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AMÉRICO GOLLO CHÁVEZ, |
“En
mi imperio nunca se pone el sol” Felipe
II
Niños del mundo Si España cae en un decir si
cae… C. Vallejo
La vida de España, más que su historia, se
inscribe en estos límites, de dos seres diversos, Felipe II y César
Vallejo. Son los extremos, ¿quien podría
demostrarnos que no es cierto? La soberbia del poder y el poder de la verdad
del poema. En ese inmenso mundo que es
todo el mundo, en todo el mundo y todo
el tiempo, existe España no se si digo bien, mejor lo digo, ese es el ser de
España. Del sol siempre despierto en el mundo del reino que era el mundo, a la
aldea que Franco construyó como el infierno al que condenó la libertad.
En esos extremos inmensos, probablemente insuperables por cultura alguna, está el más alto tratado de la
libertad, de la grandeza, del tiempo que no termina ni fin tiene: Don Quijote,
quiero decir, Miguel de Cervantes, y está también la Inquisición, sin duda el
mas monstruoso y aberrante testimonio del asalto a la razón y el mas abominable crimen contra el arte, la
ciencia, la conciencia, el Hombre. De la Inquisición es hijo Franco de aquel, son hijos los poetas, los pintores,
los músicos, arquitectos, sabios, sus científicos, pensadores, mejores que
filósofos grandes que también ha
tenido. Franco es la prehistoria,
Cervantes el tiempo que vendrá
construido hoy sin descansar
mañana. Felipe II la fuerza del Poder,
Vallejo el poder de la palabra.
Pero España, la que amo y obligados estamos
resguardar, tal mandato de Vallejo, es
el reino de una cultura, de una literatura, de un modo de ser que vive ya no en
todas partes del planeta y mas allá, es su lengua que vive en la creación de
los poetas, de los novelistas, de los creedores populares, la copla, el cante
jondo, y más es mucho más, un inmenso
mundo, que vive sin complejos desde Rio Grande hacia abajo, pero también en
Estados Unidos, y en más lugares vive,
España, entonces, hoy puede decir
con mas propiedad que el rey Felipe, en
España con un rey de juguete vive el mundo que se recrea en el mundo, la palabra, el
logos, que bien ganado tiene su espacio en esta tierra y ha hecho de la galaxia
una provincia. Lo que nunca pudo hacer la sumisión ni el poder cuasi omnímodo,
lo logró la palabra, el arte, la ciencia,
entonces, sin ser en España nacidos, es
España quien renace en su lengua, se
cultiva en su palabra, y vive y esta allí el ser de España, tan mía como de
ellos. Mi existencia imposible sería sin
la palaba en la que leo, escribo, degusto, gozo y también sufro. Y en la
lengua, en su arte, está sembrado y brota el ser de España. No soy quien para hacer comparaciones, pero,
valga este ejemplo, para los Estados Unidos de América, La Comen Weld casi
no existe Shakespeare, para nosotros sin Cervantes no existimos.
Pero, La España, la de la Península Ibérica,
la de hoy vuelve a debatirse en los límites de su tragedia, solo que no es solo de ella, es en cierto grado es del
mundo y en él estamos, es por tanto nuestra.
Como ayer hoy protagoniza un
conflicto que mucho mas allá de su
propio conflicto, es el del mundo que vendrá y aparece en España, pero no de
visita. No se si exagero, pero ha sido para España quizás como inherente a su
existencia vivir en perenne conflicto, pero es esencial a España hallarse en su
arte, salvarse, digo mejor no es un decir. Es un pueblo de huéspedes que se
hicieron en ella y a ella hicieron. Los romanos, los árabes, los judíos, (los
otros que se asentaron primero, de los que nada se pero que fueron) en medio de
contradicciones, también cismas, no solo
se quedaron, sino que allí fue su Re-nacimiento, no me atrevo a decir,
pero lo digo, dejaron de ser los que vinieron y se hicieron allí los seres
nuevos que, en ese largo viaje, crearon
la España que tenemos. No me atrevo a
pensar, pero lo pienso que en ese hacerse, deshacerse y hacerse está el ser de la España que hoy tenemos allá, en la
Península, pero que en miles de formas
llevamos por dentro.
