miércoles, 10 de diciembre de 2014

JAIME REQUENA, ADIOS IVIC

 
JAIME REQUENA
  
No ha sido suficiente lo que han dicho las personas más calificadas para alterar el rumbo que ha tomado el cambio de la ley del IVIC. Los caporales gobierneros no le han prestado ninguna atención a las opiniones de expertos que rechazan la barbaridad que ellos pretenden hacer. De nada han valido las contundentes evidencias que desmienten la infamia que pone a los científicos del IVIC y sus proyectos de investigación al margen de las necesidades de ese comodín retórico en que se ha convertido el pueblo.

    Como loros, los mujiquitas de hoy, repiten el libreto delineado el 3 de mayo del 2009 en el Aló Presidente # 329. Entonces, el comandante eterno acusó a la gente de Pipe de ser unos "Ciro Peraloca" y de estar "investigando sobre la vida en el planeta Venus". El discurso oficial sigue reducido a conceptos anacrónicos cuando no vacíos, acusaciones falsas y malquerencias a granel.
    Los resultados de quince años de socialismo del siglo XX bien calificado así por Nacho Avalos saltan a la vista, muy especialmente en lo que a ciencia y tecnología se refiere: acabaron con la investigación. Para muestra basta mirar eso de la producción. Este año no llegaremos a 600 publicaciones en revistas periódicas acreditadas. Este número es un tercio de lo que hacíamos hace seis años y lo mismo que producíamos en 1983. ¡Un retroceso de 30 años! Si lo anterior no fuese suficiente, se debe señalar la estampida masiva de talento experimentada en los últimos tres lustros, acentuada desde la fulminación del INTEVEP. Ahora magnificada con la diáspora de jóvenes ingenieros y médicos que emigran antes de recibir una ración de plomo mientras ejercen en sus lugares de trabajo.
    El catálogo de horrores que describe la situación de nuestra ciencia hoy en día pasa por constatar lo desolados que están los laboratorios de investigación de las universidades y en donde se solía hacer remarcado el tiempo verbal pasado el 80% de nuestra ciencia; la dilapidación por no decir sustracción de los recursos LOCTI que ha dejado a nuestra investigación sin financiamiento; el malévolo despropósito de la Misión Ciencia y las chifladuras del comandante eterno como la base para cohetes espaciales y otros cientos más.
    Dos razones no justifican lo que pretenden hacer; la relevancia y trascendencia del IVIC como institución. Primero, en tanto que el IVIC representa el 16% de la ciencia que se hace en el país y, segundo, por hacer aportado su "ethos" o razón y modo de ser del investigador venezolano. IVIC nos enseñó qué es, cómo y para qué se debe hacer ciencia, incluyendo cómo llevarla al conocimiento de la humanidad con miras a su evaluación, verificación y aplicación.
    IVIC hizo de la ciencia algo tan común como la arepa y los logros de la ciencia que capitanea están a la vista. Ejemplo de ello es la Orimulsión aunque en mala hora fue vaporizada por esta maldita revolución en otro de sus ensayos de arreglar lo que no está dañado
Jaime Requena
requena.j@gmail.com
@jaimerequena


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