martes, 30 de diciembre de 2014

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, UN MEJOR PAÍS

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ
La Venezuela que aspiramos será dueña de su propia grandeza, recuperará su soberanía y viviremos dentro de ella en armonía… en paz, imperarán el respeto, la libertad y la democracia.

Se vislumbra la salida del túnel, huele a transición, a tierra mojada. Soplan nuevos vientos que secan las lágrimas en los rostros enlutados, que secan la sangre derramada por los colectivos y los militares… que restauran heridas y humillaciones en el corazón de los venezolanos traicionados.

El venezolano se prepara al 2015 con los ojos abiertos, ya no come más cuentos, recuerda la máxima “Por el fruto conocerás el árbol”, la realidad que vivimos no le gusta, lo oprime y atropella, está claro quién es el verdadero culpable, sabe que fue manipulado… utilizado.

A su alrededor observa el nuevo riquísimo de los enchufados, de los que han obtenido todo sin sacrificio. Aquellos que tienen años disfrutando de vuelos gratis, utilizando las divisas nacionales para su disfrute personal, traficando con armas, medicinas vencidas, comida podrida y con droga.

Está harto de encontrar castristas en todos los organismos, de ver como los familiares de Chávez se hicieron multimillonarios de la noche a la mañana, mientras el país se hundía en la inflación, la violencia y la escasez bajo la mirada impasible de los funcionarios de un estado que reían chistes vulgares, atropellaban jóvenes y mujeres, ponían presos a inocentes y se burlaban abiertamente de las leyes y la Constitución.

Un régimen de enanos intelectuales y morales que se montaron en la silla para sentirse altos con el poder… sin estar preparados, desesperados por la riqueza fácil, sin escrúpulos ni valores nacionales, corruptos y dispuestos a vendernos a las lacras del mundo. Así vimos desfilar sin descanso a guerrilleros colombianos, a Carlos encabezando a los terroristas internacionales, a extremistas islámicos, al dictador de Teherán, a Gadafi, a Saddam Hussein, a Robert Mugabe, a los hermanitos Castro, recibiendo honores, la réplica de la espada del Libertador… mancillando su gloria y hundiendo la imagen nacional en el lodazal de los dictadores, asesinos, extremistas y traficantes.

El 2015 es decisivo, el venezolano debe convertirse en el motor de lo que desea para su país, el difunto quedó atrás, este país es de los vivos, representados en sus jóvenes, en los que trabajan duro, en los que no se rinden.

La maldad intentó convertirse en un patrón de conducta, burlándose de los honestos, de los demócratas, del que exige que se respete la ley, del que da el ejemplo, del que no se calla aunque lo golpeen o lo encierren.

Este hermoso país no se dividió, hicieron esfuerzos sobrehumanos para sembrar el odio, lo humillaron, permitieron las bandas de asesinos que se encargaron de la vida de 200.000 compatriotas.

El problema no fue nuestro pueblo sino quien lo gobernó. Parafraseando a Konrad Adenauer, todos vivíamos bajo el mismo cielo, pero no teníamos el mismo horizonte.

Por eso fuimos víctimas de un proyecto extranjero, que preveía nuestra ruina, el empobrecimiento necesario para someternos. Pero todo eso es pasado, ahora tenemos que ocuparnos del futuro.

Entramos en una época de nacimiento, que es el verdadero sentido de la Navidad, fecha en que conmemoramos el nacimiento de Jesús de Nazaret, tiempo para el rencuentro familiar, de la gran familia venezolana, alrededor de una cena, un arbolito y una esperanza… el final del 2015 será mejor.

El amor es más fuerte que el odio, “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16-17.

El verdadero significado de la Navidad es la celebración de un acto de amor. Obsequiándonos los regalos de la fe, de la esperanza y de la libertad, para brindar en nombre de cosas elevadas, tiempo también para la caridad, para acordarnos de los que sufren, los menos afortunados.

Vivimos tiempos para celebrar de una manera diferente, dejar de lado lo superficial, los intereses personales, 2015 es para construirlo juntos, para interiorizar por qué y para quién estamos haciendo todo esto.

El 31 de Diciembre recordaremos alegrías, tristezas, agradecimientos, peticiones, culpas y debemos profundizar nuestra fe, el sustento espiritual para emprender lo que tenemos que emprender, porque “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes”. (Confucio)

Comencemos por desempolvar el espíritu, vistámonos de coraje, como quien luce sus mejores galas, vístete de creatividad, de comprensión. Escucha, rodéate bien, abre tu corazón, límpiate de sentimientos mezquinos, crece por dentro, inspírate, mira hacia dentro, allí se encuentran todas las respuestas… conéctate con el universo.

Ve a lo esencial, reflexiona, sé optimista, a partir de hoy la vida toma otro sentido y dejamos de lado lo que nos distrae o nos aleja del camino, convirtámonos en el regalo más grande, el mejor envuelto, viene dentro de nosotros mismos para obsequiarlo al país.

El compromiso por nuestro pueblo, por la libertad por que volvamos a ser ciudadanos dignos, patriotas, justos y buenos.

Al presentar este regalo seguro enfrentarás la actitud negativa de los enchufados, te acusaran de escuálido, pitiyanki, de traidor a la patria, un disco rayado que nadie escucha.

En esta Navidad la nueva Venezuela nace con el niño Jesús dentro de cada uno de nosotros, nace con el compromiso porque nos hemos regalado una oportunidad, que a su vez se la regalamos a cada ciudadano venezolano.

Es hora de que cada ser humano que conforma nuestra nación deje de sentirse miembro de una masa de seres manejados, separados por el discurso oficial, por los generales o las bandas de motorizados. Cada uno de nosotros es un ser único e irrepetible, que a partir de ahora se convierte en un ciudadano orgulloso de sentirse compatriota, participando de un destino común, responsabilizándose por la construcción de un mejor país que será la obra de todos.

Dejamos atrás un año duro, con muchas víctimas, en el cual despertamos dentro del marasmo al que habíamos sido conducidos. Es posible que a principios del 2015 veamos más sufrimientos y más angustias. Es normal, será como todos los inicios de un final doloroso.

Esta “Noche Vieja” veremos el firmamento iluminado de luces y bengalas que explotaran en miles de estrellas de colores. Que cada estrella bendiga el alma de los patriotas que se preparan a conquistar su libertad.

Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher

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