lunes, 8 de diciembre de 2014

FREDDY IGNACIO NUÑEZ MARTINEZ, LA “PAZ” EN REVOLUCION

Las revoluciones gustan hablar de “paz”, lo hacen hasta el punto de desgastar la palabra y vaciarla de sentido. Un día, el gran destructor, ensoberbecido por la egolatría y la prepotencia, le dijo al país “esta es una revolución pacífica pero armada”, solo lo segundo era verdad. Los venezolanos padecemos la tragedia de un régimen que ha eliminado del ejercicio del poder, cualquier posibilidad de construir la paz que necesitamos, y que es fundamental para poder avanzar como sociedad y como nación.

La violencia en Venezuela es patrimonio del gobierno, quien la estimula a través del odio social y la promueve con políticas que en todas las áreas de la vida cotidiana constituyen una agresión a los ciudadanos.
Las cadenas de Maduro además de ser capaces de producir vergüenza ciudadana, son una irresponsable y permanente  incitación a la violencia. La política del régimen es exponer al escarnio público a quienes disientan del gobierno, insultar, descalificar y utilizar la violencia institucional, para perseguir a la dirigencia opositora. No otra cosa son esos Juicios amañados contra dirigentes opositores electos libérrimamente por el pueblo, diputados, alcaldes y concejales.
Las campañas desatadas por el régimen cada vez que ocurre la muerte violenta de alguno de sus dirigentes, inculpando a la oposición sin pruebas de ningún tipo, manipulando y mintiendo sobre conspiraciones internacionales y pretendiendo crear un martirologio de la revolución, es una inaudita irresponsabilidad dirigida a estimular una  fanática violencia política. Los grupos paramilitares llamados colectivos, indican que estamos ante una estrategia de poder que convierte a la violencia en un método de sembrar terror. Esto no es nuevo, ha sido históricamente la columna vertebral de la política de los regímenes comunistas.
El hecho de que en Venezuela solo se resuelvan (según organizaciones especializadas en el tema) el 3 ó 4 % del total de crímenes del hampa común, da pábulo a la especulación según la cual, ese ambiente de zozobra y terror en que vive la ciudadanía,  solo puede beneficiar al gobierno. El poder judicial del país, secuestrado por el gobierno, está ciego, sordo y mudo ante los casos presentados de torturas, detenciones arbitrarias y en general de un clima que estimula la violación de los derechos humanos, y por ende la violencia. Lo que ocurre en las cárceles, convertidas en fabricas de muerte y centros de planificación delictiva, hablan del fracaso estruendoso, también en esa área de un régimen que ha destruido al país en todos los órdenes.
Es urgente, vital, que la sociedad democrática, los ciudadanos que creemos en la posibilidad de rescatar a Venezuela, nos presentemos sólidamente unidos y eso nos permita ganar por avalancha, la asamblea nacional.
Es desde allí, desde donde podemos tomar las decisiones que permitan cambiar este desastre y darle a los venezolanos la oportunidad de participar en la construcción del país que merecemos, desterrando la violencia, en todas sus manifestaciones, como sistema de vida.
Freddy Ignacio Nuñez Martinez
freddynm6311@gmail.com
@freddynm631

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