JUAN JOSÉ MONSANT ARISTIMUÑO |
Leopoldo Fernández
Pujals, un empresario español de origen cubano, quien también porta la
ciudadanía estadounidense y sirvió con honores en la Guerra de Viet Nam, en un
momento de su vida decidió dejar su ascendente carrera en Procter & Gamble,
instalarse en Madrid y fundar un pizzería con entrega por teléfono. Eso fue en
la década de los ochenta, para finales de los noventa tenía unas 200 de ese
estilo sembradas por toda España, incluyendo a Cataluña (para esa época Arthur Mas no tenía la pretensión de independizarla).
Pujals, luego de
vender todas sus acciones de Telepizza, incursionó en informática y compró
Jazztel, servidora, entre otras ofertas, de banda ancha de internet. Hoy quiere
dejar la dirección de sus negocios a sus hijos, la nueva generación, según
afirma, y dedicarse a enseñar.
El caso es que, a una
pregunta sobre las propuestas de Pablo Iglesias, convertido ya en flamante
Secretario General (dejó de ser el portavoz, como le gustaba calificarse) del
partido Podemos, declaró: “Suena exactamente igual al expresidente cubano Fidel
Castro, en 1959”; y continuó: “Fidel dijo que era comunista cuando tenía el
sartén agarrado por el mango, no lo dijo en el 59”. Por lo pronto hasta que se
despeje el panorama no invertiré un euro en España, sentenció con cierto dolor.
La semana anterior,
Fabiola Osborne, la esposa venezolana del presentador y cantante Bertin
Osborne, ante una pregunta que le hizo la periodista de ABC sobre Podemos y su
relación con el chavismo venezolano, afirmó:”El discurso que Podemos le
transmite hoy a los españoles, es el mismo que le oía a Hugo Chavez. Aquella
situación de la Venezuela de los finales de los 90, en parte me recuerda a la
que se está viviendo aquí ahora. Hasta yo misma creí en Chávez en su día. Es
muy fácil decir lo que todo el mundo quiere oír, pero explicar de verdad cómo
se van a solucionar los problemas no es tan sencillo. Cuando llegan al poder,
todo es diferente”.
Los totalitarismos de derecha o izquierda son una aberración de la sociedad y una humillación para el hombre. De allí que nos llame la atención que un país que nos es tan nuestro como España, que llevamos en los genes sus virtudes y defectos, en pleno siglo XXI, miembro de la Europa moderna, desprejuiciada, que tocó el futuro, se encuentre ahora alborotada ante la presencia de un demagogo marxista, que la embelesa con su lenguaje sibilino de castigo, y promesas de un ensueño de república semejante a la de Platón, o quizás a la Corea de Kim Jong-un, o la Zimbabue de Mugabe.
Pablo Iglesias y sus
más cercanos colaboradores son comunistas de formación y militancia, lo cual no
tiene nada malo para ellos, pero si intentan imponérselo a la sociedad es
inaceptable, porque fracasó, allí doquiera que se instaló. Arrastrando tras de
sí la esencia del ser humano, su libertad, dignidad, alegrías, esperanzas, y la
posibilidad de equivocarse y enmendarse.
¿Cómo no estar
preocupados por lo que pueda suceder en España? Lo estamos porque sufrimos
Venezuela. Un país acostumbrado a la libertad, la crítica, el desplazamiento,
la solidaridad, la chanza y hasta el buen vivir, de repente se olvidó del fin y
objetivo del hombre en sociedad. Sus líderes públicos y privados obviaron que
la comunidad es para el disfrute de todos; y bajaron la moral, se corrompieron,
los partidos fueron electoreros, sin programas a cumplir, el poder por el
poder. Y surgió la corrupción, la separación, el desencanto, el rencor y la
desesperanza, para terminar en manos de un soldado aventurero y amoral, con la
patria destruida, partida, desvencijada, diluida, y sin gentilicio definido.
¿Y qué ofrece Pablo
Iglesias, Juan Carlos Mercado, Iñigo Errejón y Luis Alegre? Lo mismo que Chavez
y Fidel: constituyente, fin del bipartidismo, de ricos y oligarcas, la
corrupción y un nuevo modelo económico.
Todos de los arriba nombrados han
pasado por Venezuela como asesores ideológicos de la dictadura. El último, Luis
Alegre, fue llamado de ese país donde dirigía el Centro de Estudios Políticos y
Sociales (CEPS), para encargarse de la campaña electoral al Parlamento Europeo,
donde él mismo fue electo. ¿Tiene raíces o influencia Podemos en Centroamérica?
No lo sabemos. Pero hay que seguirles la pista porque pudieran estar sentados
en la misma mesa del Consejo de Seguridad de la ONU, junto a Venezuela, y ya
vimos que no considera la larga
dictadura de Corea del Norte como un régimen que viola los Derechos Humanos.
Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant
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