viernes, 19 de diciembre de 2014

AMÉRICO GOLLO CHÁVEZ, AL NIÑO JESUS, 2014

AMÉRICO GOLLO CHÁVEZ
Amado Niño, confieso que este año he tenido muchas angustias y padecido de eso que nadie sabe qué  es, pero que, una vez que se posee,  causa infartos, accidentes cerebro vasculares, (ACV) cáncer de  estómago, histeria, divorcios, rupturas, adulterios, repulsión a las cadenas de tv y radio, desgarramientos, despechos, impotencia, miedo y mas que todo eso que, en una palabra, llaman stress. 

La cosa es muy compleja, porque tampoco se sabe a ciencia de verdad, si el tal stress es causa o efecto de lo incompleto señalado arriba. En esta ambigüedad, y a pesar de ella, si los expertos en esas cosas de la cabeza, la razón, el alma, el estómago, la conducta, etc.… de esta era, pudiesen ir a tu encuentro, cuando vieran a María, tu mamá,  la esposa de tu padrastro  José, le dirían que ella padeció de stress y que siempre vivió en él, con él o de él, quién sabe, pues, tú, como todos los niños inexorablemente provocan stress, aun “sin que  lo sepan, pero lo hacen”.  Valgámonos de algunos ejemplos, me imagino al buen  José, en estos días de esta era,  tu padrastro, buscándote jabón, cremas, agua limpia, desesperado tras el atamel y  agua de coco para soportar la chicungunya, toallas sanitarias para tu esposa, pañales para ti, y qué cosa, no hay, y cuánta inversión de sabiduría  máxima de tu esmerado padre, es un decir, José,  en las colas inmensas  para ir tras las búsquedas  de las comidas del racionamiento en Mercal y como todo lo que busca encuentra que no hay, y sin embargo no proferir maldición alguna, a pesar de la justa ira. Y  si a María no le alcanza la leche o la afecta una mastitis, se vería amenazada tu vida, pues la  única leche que encontraría, en abundancia, es la mala leche. Te puse esos ejemplos sencillos, elementales,  propios para tu edad, y tu edad es la de ser escéptico, como incrédulos son todos los niños.

