Recién ha, el mas ilustre estadígrafo
de Venezuela, o quien sabe cual será el
mas adecuado determinativo, dio a
conocer unos datos mediante los cuales demostraba, estadísticamente, que la
pobreza extrema y la otra, extremosa también, pero en grado menor que el
superlativo, o sea vivir con menos mucho
menos de cuanto es necesario, había
crecido considerablemente.
Al poco
tiempo, uno de los superministros del gabinete, el de educación, saltó a demostrar que “todo es según el color del
cristal con que se mira”, oportunista
expresión de un gran sabio español, Campoamor, cuya sentencia, además de lo
oportunista para negar la verdad, tenía
el mérito, si así puede calificarse, de la complacencia, del celestinaje, de
las concesiones al poder, a la subjetividad para la justificación.
Si
cada quien, sobre el mismo objeto, dice cuanto en gana venga, no busca decir de
distinto modo las cosas, descubrirlas o
encubrirlas, sino poner en evidencia sus juicios, y estos sí son propios de cada quien, los cuales pueden
estar reñidos con la verdad o debelar
sus obstáculos, develarla para sumirla,
continuarla; así, los propios del hombre
justo, del sabio, del científico, del filósofo, del charlatán, del marramunciero, del embustero y
demás conductas de la especie humana,
que mas o menos pasan ya de los 7000
millones, de modo pues que, saque la cuenta usted, si hacemos caso a Campoamor,
“nada es vedad ni mentira” o nos atenemos a la ética, al conocimiento crítico
para alcanzar la verdad, “desnudar” el objeto, zafándose de las apariencias,
pues estas siempre engañan.
Una
excusa a Campoamor, si es verdad que “en
este mundo TRAIDOR… y si el mundo es así de verdad, traidor, pudiera tener razón el poeta. Porque
probablemente sea verdad que el mundo de la traición se mueve así y
quizá por eso sea así el mundo.
Pues
bien el señor Elías Eljuri, que así se
llama el hombre jefe de estos asuntos,
afirma que aumentó a 27,3% índice de pobreza en el país según las investigaciones del INE, bajo su mando,
hasta ahora digno, ilustre, transparente según es la verdad del régimen. Ratos
después, el ministro de usos múltiples,
como cualquiera de los ministros del chavemadurismo, hoy de educación, desestima, desecha por errada la estadística
Eljuri y sus siempre alabados datos y
aclara el error del señor Eljuri y su equipo, a quien el régimen ha
dado, pues, la responsabilidad de decir
la “verdad” en esa “materia” y en quien
siempre se ha tenido fe.
Así,
entonces, el polivalente, sabio, maestro
ministro del poder popular para la educación, señala que es cosa de tomar los
indicadores. Quiten la inflación, la escasez, apagones, agua, desempleo,
inseguridad, y otros morbosos indicadores
y aténganse a las misiones, a las conquistas en salud, educación, bienestar, felicidad y verán que
la pobreza no solo ha disminuido sino que, la extrema, casi no existe y la otra
se está acabando aceleradamente. Y
agrega, si hubiere escasez, que no hay,
es ficción creada por los medios, sino y eso no es ficción, es obra de la revolución que ahora tenemos mas, mucho
mas dinero con qué comprar. Esta
economía socialista es simplemente genial.
El poder adquisitivo del venezolano se ha multiplicado, por eso se agotó
la existencia, la guerra económica impide la producción suficiente, y el
venezolano es feliz, porque ahorra.
Una
nota importante la de Datanalisis, buena para ver mejor aun para quien no
quiera oír dijo cosas de ver. En esa
línea la regulación de los precios es también genial: se regula lo que no hay.
Los autos, no hay. Comida, no hay. Se regulan los bienes, no hay.
Como
de estas cosas se trata, saltará el
señor Oscar Shemel, Hinterlasen, y dirá que
todo está bien, que los demás son
quienes están mal y colorín colorado, el país “parece” estar acabado, pero
parece, en realidad es un mundo feliz; solo eso, parece, el ministro volverá, ese u otro sabio
rotativo y dirá, en la oposición, “que
todo es mentira, hasta la verdad•”.
Claro,
me huele a tango y lo bueno del tango es
su ser trágico . Verás que todo es mentira, verás que nada es amor /que
al mundo nada le importa yira, yira.
