JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY |
No fue mi mejor deseo el
anunciarlo, ni presumo poseer facultades a lo Nostradamus. Simplemente lo
acontecido se veía venir porque estaba más claro que agua de quebrada que se
desliza desde cumbres nevadas. Comienzo este escrito en la víspera del día de
los inocentes para despedir este nefasto año donde nuevamente las máscaras han
rodado y han dejado ver nuevos rostros cuyos semblantes están signados por su
falta de honestidad personal y política en algunos de los altos prebostes que
insisten en dirigir a la mayoritaria población venezolana ansiosa de salir de
esta Crisis Nacional que nos acogota.
Rondando la medianoche del viernes, el TSJ designo a los miembros
del CNE. A esas horas, no solamente se acostumbra realizar acontecimientos de
carácter celebrativo, También se ejecutan actos delictivos y aviesos donde los
delincuentes de toda laya patrocinan y producen sus cometidos. Antes de
finalizar el año conoceremos también a los nuevos magistrados del TSJ. De esta
manera iniciaremos 2015 y presenciaremos hechos que harán historia en el
acontecer venezolano.
La MUD emitirá la pronunciación de rigor y me temo que la misma
será de acuerdo a los propósitos ya anunciados y previsibles, aunque –“soñar no
cuesta nada”- quizás el espíritu de enmienda se consolide para beneplácito de
los compatriotas.
La Sociedad Anticancerosa desde hace muchos años nos ilustra y
alerta con un slogan aleccionador: “El cáncer es curable, cuando se diagnostica
a tiempo”. Por ello, la prevención, diagnóstico y tratamiento es asunto de vida
o muerte, pues cuando la metástasis aflora y cunde en el organismo, no hay
remedio posible y la liberación final de los sufrimientos es el desenlace
misericordioso y deseado para el paciente.
El riesgo de la metástasis que pende, como la célebre espada,
sobre la mayoría de los venezolanos nos tiene que llamar a reflexión. Si no se
practica ahora la cirugía salvadora con los demás métodos científicos
apropiados y constitucionales, la malignidad de la enfermedad hará presa fácil
del cuerpo social del venezolano cuyo sistema inmunológico se encuentra
terriblemente mediatizado haciéndolo inútil e inoperante. El poder ejecutivo se
subroga los demás en uno solo. Los poderes legislativo, judicial y el poder
ciudadano, todos con rango constitucional, son simplemente oficinas
administrativas subalternas dependientes del desgobierno milico-civil que se
ejerce de manera omnímoda por intermedio de la presidencia de la república.
Este es el oscuro panorama que develó para Venezuela la navidad de
este agónico año. No es nada nuevo, es simplemente la ratificación de políticas
diseñadas para la perpetuación en el poder de esta nueva clase de dirigencia
política, hibrido de comunismo-socialismo pesimamente instrumentado y vomitivamente
digerido, con arrestos milicos aderezados con Oclocracia, Plutocracia y
Cleptocracia, en mayúsculas todos, armónicamente orquestados.
Es la hora del diálogo. Este no puede ser de ninguna manera con el
gobierno puesto que el mismo no cree en él, ya que lo que practica, haciéndolo
usual es monologo disfrazado porque no ve, no oye y solo escucha lo que le
conviene.
El diálogo debe producirse y pronto entre todos los sectores que
nos oponemos a la continuación de las políticas promovidas por el régimen y que
señala, por notorio, un solo aspecto puntual: participar, abstenerse o
propiciar políticas para ajustar el gobierno con presión y presencia permanente
de calle para obtener las condiciones establecidas por la Constitución Nacional
que es víctima, ya que ha padecido, padece y padecerá de violaciones, falsas
interpretaciones y omisiones por parte del gobierno. Es decir, otorgarle la
legitimidad y legalidad que padece.
Este diálogo tiene fecha y hora en el calendario. Debe procurarse
entre el dos de enero y no debe exceder la primera quincena.
Lo otro es:
a) participar en ese desvergonzado carnaval electoral con muchos y
ansiados participantes con antifaz, cuyo desenlace es tan predecible como lo
fue la falsa expectativa creada con la llamada recomposición de los poderes
públicos venezolanos ajustándolos a las formas y modos constitucionales.
b) permanecer como “convidados de piedra” ejecutando como conducta
“el silencio de los inocentes”. c) participación activa, orgánica y concebida
en la calle con los medios democráticos y constitucionales que aún tenemos.
Que el ruinoso año 2015 que se vislumbra, sea evolucionado –con
las reservas morales y combativas del pueblo venezolano- procurando el inicio
de real prosperidad en lo económico, social y político.
¡Reciban un fraterno abrazo de año nuevo!
José Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
@CheyeJR
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