domingo, 16 de noviembre de 2014

JUAN JOSÉ MONSANT ARISTIMUÑO, LA ESPAÑA QUE SE PRETENDE

“El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto”, espetó un enardecido Pablo Iglesias en una concentración de simpatizantes de Podemos el pasado 18 de octubre, parodiando una frase de Carlos Marx. ¿Qué querría decir este hombre?

 De un mes para otro, Pablo Iglesias, el líder único del partido  Podemos, pasó de ser un profesor de la Complutense de Madrid, asesor del gobierno de chávez durante cinco años y figura detrás del movimiento 15-M, a un posible Presidente de Gobierno del Reino de España. En efecto lo que fue un apoyo tras bastidores a Los Indignados se convirtió en partido político en enero de 2014  que el 25 de mayo se presentó a las elecciones al Parlamento europeo, donde salieron electos cinco militantes del novel partido, entre ellos, el propio Pablo Iglesias. Y según las últimas encuestas Podemos se encuentra situado en tercer lugar de la intención de voto para las próximas elecciones generales, con altas posibilidades de alcanzar y sobrepasar a los partidos tradicionales: PSOE, Partido Popular e Izquierda Unida.
¿Quién es este joven de 36 años llamado Pablo Iglesias Turrión que mantiene alborotado al estamento político español, admirador y colaborador del proyecto del Socialismo del Siglo XXI?
Por lo pronto hay que señalar que es abogado y licenciado cum lauden en Ciencias Políticas de la Universidad complutense de Madrid. Militó en la Unión de Juventudes Comunistas de España entre los 14 y 21 años, para pasar luego a la militancia activa de movimientos antiglobalización, y de allí al Palacio de Miraflores donde solo rendía cuenta directamente al presidente hugo chávez. Su función, darle contenido ideológico y organizativo a los cuadros gubernamentales y del Psuv. Prolífero articulista, ensayista, y últimamente conductor de varios programas de televisión, entre ellos uno denominado Fort Apache, de Hispanic TV, propiedad del gobierno de Irán.
En una reciente entrevista para un canal de televisión, al preguntársele sobre el repentino éxito de su agrupación, respondió que fue gracias al PSOE, al PP y a los banqueros. Con ello quiso ironizar que su triunfo se lo debía a las “castas” que habían gobernado España desde el 82.
Lo cierto es que estos neo marxistas guiados por el propio Iglesias y Juan Carlos Monedero (también asesor del gobierno de Venezuela, en organización y formación ideológica) podrían acceder al poder con su carga ideológica antidemocrática, estatista y anticlerical. Navegando sobre el descontento, desagrado, desgano y decepción del español de todos los días; del electorado esperanzado en el logro de una calidad de vida sustentada en la seguridad económica sí, pero también en líderes probos cuyo interés final sería la consecución del bien común entre todos y para todos. A cambio de ello, se encuentran frente a una verdadera casta articulada para obtener groseros enriquecimientos ilícitos a costa del erario nacional.
En esencia, la ética y la moral pública y privada se relajó,  edulcoró y relativizó, no solo por “el destape” sino por la búsqueda y consecución de un status sustentado en la obtención y ostentación de una riqueza normalmente obtenida mediante el uso ilícito del dinero público en beneficio particular; práctica que comenzó a verse como habitual entre la gente frecuentada en las páginas sociales.
De tal forma que artistas, políticos, banqueros, actrices, diputados, alcaldes, cantantes pasaron a conformar una verdadera casta, como la llama Iglesias, por encima del ciudadano común y honesto, constituido en un cuerpo extraño dentro de su propio país.
En este ambiente de relatividad moral se fraguaron los grandes escándalos financieros que salpicaron e implicaron a figuras políticas, empresariales y hasta a la propia Casa Real, coincidente con una etapa de restricción económica, desempleo, desalojos, ejecución de hipotecas, emigración y frivolidades que hunde los valores nacionales y personales en la incertidumbre, desconfianza y desesperanza.
He aquí que aparece Pablo Iglesias, el vengador de los oprimidos y excluidos, cabalgando en el dolor y decepción colectiva, ofreciendo orden, reparto de bienes y servicios gratuitos, castigo para los corruptos y sustitución del actual modelo por una democracia participativa al estilo venezolano, que ya sabemos cómo termina.
Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant                                   

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.