NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ |
La
Venezuela que aspiramos será dueña de su propia grandeza, recuperará su
soberanía y viviremos dentro de ella en armonía… en paz, imperarán el respeto,
la libertad y la democracia.
Se
vislumbra la salida del túnel, huele a transición, a tierra mojada. Soplan
nuevos vientos que secan las lágrimas en los rostros enlutados, que secan la
sangre derramada por los colectivos y los militares… que restauran heridas y
humillaciones en el corazón de los venezolanos traicionados.
El
venezolano se prepara al 2015 con los ojos abiertos, ya no come más cuentos,
recuerda la máxima “Por el fruto conocerás el árbol”, la realidad que vivimos
no le gusta, lo oprime y atropella, está claro quién es el verdadero culpable,
sabe que fue manipulado… utilizado.
A
su alrededor observa el nuevo riquísimo de los enchufados, de los que han
obtenido todo sin sacrificio. Aquellos que tienen años disfrutando de vuelos
gratis, utilizando las divisas nacionales para su disfrute personal, traficando
con armas, medicinas vencidas, comida podrida y con droga.
Está
harto de encontrar castristas en todos los organismos, de ver como los
familiares de Chávez se hicieron multimillonarios de la noche a la mañana,
mientras el país se hundía en la inflación, la violencia y la escasez bajo la
mirada impasible de los funcionarios de un estado que reían chistes vulgares,
atropellaban jóvenes y mujeres, ponían presos a inocentes y se burlaban
abiertamente de las leyes y la Constitución.
Un
régimen de enanos intelectuales y morales que se montaron en la silla para sentirse
altos con el poder… sin estar preparados, desesperados por la riqueza fácil,
sin escrúpulos ni valores nacionales, corruptos y dispuestos a vendernos a las
lacras del mundo. Así vimos desfilar sin descanso a guerrilleros colombianos, a
Carlos encabezando a los terroristas internacionales, a extremistas islámicos,
al dictador de Teherán, a Gadafi, a Saddam Hussein, a Robert Mugabe, a los
hermanitos Castro, recibiendo honores, la réplica de la espada del Libertador…
mancillando su gloria y hundiendo la imagen nacional en el lodazal de los
dictadores, asesinos, extremistas y traficantes.
El
2015 es decisivo, el venezolano debe convertirse en el motor de lo que desea
para su país, el difunto quedó atrás, este país es de los vivos, representados
en sus jóvenes, en los que trabajan duro, en los que no se rinden.
La
maldad intentó convertirse en un patrón de conducta, burlándose de los
honestos, de los demócratas, del que exige que se respete la ley, del que da el
ejemplo, del que no se calla aunque lo golpeen o lo encierren.
Este
hermoso país no se dividió, hicieron esfuerzos sobrehumanos para sembrar el
odio, lo humillaron, permitieron las bandas de asesinos que se encargaron de la
vida de 200.000 compatriotas.
El
problema no fue nuestro pueblo sino quien lo gobernó. Parafraseando a Konrad
Adenauer, todos vivíamos bajo el mismo cielo, pero no teníamos el mismo
horizonte.
Por
eso fuimos víctimas de un proyecto extranjero, que preveía nuestra ruina, el
empobrecimiento necesario para someternos. Pero todo eso es pasado, ahora
tenemos que ocuparnos del futuro.
Entramos
en una época de nacimiento, que es el verdadero sentido de la Navidad, fecha en
que conmemoramos el nacimiento de Jesús de Nazaret, tiempo para el rencuentro
familiar, de la gran familia venezolana, alrededor de una cena, un arbolito y
una esperanza… el final del 2015 será mejor.
El
amor es más fuerte que el odio, “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que
tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16-17.
El
verdadero significado de la Navidad es la celebración de un acto de amor.
Obsequiándonos los regalos de la fe, de la esperanza y de la libertad, para
brindar en nombre de cosas elevadas, tiempo también para la caridad, para
acordarnos de los que sufren, los menos afortunados.
Vivimos
tiempos para celebrar de una manera diferente, dejar de lado lo superficial,
los intereses personales, 2015 es para construirlo juntos, para interiorizar
por qué y para quién estamos haciendo todo esto.
El
31 de Diciembre recordaremos alegrías, tristezas, agradecimientos, peticiones,
culpas y debemos profundizar nuestra fe, el sustento espiritual para emprender
lo que tenemos que emprender, porque “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no
lo haces entonces estás peor que antes”. (Confucio)
Comencemos
por desempolvar el espíritu, vistámonos de coraje, como quien luce sus mejores
galas, vístete de creatividad, de comprensión. Escucha, rodéate bien, abre tu
corazón, límpiate de sentimientos mezquinos, crece por dentro, inspírate, mira
hacia dentro, allí se encuentran todas las respuestas… conéctate con el
universo.
Ve
a lo esencial, reflexiona, sé optimista, a partir de hoy la vida toma otro
sentido y dejamos de lado lo que nos distrae o nos aleja del camino,
convirtámonos en el regalo más grande, el mejor envuelto, viene dentro de
nosotros mismos para obsequiarlo al país.
El
compromiso por nuestro pueblo, por la libertad por que volvamos a ser
ciudadanos dignos, patriotas, justos y buenos.
Al
presentar este regalo seguro enfrentarás la actitud negativa de los enchufados,
te acusaran de escuálido, pitiyanki, de traidor a la patria, un disco rayado
que nadie escucha.
En
esta Navidad la nueva Venezuela nace con el niño Jesús dentro de cada uno de
nosotros, nace con el compromiso porque nos hemos regalado una oportunidad, que
a su vez se la regalamos a cada ciudadano venezolano.
Es
hora de que cada ser humano que conforma nuestra nación deje de sentirse
miembro de una masa de seres manejados, separados por el discurso oficial, por
los generales o las bandas de motorizados. Cada uno de nosotros es un ser único
e irrepetible, que a partir de ahora se convierte en un ciudadano orgulloso de
sentirse compatriota, participando de un destino común, responsabilizándose por
la construcción de un mejor país que será la obra de todos.
Dejamos
atrás un año duro, con muchas víctimas, en el cual despertamos dentro del marasmo
al que habíamos sido conducidos. Es posible que a principios del 2015 veamos
más sufrimientos y más angustias. Es normal, será como todos los inicios de un
final doloroso.
Esta
“Noche Vieja” veremos el firmamento iluminado de luces y bengalas que explotaran
en miles de estrellas de colores. Que cada estrella bendiga el alma de los
patriotas que se preparan a conquistar su libertad.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher
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