Como
suelo conversar con niños, mis nietos, o mis lectores mayores de 60 años, a
escondidas de mi psicoterapeuta,
para dejar intocable lo privado, cuya verdad es íntima, siempre suelo recordar algún episodio de
estos que digo al momento.
Vinieron
a mi dos grandes ejemplos y una sentencia: en cierta oportunidad, de las muy
pocas que permitía Fidel, puesto que en Cuba todas la oportunidades de cada
quien, de cada uno, dependen de él y del
petróleo venezolano, pues bien solicitó
un economista para dirigir el BCC. (A quienes casi nadie hace caso, de ahí su
éxito) y El Che, levantó su mano, ante lo cual Fidel observó, creía que eras médico y ágil, como siempre,
el Che replicó, creía que solicitabas a un comunista.
El
Che presidió ese exitoso banco en su
cadena de indefectibles éxitos. Todo sabemos lo
bien que le ha ido a Cuba con estas decisiones, hoy es uno de los mas desarrollados e
importantes espacios de la felicidad.
No porque se haya cumplido con
el “a cada quien según sus capacidades,
según sus necesidades” sino al César lo que es del Cesar… y como el Cesar es el ser comunista y Fidel es Dios, todo
sale a la medida, de modo que cada Paraíso tiene a su Pedro de Portero.
El
otro ejemplo, nos lo dio el ilustre
Maestro Dr. Gallego Díaz, un excelso matemático que pasó por estas tierras y murió en Caracas,
celebrando un premio, narró este
episodio imborrable. En Madrid (no recuerdo exactamente) un vendedor de
pastelillos los promocionaba de este modo: “pastelillos 50% de codorniz, 50% de
caballo”. Un representante de la
justicia española, escuchó tan
lúdica promoción y no cabía
de placer para llevarlo a la justicia, por estafa. El fiscal, repitió el
tema de la publicidad y pidió la
condena. A renglón seguido el vendedor, se defendió (daban el derecho a la
defensa, que acá no se si lo concede el ungido presidente, dueño de casi
todos los medios de comunicación, excepto el medio de
la calle que perdió hace tiempo) de este
modo: sonrió sin ironía, sereno, sin inmutarse, y observó a viva voz tranquila,
“yo no estafo a nadie, no engaño a nadie, digo la verdad, verifique su
excelencia, así, yo mato un caballo y
una codorniz, los mezclo y de allí hago
el guiso”.
La
sentencia es de mi papa, hela aquí, “los enamorados y los políticos tienen
necesidad de mentir. Tal como los
adúlteros y los corruptos. Estos para
resguardarse de las acciones del amor perverso, aquellos, porque el éxito vive
del engaño. Si se dice la verdad a su amada (o) convierte lo posible
en riesgo, si dice la verdad al elector jamás alcanzara sus votos”. Así decía
siempre.
Estas
citas, ojalá fuesen meras anécdotas que
sirvieran para probar la capacidad de juego del ser humano, sus habilidades e
inteligencia, o la ironía de la verdad empírica de mi padre, o como caso del vendedor de pastelillos y la magnifica
intención del maestro Gallego Díaz, para
introducir un tema de reflexión sobre el manejos de las “matemáticas”, ya seria bueno, pero a riesgo de no lograrlo,
la intención de este texto quiere ir más lejos.
Sin
mayores empeños, pero lejos muy lejos de la conducta de la semióloga que
encuentra en los discursos de Leopoldo López una instigación subliminal al
crimen, y lejos de una interpretación
pseudo freudiana al piropo Chávez que
regalase a los ojos de Diosdado, el de los ojos bellos, que lo habría condenado
por sospechas sexuales, como quien dice indignas de un señor presidente, jefe
des estado y de gobierno, máximo líder, comandante eterno, superador de la
inconclusa obra de Bolívar y de la de Jesucristo, para salvar a la humanidad
del salvaje capitalismo… etc.…, yo quiero que me ayude, lector, a resolver este problema que anoto de seguida.
¿Por
qué se miente? Dejemos las mentiras
pequeñas del hogar, pero que inexorablemente
se convierten en el tobogán para llevar a los hijos al infierno (Tesis
de Ratzinger), dejemos las corteses y piadosas de esas que dicen, estoy bien
así se este muriendo y acerquémonos a
las mentiras, que en general, son dominio del Poder. Dejemos, también, las mentiras de amor, que en exageración
pueden llegar a decir, para ese nada soy,
si me ve en público no sabe quien soy, pero cuando juntos están cierran los ojos para
verse mejor, oyéndose las manos que convierten la piel en música mágica!
