AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ |
A la hora en la cual una masacre como la de Uribana vuelve a poner en todos los planos las miserias que hunden cada vez más este expaís, en el momento de la mayor inflación y escasez del continente y una de las mayores del mundo, cuando la perspectiva de nuestra gente se acerca más y más al cero, en nuestra Universidad Central de Venezuela se sigue dando muestras inequívocas del agotamiento de la institución, de su venirse a menos para ponerse en la propia línea de la deriva que hoy determina nuestro porvenir.
Y resulta difícil en este marco que alguien pueda negar que el cierre de la CPTamayo de la UCV forma parte de un proceso de quiebre y desmoronamiento de una institución.
Porque sólo un comportamiento alejado de la acción propiamente universitaria puede acometer el cierre de un centro de debate de ideas. Esto es simplemente negar el concepto mismo de universidad. Es el comportamiento opuesto a la libertad de pensamiento y la acción creadora.
El 07 de julio se nos anunció lo que venía. El Vicerrectorado Académico a través de su Gerencia de Comunicación, Conocimiento y Talento había decidido trancarle el camino a la CPT seguramente por no estar contento con su desempeño crítico, por su permanente confrontación con el orden vigente en este expaís y en lo que ya apunta hacia la condición de exuniversidad.
Y como hemos dicho en nuestros boletines anteriores se ha acudido al pretexto de la falta de presupuesto para cubrir el horario nocturno del cual se vale la CPT para su trabajo los días lunes de 6 a 8pm desde hace 31 años.
Este proceder se junta con el que se nos aplica desde el año 11, cuando solicitamos que la nueva Sala E, fuese bautizada con el nombre de Pío Tamayo. En cerca de cuatro años que lleva planteada esta solicitud no se nos ha respondido. Se procedió desde entonces a asumir un silencio que se hermana con una actitud que hemos calificado de desconocimiento a la única Cátedra Libre permanente con que cuenta la institución.
El 22/10/14 hicimos uso de un Derecho de Palabra ante el Consejo Universitario. Solicitamos el reconocimiento expreso de la CPT como entidad de extensión de la UCV, las condiciones mínimas para continuar nuestra labor de extensión en la Sala E: iluminación completa, sonido, grabación, salida hacia la calle y recursos audiovisuales.
Y pedimos finalmente que se decidiera sobre la petición que formulamos desde hace casi 4 años: el nombre de Pío Tamayo para la nueva Sala E. Nunca hemos pedido que se retire el nombre de Francisco de Miranda, de la sala a la cual se le asignó.
Sólo hemos solicitado que a la Nueva Sala se le nombre Pío Tamayo, en reconocimiento a los aportes del personaje a la acción ucevista en un momento crucial de su historia, el año 1928.
Cinco días después de nuestro Derecho de Palabra se nos debía dar respuesta de lo decidido por el CU. Pero el organismo nombró una Comisión para que estudiara nuestra exposición y presentara un informe para la discusión.
Para ese trabajo se dio un plazo de 15 días. Vamos para mes y medio del Derecho de Palabra y aún aguardamos respuesta. Todos los lapsos están vencidos. Le planteamos formalmente al Ciudadano Secretario, nuestro reclamo por la demora y le pedimos información sobre el cuándo será discutido el asunto en Consejo Universitario, pero sigue prevaleciendo el silencio.
Agustin Blanco Muñoz
abm333@gmail.com
@ablancomunoz
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