“El contenido de los discursos no alcanzan para revertir la pobreza”. Cardenal Jorge Bergoglio
HUGO CESAR RENES |
El decrecimiento de la salud ética, junto a la debilidad de compromiso de la sociedad argentina con la ley y su Constitución, son signos indubitables de que padecemos de anomia social en un país en permanente declive, con graves problemas de “desajustes”, “pérdida de respeto propio”, “neurosis” y “crisis severas” (en casos extremos hasta de “insanía) destructoras tanto para el individuo como para una institución tan importante sobre la cual se funda una sociedad: LA FAMILIA. Detrás de ella encontramos dos de los agentes más poderosos de los cambios sociales: EL DESEO DE UN NIVEL SUPERIOR DE VIDA Y LA NECESIDAD DE SEGURIDAD razón por la cual una promesa de la más ligera mejora en las condiciones materiales está destinada hoy a ser irresistible. Y LOS POLÍTICOS LO SABEN
La esperanza se sigue derrumbando traccionada por una merma en las expectativas económicas y un significativo aumento de la inflación y el desempleo, nuestra democracia enfrenta ahora nuevos desafíos: La pobreza extrema, el desencanto ciudadano, la inseguridad, la corrupción administrativa, el narcotráfico, y una falta de proyectos comunes
La Argentina es el país que mayor cantidad de alimentos produce per cápita. La producción diaria de alimentos alcanzaría para cubrir las necesidades de 300 millones de personas por día. Sin embargo, producto de una política nacional empobrecedora, de cada 20 argentinos tres no tienen que comer y el 15% de los habitantes, unos 5,6 millones, sobrevive por debajo del nivel de la indigencia (INDEC).
La actual dinámica económica lejos de mejorar la situación distributiva, la empeora. Las subas salariales no lograron reducir en forma sustancial el índice de pobreza. La pirámide de la desigualdad tiene una base muy amplia y una punta muy estrecha (los ingresos del 6,2% más rico – 2,4 millones- equivalen a lo que recibe el 55% -21 millones de personas-) ¿En qué sector ubicaría a los legisladores, a los jueces y a los funcionarios políticos en general?. La distribución de los ingresos sigue deteriorándose. La distancia entre los ingresos del 10% más rico y el 10% más pobres volvió a alargarse (cada integrante de las familias más ricas recibe 32,8 veces más que el de la vivienda más pobre).
La conflictividad laboral se instaló en el horizonte. Como están las cosas, se viene una tormenta con “negros nubarrones”, porque la confrontación entre las dirigencias de los trabajadores (gremialistas) con el gobierno por “ganancias”, bienes personales y mejoras salariales, podrá acentuarse en los próximos días, situación esta que repercutirá seguramente en las bases.
Vivimos en medio de una falacia descomunal: Un país empobrecido que nos empeñamos en no reconocer en su total magnitud, que se está perpetuando con políticas de subsidios clientelares. Tenemos así pobres más pobres pero menos rebeldes y menos “exigentes”. ¡Bella época la nuestra!. Estamos sobreviviendo a una revolución drástica, silenciosa, sin teorías declaradas, ni ideologías expresas; se impuso el hecho consumado; hay víctimas, pero no victimarios. El “gran bonete”, clásico corruptor y estafador político, redujo a condiciones sociales escandalosas a sus hermanos..., y el conformismo de estos, que no tiene límites, permite que el “gran bonete” siga impune, gobierne la cohesión social y sea garantía providencial de seguridad.
Nadie quiere voluntariamente convivir con bolsillos debilitados en una sociedad infectada de corrupción en un avanzado estado de descomposición y por ende hedionda (aunque desde el gobierno se la pretenda perfumar con engañosos perfumes)
La sensación de privación relativa, dado el grado alcanzado, permite predecir a través del entrecruzamiento de indicadores de desorganización social, que de no mediar políticas distensivas (nacionales, provinciales y municipales) padeceremos la emergencia de anárquicos focos de tensión y conflictos crecientes.
Revelando intenciones agazapadas de un gobierno socialista de nuevo cuño.
Si reflexionamos acerca de cada uno de los indicadores expresados, podremos identificar los esfuerzos prácticos impulsados desde el kirchnerismo por ganar los distintos espacios del gobierno para destruir desde allí la zona intermedia de nuestra sociedad.
