No comienzo
preguntando como en la vieja película, Y, ¿Dónde está el piloto?, pues no
comparto la opinión de que a la oposición lo que le falta es un líder.
Lo que si es
evidente, es que la falta de una política clara por parte de esta, se traduce
en ausencia de los frentes de conflicto que exigen su participación activa.
El gobierno con su
nefasto legado a cuestas, ha desembocado en lo que era absolutamente
previsible, en una crisis global de la que solo puede esperarse un
empeoramiento creciente de todos los elementos que la componen.
Difícilmente un
escenario pueda ser más propicio para el desarrollo de la acción opositora. Las
encuestas reflejan el rechazo a la gestión de Maduro, la insatisfacción con la
marcha de la economía y del país en general, y una disposición a votar por la
oposición en las elecciones parlamentarias.
Pero hay que tener
presente que el actual sistema electoral favorece a las mayorías y sacrifica a
las minorías. Una oposición dividida podría sacar más votos, sumando sus
partes, que el PSUV, y aún así, obtener menos diputados.
Sería un suicidio
no presentar candidaturas únicas. A lo largo de estos 15 años, sectores de la
oposición, a pesar de los graves reveses y perjuicios generados por su
liderazgo errático, han persistido en el voluntarismo y el atajo.
El discurso que
desestima las realidades del país y cree que basta con proclamas épicas y
llamados inmediatistas del tipo “Maduro vete ya” para conquistar el poder, solo
ha producido resultados nefastos y una cosecha de frustración, desconfianza y
quietismo. La gente no es una tecla que se toca a conveniencia. Convocar a “la
salida” (cuyo saldo en muertos, heridos y presos todavía espera una reflexión
por parte de sus propiciadores) y luego llamar a una constituyente o a un
congreso ciudadano, es por decir lo menos, irresponsable. Es necesario marcarle
al país un rumbo claro, una estrategia, y mostrarle una verdadera unidad. La
debacle del gobierno aumenta la posibilidad de ganar la asamblea nacional, y la
de promover un referéndum revocatorio. Eso solo será posible si vamos unidos.
El método que luce más justo y no debiera tener resistencia, es el de escoger
los candidatos por primarias donde estas sean necesarias y por consenso donde
pueda lograrse. La angustia de los ciudadanos que padecen la destrucción
nacional por parte del régimen merece respeto. Salvo para los que medran en el
poder, el presente y el futuro están seriamente comprometidos. Los partidos con
clara conciencia de lo que implica la política, deben asumir frontalmente la
conducción de este proceso. Hay que retomar la política real. La lucha junto a
todos los sectores golpeados de la sociedad, la denuncia dentro y fuera del
país de un régimen que vive al margen de la constitución, la convocatoria a
todos los venezolanos para construir la
mayoría necesaria, forman parte de esa política real. La que ha permitido a la
oposición ganar gobernaciones, alcaldías, diputados, la única posible hoy.
Ganar la asamblea nacional es un reto fundamental en el proceso de salvar a
Venezuela de esta desgracia.
Freddy Nuñez
freddynm6311@gmail.com
@freddynm6311
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