Allá  quizá no había  de esas necesidades que ha ayudado a crear la ciencia, la higiene  la tecnología y el mercado,  pero  allá tenías,  seguro estoy en cualquier circunstancia o condición, cómo  resolver tus normales problemas de  orina, de  excretas y otras heces,  y podría  José buscar lo que era necesario  sin temor alguno, pues, seguro estaba él, su familia, el vecindario y todos, de regresar a casa, sin otro riesgo que algún chaparrón  sobrevenido o alguna moza apuesta que se interesase por la carpintería, pretexto para saber como andaban sus relaciones con María,  tan viejo él y ella una floreciente moza de caderas sublimes por inhiestas, robustas, exultantes, perfectas  y qué podría esperar de  su sabiduría; un carpintero bueno es sabio en gustos e intimidades de su exquisita clientela, mejor que los barberos o los cosechadores de uvas más sabios en mujeres que en vinos. Quien sabe como era tu era, pero quizá ya desde Sara, tus ascendientes sabían resolver estos problemas y no se si  también te hicieron la circuncisión, pero sería una prueba, que por siempre se lleva, de cómo, si se prevé, se puede resolver  y superar problemas.
Pero, por ser Tú  Niño tan precoz, tan sabio que,  apenas pudiste escapar y  andar solo, te atreviste a desenmascarar a los sacerdotes del templo que sabios controlaban del tiempo la verdad, escondiéndola  en las argucias armadas en  falacias  perfectas,  mentiras de irrefutable lógica vestidas su apariencia, me voy a permitir rogarte, como siempre, que no vengas o si vienes me permitiré algunas sugerencias, que verás mas adelante.  De ti me complace que jamás recurrieras a consejeros, estos siempre obligan a sus víctimas, a su aconsejados quise decir, a actuar en sumisa obediencia y a buen precio cobran sus consejos o  truecan en especies, en combates  de amor, sus turbios empeños. Intento, por todo ello, dialogar contigo y si del diálogo nada consigo por no ser convincente,  al menos  si vienes llegues  bien prevenido y no me quede el remordimiento de no habértelo dicho.
 Tú  no tuviste posibilidad de conocer a Herodes el Grande, tampoco yo,  pero hay cosas del tiempo que se repiten con rostros diferentes,  alguien lo dijo bien, si la historia se repite lo hace, una vez, como comedia, la otra, como tragedia,  bueno, no!, lo dijo al revés, pero  con lo cual aprovecho para devolver la pedrada que Marx dio a Hegel,  en intento de enderezarlo y yo en intento de enderezar a Marx. Pero, bueno, no hagas caso de esa cita, suele uno ajustarla a sus intereses, como hace mi psicoterapeuta que descubre mis cosas, mis fechorías y amores  ocultos  en mi inconsciente según en vino  alcanza  la verdad su libertad.   Y, me convence, la única posibilidad de cura, afirma,  es saber lo qué eres y eso se logra si se descubre lo que  celoso se oculta muy adentro. Guardo una de sus lecciones, me sentenció: “si necesitas saber quien soy búscame en el inconsciente, allí soy quien  soy y alcanzarás descubrir mis utopías, ficciones, sueños, fracasos, temores, mis amores”.  Creo oportuno repetirlo, porque si  hubieses conocido  a mi terapeuta te habría advertido que  ese empeño tuyo, al devenir en adulto, de salvar al hombre era tiempo perdido.   Obviemos esto, dejaremos ese tema para la Semana Santa, cuando  tu amor se yergue contra la infamia, el terror, las miseria del poder y mueres en la cruz por tal atrevimiento.
         Pero,  por testimonios, se sabe que este Herodes, El Grande,  se ganó el apoyo y dinero y poder y armas de los romanos y hasta lo hicieron rey de Judea y de otros pueblos, mis amigos judíos deben corregir mis inexactitudes, mis yerros, que pudieran surgir de  mi respeto a Flavio Josefo, a pesar de  ser embustero compulsivo tal dice de él un respetable crítico y de un bello programa de la BBC de Londres, por quienes supe que:  “Ni una hoja se movía en Judea sin que él se enterara; a punta de astucia –o de una espada afilada – ascendió de procurador a rey de Judea. Acosó a sus rivales y enfrió a todos los que pudo; confiscó sus bienes, nombró los sumos sacerdotes que se le antojó, formó un ejército de mercenarios, creó uno de los estados policíacos más eficientes de la historia y torturaba horriblemente a sus opositores. Solo pronunciar su nombre hacía que la gente se orinara: Herodes El Grande, Rey de los Judíos”. Eso hizo y cosas peores fueron echas, sin embargo se le recuerda también por su obra de grandes proporciones,  construcciones, imperecederas muchas de ellas y resolvió el más grave de todos los problemas, el hambre y, no se si es verdad, dizque empezó a reconstruir el templo de Salomón.