Los sabemos todos, España ha sido sacudida por
una crisis económica aguda, crecimiento
decreciente que genera una tasa de desempleo muy alta, de modo muy particular
entre los jóvenes, muchos de quienes emigran de sus suelos buscando mejor
cielo. No menos tenebrosa es la crisis moral, la corrupción en gran parte de
sus partidos, empresarios, el futbol, la asquerosa perversión de miembros de la
iglesia católica, en fin, nada parece que no haya sido contagiado de este mal mortal, que si uno mira el tiempo allí y
en todas partes se ha vivido, sin que ello pueda justificar el mal que hoy
padecemos, porque y valga el excurso, en la Venezuela de Chávez, la corrupción,
la degradación moral y la ausencia de ética es el alma del modelo cuyo proyecto
es de hacer de cada quien un limosnero y estos no luchan, felices son en el
estercolero. Volvamos y perdone lector
mi atrevimiento; pero sabemos ya desde hace tiempo que en esta era, la del
capitalismo, las crisis económicas suelen ser
enfermedades de cuya cura se refuerza la permanencia del modelo. Pues bien, España puede, y lo está haciendo, superar esta
crisis.
Mas la crisis de España que tiene en
Cataluña, al parecer su centro, al parecer dije pero las apariencias suelen
engañarnos. Es mucho más compleja. Es según lo siento, lo intuyo y pienso. El
separatismo o la independencia de Cataluña lejos de ser un riesgo, es un modo que ha permitido hacerse a España, pues, no
hay nadie que nacido en la Península,
que a España corresponda, que no sea independentista siempre y a ratos bien
anárquicos y a pesar de este mal, azas congénitos, se ha resuelto. No es la
Ínsula Barataria a donde lleva Don Quijote a Sancho para que gobierne, el único
gobernante que jamás ha existido ni existir podrá a quien no haya corrompido el
poder ni a quien el poder le haya impedido corromper. Digo mas, quiero decir si
puedo y decir quiero, gran humorista
Sancho, quiero decir Cervantes, que el mismo Quijote y el Quijote es él, demostró que la única condición del buen y
bien gobernar es el humor, y el humor es el maná de la verdad, antídoto perfecto para impedir el mal y la
maña de mentir siempre para engañar. No era eso lo que quería decir pero lo dije.
Si
se reconociese la independencia de Cataluña al día siguientes vendrían en cola
algunas otras de las demás comunidades autónomas. Hasta Francia sufriría escalofríos si el País Vasco fuese país y
también república. Nadie puede
obscurecer la historia de este pueblo, su cultura, cuya lengua, incluso, no
pertenece a la familia del indoeuropeo y, desde mi ignorancia, aun no se de sus fuetes o si de ellos mismos es su
propio nacimiento. Aparentemente, otra
vez la apariencia, tendría razón el jefe
de gobierno, el señor Rajoy, de circunscribir la respuesta a Cataluña en la
Constitución, sin duda amplia, de elevada equidad en la atención las comunidades autónomas. Como es una
falacia su postura de afirmar que, como la mayoría de catalanes no votó por
tanto los separatistas fracasaron porque
apenas alcanzaron el 33% del los
electores, entonces, concluye
Rajoy, esos que se quedaron sin votar son no separatista, están por la unidad
de España. O lo inverso, quienes no votaron son separatistas y se quedan en
casa por comodidad y por la seguridad que eso vendrá. Rajoy sabe que miente, si su “convicción” fuese verdad, sencillamente convocaría un referéndum y
asunto liquidado. Igualmente sería imbécil
creer que todo el universo de catalanes que no votó es separatista y se levanta de hombros por la
seguridad de que todo vendrá.
Pues
bien, como la solución no es estrictamente constitucional, ni la de reformar la
constitución, como quiere el PSOE, o, hay
ya “chavistas” que allá propician una asamblea constituyente para empezar de cero mediante un proceso,
porque la constitución del 78 es un candado cerrado que impide el desarrollo de
la democracia, casi dicen plagiando a Chaves, participativa y protagónica y con
esa nueva constitución resolverán los
problemas de España… En este mundo de la informática, la cibernética, la aldea
global, casi exclamo: remember Chávez ante la constitución moribunda y Caldera
agonizante... Me gustaría creer que la
semejanza es mera coincidencia, pero no!