Cristina, cuando estudió en la universidad de La Plata, conspiró junto a Néstor Kirchner; cuando vivió con él en Rio Gallegos, luchó por llegar políticamente al centro del poder provincial; cuando no ocupaba cargo político alguno, su desenfrenado impulso por el poder la hacía planificar las distintas alternativas de organización para obtener la logística y definir las tácticas de conducción social para ganar la simpatía y apoyo del “proletariado heroico”…
Percibió y percibe Cristina al Estado como un instrumento del que gobierna, razón por la cual, desde que asumió como presidente de los argentinos se apoderó de él y para dominarlo, lo convirtió en un instrumento de “liberación” para lo cual, creó un aparato organizativo -que no sé si comparte los mismos valores que ella- para que actúe como fuerza de ocupación, de choque, y de ideologización: LA CAMPORA
LA OCUPACIÓN LA EJECUTÓ A TRAVÉS DEL INCESANTE AUMENTO DEL EMPLEADO PÚBLICO EN LA CUAL FUE INFILTRANDO A CONSPICUOS INTEGRANTES DE AGRUPACIÓN LA CÁMPORA COMO ESTRATEGIA PARA CONTROLAR A LAS DISTINTAS INSTITUCIONES Y EMPRESAS DEL ESTADO PARA JAQUEAR AL PRÓXIMO GOBIERNO ANTE UNA ELECCIÓN DESFAVORABLE
El kirchnerismo llevó los cargos públicos PERMANENTES a la impresionante cantidad de 376.000; en solo nueve meses de 2011; efectuaron 7000 incorporaciones en todo el país y en el transcurso del corriente año 2014, incorporó 7500 nuevos empleados a la planta permanente. Hoy Cristina y los “chicos” de La Cámpora (perejiles pequeños burgueses disfrazados de terribles revolucionarios que gracias a esa pertenencia ocupan cargos oficiales MUY BIEN REMUNERADOS en el Estado), pretenden fabricar un Dios sintético para fascinar y lograr el apoyo de las masas proletarias para poder aplicar “correctivos” económicos y sociales a los opositores políticos, a empresarios y sindicalistas díscolos, con la intensión última de perturbar el orden social presente para construir un orden radicalmente nuevo, echando por tierra a nuestra vieja tradición cultural y política…
Hospitales vandalizados, comisarías saqueadas, aulas violentas, templos saqueados e incendiados, prácticas económicas corruptas, narcopolítica, transacciones non santas, agentes de seguridad asesinados, etc., son suficientes ejemplos de la sinrazón, tristes cajas de resonancia todas ellas de un retraso educativo, de penurias, de frustraciones, de una sociedad que está siendo atravesada por una crujiente crisis…
Entregados a sus ideales y en cumplimientos de las distintas misiones impuestas por la Presidente, los jóvenes camporistas “hacen lío” a la mejor usanza bergogliana; algunos son subversivos y otros, terroristas agazapados (Según el diccionario de política de Ezequiel Ander – Egg, el subversivo -pág. 283- “es un individuo que con sus ideas, accinar o modo de vivir, trata de cambiar el orden existente”, mientras que el terrorista -pág. 288- es un “político psicópata que adopta sistemáticamente métodos violentos en la lucha política” -delinque, sembrando terror-).
EL PROBLEMA:
El problema actual y futuro es como haremos para reconstruir nuestras instituciones y su tejido social e industrial, cuando por años hemos sido tentados a elegir frente a una alternativa falsa que empleó la razón para justificar nuestras pasiones, en una escala cada vez más vasta y horrorosa, que nos está acostumbrando a vivir sin valores, en una sociedad en la cual podemos ver de cerca cómo las ignominias de nuestro tiempo son presentadas como instrumentos de justicia; cómo se puede vivir sin trabajar esquilmando a quien trabaja y a nuestra burguesía industrial nacional que, necesitando para crecer los favores del Estado, no supo defender sus derechos.
Están generando la lucha de clases destruyendo la poca paz que existe en pos de una revancha teñida de falsa justicia en defensa de los derechos humanos de los que nunca respetaron esos derechos, y que si no fuera por aquellos que hoy están presos, juzgados o muertos, nos encontraríamos haciendo cola con una tarjeta de racionamiento para poder conseguir algo para comer como nuestros hermanos cubanos o hablando al pajarito venezolano para recibir instrucciones…
Seguramente pasarán varias generaciones y muchísimo esfuerzo para poder lograr encausar al país por la senda de la disciplina, la educación, una prosperidad compartida, junto al respeto de las instituciones, para poder poner contra la pared y juzgar a tantos políticos, jueces y empresarios corruptos.
Resumiendo: la teoría política del matrimonio Kirchner es una estrategia para la acción, basada en la evaluación de las oportunidades políticas concretas de una elite de subversivos intelectualmente preparados para apoderarse del poder y construir una nueva sociedad. Para ello necesitan de tiempo y la propensión necesaria de la masa.
Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942
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