GIOCONDA SAN BLAS |
Es
tiempo de navidad. Desde noviembre me ha ordenado el régimen festejar unas
“navidades felices”, animadas por seis rubros: alimentos, textiles,
electrodomésticos, juguetes, calzados y ferreterías. Alimentos y juguetes
difíciles de encontrar; electrodomésticos de “mi casa bien equipada”,
convertidos en una farsa para los sufridos interesados; rubros atrapados en la
espiral inflacionaria, cuando se consiguen.
Un
juego de palabras en afán cruel de transformar la miseria en regocijo, la
escasez en abundancia, la decadencia en prosperidad, como si el solo enunciado
de palabras mágicas fuese suficiente para abrir el cofre del bienestar y la alegría
sobre los ciudadanos de nuestro maltratado país.
¿Navidades
felices? Difícil. Dólar a Bs. 180; petróleo a $60; economía hecha añicos;
escasez aguda de productos básicos; inflación cercana a 80% y subiendo; sistema
de salud en terapia intensiva; falta de medicamentos; inseguridad; tenebrosa
situación de los presos en cárceles dantescas; persecución contra líderes
políticos y sindicales, estudiantes y opositores; ataques a la libertad de
prensa; baja calidad de la educación; saña contra las universidades, el IVIC y
cualquier otra institución que tenga al conocimiento como norte de su acción.
Todo
esto y más configura el cuadro desesperado de un país institucionalmente
pulverizado por la acción destructiva de quienes medran en el poder, bajo el
amparo de ideologías caducas que han demostrado su fracaso donde quiera que se
han probado.
Son
pocas las razones para obedecer el mandato del régimen. No obstante, es tiempo
de navidad y la esperada visita de nietos nos anima a armar nacimientos,
adornar árboles, preparar platos navideños, para ver la sonrisa en sus labios y
el brillo de sus miradas mientras siguen las luces del árbol.
No
todos nos sentaremos a la mesa; buena parte de mis querencias están lejanas,
algunos hijos y nietos, hermanos, sobrinos, amigos, espantados hacia otros
lares en búsqueda de mejor calidad de vida. Aun así, los corazones de quienes
aquí quedamos se unirán a los distantes para brindar una vez más porque 2015
sea mejor que 2014, aunque la terca realidad de las cifras nos prepare para lo
contrario.
También
soñaré, porque es tiempo de navidad, con que el año próximo los venezolanos nos
reencontraremos, separados hoy por un manojo de mandones enquistados en el
poder, a quienes dejaremos aislados en su papel destructivo. Quebraremos
hegemonías y nos uniremos en las venideras elecciones, superando rencores.
Entre
todos construiremos ese país armonioso, de paz, donde el servilismo de la
estrechez como política de estado será sustituido por políticas sociales en
favor de una verdadera igualdad de oportunidades para el ascenso social; donde
las diferencias de opinión, más que fuentes de odio, serán recursos para el
consenso.
Bajo
esas premisas, brindemos esperanzados por un mejor 2015 para todos los
habitantes de la comarca.
Gioconda
San Blas
gioconda.sanblas@gmail.com
@daVinci1412
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