Pero
No!. La democracia toda tiene severas crisis. El voto universal directo y
secreto que tanta euforia provocó en la Francia, donde su efervescencia se
sintió en el planeta, porque el rico y el pobre en él eran iguales, así creyeron y dijeron y escribieron, se ha convertido por el manejo de los medios,
del poder, del lenguaje, mas que en un acto de
libertad, de igualdad, de equidad y aun justicia, que por “hipótesis”
hacia iguales a todos en el voto, dejó lugar a un modo de manipulación y, aun
de control social, dependiendo de quien
tiene el poder, el capital, el dinero, las hegemonías, en una palabra, de los
que tienen la posibilidad de manipular. Digo mejor, la capacidad de comprar. Pero, detrás de ese mundo de mercado,
mercaderes, hubo y hay una proceso de construcción que aleja al ser social, al
ser humano, a usted y a mi, a cada quien
y a todos de la capacidad crítica, de la reflexión, de la consciencia como acto
de pensar, analizar, relacionar, inferir.
Un
segundo elemento de esta crisis, radica
en la profesionalización absoluta del oficio político, sin regla alguna. Vale
decir, haber convertido al político en un burócrata, tal vez mejor decir en un
sacerdote, calificado o no, de la política, del partido, creándose una paradoja
solo vista en las iglesias. Cada sacerdote, imán, obispo, chaman, pastor…
defiende la pureza, la piedad, la misericordia, condenan el adulterio, la
pederastia etc. y ¡cómo bien disfrutan de todo eso!. Los defensores y sustentos
de la democracia, ya veremos cual, se hacen vitalicios. Se hacen emperadores, jeques, caudillos
insustituibles. Y si mueren, quieren que el “reinado” se prolongue en los
hijos… o al favorito, sea cualquier la razón de esta apuesta, ganada de
antemano.
Un
tercer elemento de este conjunto es haber quitado a la democracia su carácter
histórico, real y convertirla en mito.
Tal vez se haya podido ir más lejos, en diosa impoluta, perfecta,
perenne, más que forma política una forma
de vida, ella misma la vida. Esta
mitificación, deificación de la
democracia, la convierte en un jarrón chino, lleno de vacio e intocable para
que no se manche o rompa en manos llanas.
Pero la realidad suele, quizá
tarde, derrumbar los mitos. Porque la democracia, esta real, es una inmensa
paila, donde el de abajo sirve de leña al fuego, pero quienes le atizan quedan
libres de riesgos, solo que de este
hecho, muchos leños ya adquirieron
consciencia de tan macabro y hábil juego.
El marketing enterró la idea. La otra cara de esta apuesta, su cuarto
elemento, que así concebida siempre
pierde el de abajo, es el del mercado y la libre empresa, también como valores absolutos. Como ejercicio pleno de la libertad.
De
todo esto es bueno repetir como Darío, hay que torcerle el cuello al cisne de
fastuoso plumaje. En efecto, la democracia y el mercado, en estos tiempos se
han coinvertido en un problema ético, que es necesario superar, pues la
conducta humana guiada por ese modo de hacerse, apenas esbozado, ha conducido a
la depauperación y degradación humana y a la destrucción de la naturaleza. Del mismo modo que al renacimiento de
tendencias nazis, fascistas, racistas como formas de preservación o a
propuestas de esas llamadas populistas que por vía no menos irracional quieren
salvar al de abajo, al mundo. Dos
ejemplos capitales, el neofascismo y todas las formas de extrema derecha y el
“izquierdismo” populista se agigantan en Europa, entre otras causas porque la
razón y la moral de la democracia “liberal” se sustituyeron por la deificación
de la democracia y del mercado, valores absolutos que gobiernan al hombre y deciden el
destino de la historia, eso creyeron. El
fondo de la crisis de España está aquí,
y de su respuesta se nutrirá el
mundo.
Americo
Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
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