Pero como de historias se trata, yo vivo en el mismo planeta a miles de kilómetros y años de tu tierra, por estos lares, no creo exagerar  vivió un Herodes que las hazañas  de Herodes, El Grande, su gobierno emuló, superó, perfeccionó su crueldad, mas en lugar de ser beneficiado de los emperadores quienes le  concedieron  poder,  capital, lecciones,  fue él quien compró  tales dones y por siempre obligados  quedamos sus súbditos  a honrar  el compromiso, simple, sencillo, inequívoco: dar de comer a la insaciable hiena y obediencia al tirano supremo. Mira bien lo que digo y si te asomas, verás la verdad de cuanto afirmo. No creas que yo exagero.  En estos tiempos, aquí donde yo no se exactamente si vivo, pues nadie vive de terror sometido,  el régimen ha institucionalizado  el crimen, se ha despachado el derecho a la vida, se ha enterrado la libertad y los sueños se han hecho pesadillas. Al conocimiento, al arte, la creación y la recreación no solo se persigue sino que se sustituyen por el coro oficial al que ombligado estamos a escuchar y ver, asumir, porque el régimen, cree a pie juntillas y a cabeza hueca que “una mentira mil veces repetida se convierte en verdad”. (Discúlpame la manida cita, pero así me evito el riesgo  por llamarlos nazi de manera directa, siendo verdad verdadera que eso son.  No descansan ni cesan de  mentir mil veces en cadena de TV y Radio y todo, difamando, calumniando llamándonos fascista, asesinos, ladrones, a todos los demás, creyendo a ciegas en las reglas del Goebells).  Aquí está prohibido lo que dirás mas tarde, dar al cesar lo que es del cesar y a dios lo que es de dios.  Aquí, en este instante y hace ya muchos años y no se si vendrán muchos  más, todo es del césar, inclusive dios. El césar éste es comandante de todos los tiempos  incluida la eternidad y es supremo, por encima de todos los supremos. Por aquí, pues, no es recomendable que vengas y por allá por tus tierras  de tu nacimiento no se te vaya a ocurrir dar un pinino.  Ni siquiera  intentes asomar la nariz. Tú recuerdas la degollina de  los niños, de la cual, con algunas exageraciones según hablan las probabilidades, pudiste haber perdido la cabeza, pero, aquí y por allá en estos tiempos peores que en tu era, en tus tierras “originarias” y en estas mías podan, masacran radicalmente a niños, jóvenes, ancianos,  sin mirar diferencias.
Pero no todo es tan malo por el planeta. Tú no tuviste problemas de contaminación y del calentamiento global y mas de esas cosas que verdades pueden ser de las cuales conversan los científicos, sin ser escuchados con la atención debida o, peor, no se toman en serio sus reflexiones  y recomendaciones.  Pero, hay cosas buenas. Hay un señor especial que se llama Francisco, es el Papa de estos tiempos  y  de muchos más de los que vendrán.    Es argentino, mas aparecido a Borges, muy lejos de Maradona y como casi  todos ellos,  italianos. Ah! Pero es papa argentino y eso pudiera servirle de estimulo para ser el más grande de los Papas de todos lo tiempos.  A Él se le ha ocurrido continuar a Juan XXIII y Ratzinger tras la verdad,  para sanear tu iglesia, cuyos vicios, creo,  empezaron con Pedro, por embustero y la mentira es el tobogán para  el infierno (Ratzinger).  No cree  del tango de Discépolo que el mundo fue y será  una porquería,  más bien asegura que  no  siempre fue así ni tendrá necesariamente que  ser por  siempre así. De modo que con los más severos castigos ha condenado a curas, obispos por pederastas, soberbios, derrochadores, cómplices beneficiarios del poder  y  otras abominables aberraciones.  Cree que los curas, obispos y demás seres de ellos, las monjas incluso, deben salir a dialogar sobre la paz, la verdad, la justicia con todos sin dejar a nadie fuera. Se parece a ti cuando predicabas ya adulto, poquitos años antes de que te asesinaran. Prevénselo para que no le pase lo mismo.
Pero y esto es  un punto y aparte, Francisco, Pancho,  cree que la verdad nos hace libres y conoce  que la verdad no se puede ocultar, porque es pecado y que es abominable esconder y salvaguardar al pecador. Anda con él y sigue con él jugando por amor, por consciencia a conseguir la paz que sólo es posible si vive en ella la  libertad y si  la justicia es su puerta de entrada, según dice Marienbad Belugheilig y yo repito. Ve con el Papa y visitas a Premier de Canadá  (disculpa mi ignorancia, no conozco su rango ni su nombre)  para que juntos  dispongan una mesa y cenen Tú, el Papa, ese  Señor de Canadá, Obama y Raúl.  Me placería que Simón, mi hijo, Gerardo mi yerno,  piano y violín, estuvieran allí, con el resto de todos mis hijos  y canten  Noche de Paz.  Yo bebería desde muy lejos un vino con ella que no se aún quien es, de quien y con quien anda, sí lo se mas no lo digo, pues si nada se sabe, sabes todo, y escucharíamos de Haendel el Mesías y muchos villancicos, claro si los herodianos o herodofilicos no hacen cadenas para blasfemar del parto de María, tu mamá.
Americo Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo

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