jueves, 25 de diciembre de 2014

IVAN FERNANDEZ, MI SALUTACIÓN DE NAVIDAD

Contrario a los años anteriores y a pesar que la ineficiencia del gobierno augura un porvenir muy duro, este año voy a tratar de enviar un mensaje alegre y aunque utópico, lleno de optimismo. Confieso que lo hago, contagiado por un escrito reciente de un compañero que entre otras cosas dice que no tiene razones para contagiar o compartir su malestar.

Yo continuo sin disfrutar mi Navidad porque hace más de quince años me la robaron. Sin embargo, tengo que entender que mis amigos, mis hijos y mis nietos no tienen por qué contagiarse con mi desánimo y mi tristeza. Por el contrario, aunque me continúan robando, este año Dios me premió con mi primera nietecita que ya tiene más de seis meses y aunque no he podido conocerla y sabrá Dios cuándo podré hacerlo, lo cierto es que su madre le habla de sus abuelos y que ella se alegra mucho cuando la tecnología me permite verla. El resto de los nietos continúa creciendo, avanzando en la vida y en muchos casos, recorriendo el mismo camino de sus padres. Para mí, eso es bastante y le agradezco a Dios haberme dado esa oportunidad. Por ello jamás cambiaría mi juventud por la experiencia de los nietos. Así se lo hice saber a mi creador para que dejara los tiempos como están porque su tiempo es perfecto.  Yo supongo que durante los últimos amargos quince años, la mayoría de mis compañeros han pasado por experiencias similares. Hemos perdido gente porque así es la vida pero hemos ganado  gente nueva.

Este sentimiento no tiene nada que ver con mi deseo de sacar al régimen de Venezuela, del universo y de la galaxia. Por el contrario, ese deseo cada día se aviva mas, especialmente por el reciente comunicado de un GENERAL digno,  de los pocos que nos quedan que valientemente llamó cada cosa por su nombre. Para él mi solidaridad, mi apoyo y la invitación a todos mis relacionados para que sin miedo, por la calle del medio, se solidaricen con EL GENERAL.

Los últimos eventos presagian no solamente tiempos muy duros sino también una conmoción social en la cual perderemos todos mientras los traidores a la patria tratarán de mantener a buen recaudo los ingentes recursos que han logrado reunir mediante la rapiña. Por cierto, tengo que aclarar que en mi diccionario, el traidor a la patria no solamente es quien acciona sino también quien lo apoya y lo cabronea. Así, aunque me resulte muy doloroso tengo que admitir que entre mi gente hay traidores a la patria y por ello, aunque sea pecado, les he execrado de mi vida, de mi presente y de mi futuro. ¡Que les aproveche! Porque en algún momento, no les quedaran lágrimas para derramar pero será muy tarde para ellos.

Por razones personalísimos, está Navidad será especial para mi familia y para mí. Enfrentaré eventos que no merezco pero que con hombría, con valentía y con principio afrontaré y venceré. Mientras tanto, para mis amigos, para la gente que quiero y me quiere, los mejores deseos para los años venideros que repito, serán muy duros pero que una vez más superaremos.

¡Feliz Navidad mi gente!
El Buhonero de La Resistencia.
Iván Fernández
Chicho2512@hotmail.com
@chicho2512

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