MARTA COLOMINA |
Aunque Raúl Castro siga mandando guiones a Maduro
para que acuse al “terrorismo financiero del imperio” de la quiebra de
Venezuela , es imposible convencernos sobre una culpabilidad distinta al
derroche y la corrupción revolucionarias, después de que el “padre “ y su “hijo
putativo” nos repitieran hasta la saciedad que somos el país con
mayoresreservas petroleras del mundo. y de haber recibido durante 16 años de
desafueros, entre ingresos petroleros y fiscales, cerca de un billón quinientos
mil millones de dólares.
Agencias internacionales dan fe de que durante la
transcurrida y larga bonanza de los precios del crudo, ningún país petrolero en
el mundo -por pequeña que sea su producción, como en Ecuador- ha presentado los
graves problemas económicos de Venezuela, con “las mayores reservas energéticas
del mundo”. Noruega, por ejemplo, durante esa bonanza, ha acumulado reservas
excedentarias por $800.000 millones.
Arabia Saudita, gracias a la venta de su cuantiosa
producción petrolera, posee bancos, bonos, hoteles y otras cuantiosas
inversiones internacionales por montos inimaginables. En síntesis, no hay país
productor de crudo que registre deudas internas ni internas significativas, ni
escasez de alimentos, ni la inflación más alta del mundo, ni problemas de
divisas, como la terrible situación venezolana. Que Bolivia presente hoy una
economía en crecimiento y que nuestro país exhiba un panorama peor que el de
Haití, evidencia la debacle a la que nos ha llevado el régimen.
El Centro Internacional de Energía señaló esta semana
que el petróleo de Estados Unidos podría llegar a $ 70 el barril, lo que
significaría que el venezolano podría bajar hasta los 62 dólares, justo la
mitad de lo que la dispendiosa administración de Maduro necesitaría para
atender los escandalosos gastos burocráticos, incluido el reciente aumento de
45% militar, mientras maestros, personal de salud y otros sectores sobreviven
con salarios míseros .Narra el Correo del Caroní que entre 2010 y 2014 los
militares recibieron incrementos salariales de 235%, 74% más que los
experimentados por los civiles de salario mínimo, que en el mismo período
reportaron aumentos de 161%”.
El Nacional (29-10-2014) indica que se requieren
seis sueldos mínimos para cubrir la cesta básica: en septiembre una familia
necesitaba 25.385,96 bolívares para cubrir la compra de alimentos y pagar los
servicios básicos. Un incremento de 844,33 bolívares en comparación con agosto
y de 84,6% respecto al año pasado .En la misma edición nos reporta que un
director de hospital gana casi 4 veces menos que un mayor general y que 700
educadores emigran cada año por un mejor salario.
Un correo enviado por Iván Sánchez, activo
internauta, muestra algunos indicadores de la escasez y escalada de precios que
esta semana alcanzaron algunos bienes y productos esenciales: Dólar Bs. 102 (
es decir, 102.000 Bs de hace poco tiempo); 1 kg de pimentón Bs 175; 1 kg de
tomates 130; 1 kg de cebollas 140; 1 kg de jamón 490; 1 kg de queso 480; 1 kg
de carne molida: 320; 1 cartón de huevos 150; pastilla de jabón, no hay; 1
desodorante, no hay; 1 kg de detergente, no hay; 1 kg de leche en polvo, no
hay; 1 kg de harina de maíz, no hay; 1 litro de aceite, no hay; etc, etc… Sin
embargo estos precios serán superados por la inflación galáctica de 2015, según
todos los pronósticos de los economistas. “La economía venezolana -informa El
Nacional (30-10-2014 )- cerrará el año con una contracción de 4 puntos del PIB
y la inflación podría superar 110%, según palabras de Pedro Palma en el Foro
Perspectivas 2015 de Ecoanalítica , propiciadas por la caída del precio del
petróleo, que limita los ingresos de divisas al país” En 2015 aumentará la
escasez por el crecimiento del gasto público (siguen dilapidando); por la
emisión de dinero inorgánico del BCV , con un barril petrolero calculado a $
75.
Imaginémonos el horror si el precio fuese menor. Los
países árabes están en contra de bajar la producción para aumentar precios, así
que las perspectivas de Venezuela, con una PDVSA destrozada (hace días hubo un
gran derrame en Amuay, cuya refinería sigue agónica, y hay graves fallas en la
de Puerto La Cruz); merma de su producción ( de 3.5 mmbpd en 1999 a 2,3 hoy);
obligada a importar petróleo liviano por falta de inversiones para producirlo
en el país, dado que hay suficientes reservas de liviano; aumento de la
burocracia e( 75,7% del presupuesto de PDVSA es para gastos de nómina); la
enorme deuda interna y externa, y la caída de los precios del crudo
profundizarán hasta límites insufribles la crisis y obligará a medidas aún más
terribles.
Y con este panorama -a semejanza de de lo dicho por
Chávez- los capitostes rojos juran que el barril puede llegar a cero dólares y
el pueblo no sufrirá las consecuencias. Sin embargo todo hace pensar que, a
juzgar por la dispendiosa colita de Jaua en avión de PDVSA hasta Sao Paulo
(niñera y maleta con revólver incluidos), los únicos que “no van a sufrir las
consecuencias” de la inminente debacle, serán los boliburgueses civiles y
militares.
Marta Colomina
mcolomina@gmail.com
@colominaM
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