Todo
autócrata, todo delincuente, no importa la magnitud de su delito, miente por
miedo. Este es el centro de
“gravedad” de su mentira. ¿A qué teme? A la verdad.
Solo a ella. Y como para alcanzar
la verdad es imprescindible la libertad, entonces, todo autócrata, todo
delincuente, no importa la magnitud de su delito, concentra todos sus esfuerzos en destruir la verdad.
Pero
como la búsqueda de la verdad tiene en
la libertad su condición necesaria,
pues es esencia del hombre, su
esencia dinámica, la que le impulsa
a existir, a vivir, a enfrentar la
muerte (el esfuerzo supremo en esta batalla la tienen el arte y la ciencia)
entonces, el autócrata está convencido de que el asesinato al ser libre, al
ser que arriesga para hallar la verdad,
es la mas eficaz forma de acabar la libertad,
y siendo la verdad inmortal,
recurre a lo que es su suprema “verdad”,
encarcelar, asesinar al hombre libre, al ser critico, que ama, busca
y difunde la verdad.
Y,
tal como ha sido demostrado, el autócrata está convencido de que antes de llegar al extremo de la muerte
por asesinato del ser concreto, poeta,
intelectual, político, ciudadano… que
tras la verdad, lucha por la libertad, recurre a otro tipo de muerte, el
sadismo que es inherente, propio, “congénito” al poder, bien sea del dictador
y sus secuaces, bien quienes profesan
diversas formas de dogmatismo, fundamentalismo, que asumen
sus “dogmas, sus fundamentos” como verdad única que todo el universo
ajeno a ella tiene que aceptar y
asumir.
El
caso venezolano actual, como ayer cualquier modelo fascista, nazi, dictaduras
Videla, Pinochet, Fidel … fundamentalismo islámico, inquisición, está inscrito en este monstruoso juego de
poder.
Entonces
la psicopatía del autócrata, del dictador, del embustero, del marramunciero,
convierte su noción, sus ideas de
verdad, en su verdad y desconoce la verdad real. Crea una simple “dogmática moral” quien esté
conmigo es bueno, se salva, quien me
niegue o critique es el mal, condenado está. Y como es demasiado simple esa
banalidad, su ideal de justicia se trueca en odio y venganza, ésta como castigo
al mal, según su sadomasoquismo, aquel como forma de unir a los verdugos.
Quien
crea en la patria que me siga, quien no lo haga es traidor, es criminal.
Por tanto, no hay que ser sabio para la
más elemental inferencia. Ave Caesar, morituri te saludant. (Salve cesar
quienes van a morir te saludan) Y para el dictador cesarista o no, todos los
que aman la libertad están condenados a
muerte.
¿Hay
salidas?. Absolutamente, la verdad. Cada
ciudadano, cada estudiante, cada artista, intelectual, mamá, papa, tío, abuelo,
hermano, cuñado … tiene sus propios medios para alcanzarla, traducirla, hacerla
de todos. La calle. La calle tiene que ser el escenario de la verdad y,
entonces, todos quienes amen y amemos la libertad debemos estar en el medio de
esa calle y en lugar de balas y metrallas,
la palabra que busca y convence con la verdad.
Esta
es la hora de los venezolanos hoy. Gloria a los jóvenes estudiantes que
iniciaron la ruta y saben hacia donde van: tras la libertad, con la verdad.
Gracias a ese bellísimo conjunto de artistas, músicos insignes y mas, que han
puesto al arte al servicio de la paz, del amor, la solidaridad, la
libertad y que han logrado que su palabra en música se escuche en los mejores
rincones del planeta, teniendo a Estados Unidos su primer espacio.
Gracias
a todos, y a quienes por no tener como escribir a cada uno, dejo en Simón
Gollo, mi gratitud sin limites por su
coraje, ejemplo y la belleza de su arte, la música, en búsqueda de la paz, el amor, la
libertad, la de esta tierra, hoy bajo la
botas de la autocracia mas ignara que en
el mundo ha sido.
Americo
Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
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