martes, 4 de noviembre de 2014

JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY, VENEZUELA Y EL PAIS DE LAS MARAVILLAS

   
JOSÉ R. AVENDAÑO TIMAURY

El gobierno se jacta de que vivimos en un país acorralado por guerras incoadas por el imperio, paramilitares y fascistas opositores y a pesar de todo ello, vivimos tan felices que hasta disponemos de un organismo oficioso que administra y procura la felicidad del pueblo.

   La MUD, para no quedarse atrás, proyecta a las elecciones parlamentarias venideras como una panacea, asumiendo que es el único dispositivo efectivo para retomar la senda perdida de la democracia desdibujada y distorsionada para que de esta manera la nación pueda regresar al camino de la constitucionalidad y legalidad escamoteada.
   Ambos aspiran a que resto del país permanezcamos como los primeros cristianos, prestos al martirio en el Coliseo Romano para la satisfacción del Emperador, su cohorte y la plebe. Todos saturando el circo para su infame satisfacción y entretenimiento dilecto. Es decir, por no disponer de los medios adecuados para enfrentar ambas formas equivocadas de hacer política, debemos ser conformistas, cruzarnos de brazos y esperar la realización de milagros.
   Los partidos políticos frotando las manos para obtener el mayor número de diputados y así asegurar su mantenencia. Individualidades, a muchos sólo les falta ser designados “arzobispos”, para así asentarlo en su dilatado currículo. Algunos, por sentirse soslayados, proponiendo elecciones primarias para evitar el “dedismo” -de dedo como método- opositor ya que de esta manera solo se premia a los sargentos obsecuentes más conspicuos en sus respectivas organizaciones.
   Ejercitando la fábula ¿qué habría acontecido con referéndums revocatorios? solicitados a los diputados -oficialistas u opositores- como medio para medir sus ejecutorias parlamentarias, bien sea por acciones u omisiones efectuadas en su desempeño.
   Ya el dueño del único diario nacional opositor, mediante editorial, le otorgo el beneplácito de rigor para que los aspirantes a sacrificarse nuevamente por la patria emprendan su odisea electoral parlamentaria. Tímidamente solo plantea y solicita que los aspirantes estén revestidos de “capacidad” y producto de designación idónea.
   Los altos, no por estatura, jefes políticos y sus coros de resonancia se permiten diariamente adjetivar peyorativamente a quienes nos permitimos discrepar de la aparente y única opción propuesta para salir del atolladero y ser sumisos ante el falso dilema.
   Monseñor Diego Padrón, (El Nacional 02/11/14) presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, enaltece la curia y hace gala de analista político serio, real y objetivo, al afirmar que “desde hace meses no se consigue leche en Cumaná” -que es como decir en toda Venezuela- “se sufren los rigores de los apagones y se teme que a uno lo maten en cualquier esquina”. “El gobierno no puede hablar de paz si tiene colectivos armados”. “La militarización convierte al país en un cuartel donde la gente se resigna a obedecer de manera mecánica, a aceptar que el que está encima pueda anular las capacidades del que está abajo”. “El diálogo no remplaza la protesta, pues la protesta es la que fundamenta la necesidad del diálogo”. “Yo me imagino que  la oposición no va a decir no al diálogo si la agenda incluye los problemas más sentidos del país”. A responder ¿cómo imagina un diálogo efectivo entre el gobierno y la oposición? afirma “Con una agenda que contenga puntos muy precisos. El diálogo supone tratar temas de interés nacional para llegar a conclusiones, acuerdos y cambios. Si el diálogo no trae cambios concretos, no tiene sentido”.
   “Tendría que haber una comisión de intermediarios que elabore la agenda para que sea aceptada por ambas partes, pero que incluya los problemas de la gente. La gente está preocupada por la escasez,  por la carestía de la vida. En este momento el problema de la salud es muy  grave así como la  situación de los llamados presos políticos. Pero hay temas que están pendientes desde hace mucho tiempo y ameritan respuestas, entre ellos la inseguridad. Luego habrá que preocuparse de otros asuntos más estructurales, como la conformación del CNE y los cambios institucionales”.
   No pretendo pensar por Monseñor Padrón, ni utilizar su brillante análisis de la realidad venezolana. Tampoco pretendo ser inelegante ni propiciar intrigas entre los variopintos que conforman la MUD. Ellos tienen una responsabilidad y compromiso  importante contraído para el desarrollo, desenvolvimiento y solución de la Crisis Nacional, que va más allá de la satisfacción de la consecución de curules.
   Por ello exhorto –sin que medie método de prelación alguno y presentando excusas a quienes involuntariamente omita- a Jesús “Chuo” Torrealba, Henrique Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, Henri Falcón, Eduardo Fernández, Oswaldo Alvarez Paz; a los partidos PJ, AD, UNT, Copei, MAS y todos los que conforman la MUD;  a las ONG e individualidades que mantienen espacios en los diversos medios y a los analistas políticos en general a que converjan y se establezca un verdadero diálogo entre todos los sectores adversos al régimen para que, en base a los planteamientos del Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, se concrete una estrategia política definida que permita la viabilidad tactica de todos los métodos democráticos –el electoral parlamentario en ciernes entre ellos- para superar la crisis y no crear expectativas engañosas que más temprano que tarde se constatarán.
José Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
@CheyeJR

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

1 comentario:

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.