sábado, 29 de noviembre de 2014

GIOCONDA SAN-BLAS, POR EL IVIC, SIEMPRE

GIOCONDA SAN-BLAS
Era 1967. Recién graduada en la Escuela de Química, UCV, a la que debo mi formación inicial, me dirigí hacia el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) en búsqueda de nuevos rumbos para encauzar mis ansias de superación y saber. Con apenas 8 años, el IVIC se labraba fama internacional como instituto de alto nivel académico que contribuía con el país a la solución de problemas y formación de recursos mientras hacía investigación de frontera, publicada en prestigiosas revistas especializadas.

Del IVIC son mis logros profesionales y científicos; es mi instituto, con sus fortalezas y debilidades (http://acta.ivic.gob.ve/60-4/139.pdf ). Hoy, su distinguida hoja de servicios a la nación por 56 años cubre desde genética, ecología tropical, enfermedades tropicales y más, hasta mecánica cuántica o antropología, atendiendo a miles de ciudadanos e instituciones que buscan asesoría, con la confianza de ser atendidos por un personal altamente capacitado y dedicado.

El desprecio por el conocimiento como política de estado, el resentimiento de unos pocos que no quisieron superarse entonces ni dar la cara ahora, y la esencia totalitaria del régimen se han confabulado para dar una puñalada trapera al IVIC, por mano de la Asamblea Nacional, para aprobar en 1ª discusión, sin "participación protagónica" y bajo los postulados de "conciencia revolucionaria" y ajuste al plan de la patria (exposición de motivos, EM), una ley que elimina al IVIC y lo suplanta por una entidad cuyo valor es la construcción del socialismo (art. 3) por arte de un subdirector de formación y socialización (art. 16), manteniendo relaciones con las comunidades, lugares sagrados y de culto (art. 4) mediante la aplicación de conocimientos populares y académicos (EM).

Elaboradas con primor las causales de despido, se amenaza al personal científico con remoción si apoya o participa en actividades o manifestaciones que lesionen los principios constitucionales (art. 35-2) que, ya sabemos, el régimen interpretará de manera laxa para acallar cualquier disidencia o protesta.

La Asamblea del IVIC ha sido unánime en exigir el retiro de dicha ley, como lo expresa en un comunicado a la opinión pública. El ministro del ramo y sus segundones insisten en la propuesta, manifestando tomarse el tiempo necesario para discutirla y seguir con la farsa, a espaldas de la decisión colectiva de retirarla y a riesgo de tornarse en sombríos sepultureros del IVIC.

La ciencia prospera en democracia, porque exige libre discusión de ideas, intercambio de opiniones y espíritu dispuesto a construir progreso para la nación. El IVIC, fundado a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, ¿cerrará su ciclo sucumbiendo al totalitarismo en boga?

Ellos tienen el poder hegemónico para sí; nosotros, la voluntad de luchar para impedirlo. Tengamos en mente que el muro de Berlín no cayó; fue derribado por los ciudadanos de Alemania Oriental, hartos de miseria y represión.

Gioconda San Blas
gioconda.sanblas@gmail.com
@daVinci1412

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