miércoles, 3 de diciembre de 2014

ALICIA FREILICH, EL PULPO ROJO

ALICIA   FREILICH
Cuando la Mesa de la Unidad  Democrática se reúne en  Caracas  olvida o desconoce la doctrina y el accionar de las  masas desatadas y  controladas. Son opositores reactivos con algunos  ingenuos  junto a los masoquistas que consideran heroísmo dejar que  los humillen otra vez en cuerpo y voto. 

Desprecian la historia del totalitarismo que los acosa  y del que muy pronto serán víctimas definitivas si no asumen su rol de conductores dispuestos al sacrificio real  y no  de los que se limitan a ver cómo  la luchadora y torturada  juventud vanguardista sí es respetada por la colectividad todavía consciente.

¿Será tan difícil diferenciar un morrocoy de un cangrejo  y ambos de un pulpo en apariencia inofensivo que extiende sin tregua sus  tentáculos? Son ocho largas patas ya  multiplicadas hacia todas las instituciones y organismos del país ex liberal. 
¿Autoritarismo o dictadura? Y lo preguntan durante dieciséis años. El chavismo es radicalmente   militarista  y totalitario en actuación teatral que simula democracia desde el voto manipulado y fraudulento. Guion  casi mundial  durante el siglo XX,  vivito y coleando  en la China neocapitalista,  hoy  se reconstruye bajo el esquema fascio-populista  del sovietismo renacido en la  actual Rusia putinesca. Y  llega a  Latinoamérica   como pulpo castro cubano  bajo la etiqueta Socialismo del siglo XXI. Es el mismo estalinismo  cruel, injusto, asesino de cada opositor, grupo y camarada que no les diga amén. Para eso están las purgas, desde la expulsión al exterminio en paredón oculto y similares.
Mesas y masas. Tácticas y estrategias. La oprimida y  auténtica  masa disidente venezolana, más solita que Simón  Bolívar en Santa Marta, debería exigir una mesa unitaria que entienda a fondo  la diferencia entre  dictaduras a lo JV  Gómez, Pérez Jiménez, Videla, Trujillo, Pinochet que reprimieron  criminalmente a sus adversarios directos y  cómo es distinto este régimen  de barbarie   totalitaria  inspirado en  Mao, Hitler, Stalin, Fidel Castro, Hugo Chávez, Kim Jong-il, disfrazado al estilo  caribeño. La comunidad libertaria debe reclamar a cada  mesista  que aguante  por ahora su  aspiración de funcionario partidista  tradicional  y  si  en verdad aprovechó el liceo, la universidad  de aquellos  benditos cuarenta años,  y si no le bastan las imágenes abiertas de las redes sociales , que al menos conozca estudios básicos como el análisis  que  Hanna Arendt  profundizó  sobre Los orígenes del totalitarismo(1951)  y su  burocrático  Estado  monstruo. Si no los consigue en librerías caraqueñas mientras tanto busque información digital sobre el  George Orwell de la novela 1984 publicada en 1949,  el Elías Canneti de Masa y Poder(60), el Octavio Paz del Ogro filantrópico (78), el Carlos Rangel de Del buen salvaje al buen revolucionario(76) con sus derivados en serie cuya reciente muestra es el Manual del nuevo perfecto idiota latinoamericano (2014) de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Alvaro Vargas Llosa en óptica que nos atañe  puntualmente. Entre muchos más, textos para las  dirigencias políticas que  quieran leer su presente y construyan planes inmediatos para detener al “gendarme necesario” ya sin disfraz colorido, en uniformes negros de verdugo.
Se supone que civiles y armados constitucionalmente, al fin podrán  comandar eficazmente la legítima resistencia activa y  acabar con  las fechorías del represor experto en trampas cuyo foco inmediato  son los niños y jóvenes del país, destinados a  milicos entrenados  para el odio y la matanza de  hermanos y vecinos porque  les cortan  alma y cerebro  a punta de frases clichés como la” revolución bonita “ o con armamento de robokop. 
O  los habilitan como ejército de  músicos  cuyos  maestros los dirigen para  eventos, totalmente sordos a la   balacera circundante  donde se reprime a estudiantes que  manifiestan contra el oprobioso  sistema político en el poder. Se los convierte  en  automáticos “patriotas cooperantes” del sistema gobiernero. Los Dudamel son gigantes en la batuta pero enanos en la conciencia que distingue el bien del mal. Si crías enjaulado a un pajarito, aunque sea un genio en su trinar,  cuando se convierte en ave y lo sueltas, a veces  puede volar alto pero sin alas espirituales porque su instinto primario de  libertad fue decapitado. Es víctima del pulpo rojo central, éste sí muy vivo se expande, cambia de ropaje y colores para engañar y regar su veneno cegando a quienes lo rodean hasta que se adueña del entorno y de cada intimidad. Soldados y empleados extasiados con Beethoven, Mozart y otros clásicos, dirigieron campos nazis de exterminio y luego el Gulag soviético. 
En el caso nuestro inmediato, la  meta del pulpo  yijadista tropical, es fundar una sociedad apendejada  y sumisa desde comunas primitivas sin ninguna cabeza  pensante capaz de distinguir  un concierto de un  estruendo bélico fratricida. Sencillito, doloroso y nacionalmente suicida: no pueden diferenciar  esclavitud de  libertad.

Alicia   Freilich
@aliciafreilich
alifrei@hotmail.com


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