DOUGLAS JÁTEM VILLA |
Varias veces he dicho que no vale la pena
hablar del gobierno porque equivale fastidiosamente a condenarlo
indefinidamente por pésimo, porque es un tema trillado y rayado, porque no hay
nada nuevo que decir.
Ya no produce noticias porque cada día es
ejemplo de ingobernabilidad y mentira. Ya se ha dicho que la ingobernabilidad
es algo peor que un gobierno pésimo. Es un gobierno tan malo que muchos
venezolanos se han ido resignando a aguantar esta torturante tragedia, porque
saben que el gobierno ni quiere ni puede hacer algo, una mínima cosa, para
combatir la inflación, por ejemplo.
He dicho que ya no quedan palabras
condenatorias en el diccionario para calificarlo. Sin embargo, si no nos
ocupamos del gobierno daríamos la impresión de ser indiferentes y apáticos, y
por ende irresponsables y malos ciudadanos.
En estas condiciones, se tiene que mantener
la atención, y en eso es importante algo que leí en la red con relación a lo
que pasaría en un país de personas normalmente dignas, en este caso España, si
allí ocurrieran las cosas que ocurren en Venezuela.
Cualquiera de nosotros puede pensar en
bastantes países con vida digna para sus ciudadanos, incluyendo alguno en
América Latina. Llamemos A uno de ellos, pongamosnos en su situación y tratemos
de responder una pregunta que contiene varias interrogantes simultáneamente.
Qué pasaría en A si la gente tuviera que hacer colas de larga duración para
tratar de comprar, en ocasiones infructuosamente, leche, harina y muchos
comestibles; jabón y muchos productos de
aseo personal, papel tualé, pañáles para niños y adultos, aspirina y muchísimos
medicamentos, automoviles y baterías, cauchos y otros productos necesarios para
recuperar la movilidad del automóvil; boletos para viajar al exterior del país,
escasos como consecuencia de las deudas del gobierno con las líneas
aéreas; sobrevivir bajo una inflación
que puede llegar a superar el 100%, aguantar que se expropien o confisquen en
forma arbitraria, ilegal y abusiva, empresas que significan productos para
satisfacer necesidades y empleos fuente de ingreso para mucha gente; contemplar
sin comprender que se importe el producto del cual el país ha sido durante
muchas décadas uno de los principales productores y exportadores del mundo,
hacer cola para ser atendido en una situación de emergencia en salud, como para
aplicarse un medicamento correspondiente a enfermedades crónicas, como cáncer,
VIH, o enfermedades menos graves pero que por proliferación de casos se tornan
congestionadas en las áreas de emergencia de los centros hospitalarios, o para
realizarse una diálisis renal; aguantar varias horas, en ocasiones más de un
día, para contar con servicio eléctrico o agua, abstenerse de realizar algunas
actividades para no arriesgar ser uno de los cerca de veinte mil muertos por
año por la delincuencia, aguantar varios años para lograr la renovación de los
contratos laborales, soportar que los militares sean mejor remunerados que los
ciudadanos, aguantar que el presidente concentre en sus manos todos los poderes
públicos, anulando el control legislativo, la justicia y el poder del voto
popular; soportar las interminables horas de encadenamiento de los medios
radioeléctricos dedicadas abusivamente a propagandizar al presidente, aguantar
que muchos corruptos roban impunemente el dinero del pueblo, aguantar que se
regale dinero a gobernantes y gente de otros países mientras el pueblo
sobrevive a duras penas ante tantas carencias, aguantar que se hiciera preso en
forma injustificada a un líder opositor.
De entrada, alguien diría que el gobierno en
ese país en el cual se vive con dignidad normal, caería inevitablemente, lo
cual es una respuesta obvia ante tanta desgracia causada por la gestión
gubernamental, o ausencia de gestión.
Surge otra pregunta, la cual es por qué en
Venezuela no ocurre nada?. Una respuesta posible sería decir que en Venezuela
el gobierno se mantiene porque la gente no vive con la dignidad normal
requerida para impedir los abusos gubernamentales.
Otra pregunta resultante es porque en
Venezuela no se vive con la dignidad normal? Esta puede ser respondida diciendo
que el régimen concentra en forma totalitaria todos los recursos de poder
impidiendo a la ciudadanía ejercer los derechos que le garantizan su dignidad.
Otra es decir que la ciudadanía no ha cumplido su responsabilidad de ejercer
sus derechos a plenitud. Esta última se puede complementar indicando en qué
medida el incumplimiento ciudadano es consecuencia de lo anterior, el atropello
gubernamental, y en qué medida, de las fallas de la colectividad. Dentro de
estas, se tendría a su vez que identificar la cuota de responsabilidad de la
sociedad civil, quizás la menor, y la cuota correspondiente a los partidos
políticos, obviamente la mayor. Este razonamiento lleva a una conclusión coherente con el reclamo que
se ha hecho a los partidos, y a la MUD, quizás con menor justificación, en el
sentido de que no han hecho oposición.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
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