, a Jorge Arreaza, quien
ingenuamente cae en eso, para que se queme de una vez. Dejó claro que viene una
devaluación con el nuevo sistema cambiario y se montó en un avión, se fue a
Bolivia y a Arabia Saudita.
Les
dejó dicho “Me avisan si quieren que regrese”. Y así alzó vuelo de nuevo.
Es
tan grave la situación económica, que hay un Presidente que anhela el
derrocamiento y un movimiento opositor que con los bajos precios del petróleo y
el desastre de desabastecimiento, no quiere una aventura de esas. Desde que
comenzó 2015, Maduro se fue de viaje y al mismo tiempo desde donde está dice
que le quieren dar un golpe de Estado, como si al mismo tiempo estuviera dando
el permiso.
La
popularidad del PSUV y Maduro, hundida hasta 14 %, es una razón para que este
grupo de facinerosos en el poder, prefieran salir de esto por métodos no
constitucionales, antes de caer en la deshonrosa renuncia. La renuncia, esa se
la ha paseado por la mente, pero no se lo permiten, los más radicales, los grupos
enquistados en la ubre del presupuesto nacional y los pocos dólares que entran,
no lo dejan. Cada vez que Maduro quiera hacer algo, que no convenga a los
ladrones y corruptos, le recuerdan: “Sino la gente se va a enterar todo lo de
la muerte del Comandante”.
Una
salida a la fuerza, sería una honra para “el legado”, así tendrían como decirle
al mundo, que no pudieron hacer el socialismo, porque “la derecha”, el Imperio,
la CIA, los acaparadores y todo aquello a lo que culpan, no los dejaron
gobernar. Obviamente no contarán los 17 años que ya tienen en el poder.
La
realidad es que el país entró en escasez total, el petróleo continuará su racha
bajista, porque la lucha encarnizada por el mercado tiene como estrategia,
aumentar la producción y ahora más para cubrir pérdidas, producto de esa misma
caída de precios.
Es
poco lo que queda para que las mafias importadoras del PSUV, en lo interno
saquen sus guerras de “lavar los trapos sucios en casa”, la razón es que la
merma de dólares, no les permite mantener el gran negocio que fue esta
“revolución”, la de destruir empresas venezolanas, para ser estos “socialistas”
los amos y dueños del negocio de la economía de puertos.
Por
primera vez en la historia de Venezuela, nadie quiere la silla de Miraflores, así
estarán los números allá adentro, así de abismal es la crisis que vivimos.
Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
@alexvallenilla
CNP 16478
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