DR. CARLOS BASANTA |
El viernes 14 de Noviembre se estará
celebrando el día Mundial de la Diabetes, esta efeméride fue una iniciativa de
la Organización Mundial de la Salud y La Federación Internacional de la
Diabetes en el año de 1991, escogiendo esta fecha, por ser el aniversario del nacimiento del
Científico Frederick Banting, quien junto a Charles Best concibió la idea que
llevó al descubrimiento de la Insulina en 1922. Constituyéndose en la primera
campaña de concientización en el mundo, con la participación de todas las
entidades e instituciones de Salud del planeta. Cada año el tema de la campaña
es diferente, escogiéndose temas de muy estrecha relación con la Diabetes y sus
complicaciones, con la sugerencia que dicha campaña y el lema central dure todo
el año. Este año el eslogan forma parte del título de esta nota, “Protejamos
nuestro futuro”
Cuando hablamos de Diabetes nos estamos
refiriendo a algo serio, mucho más serio de lo que muchos piensan, es algo más
allá de unos valores de azúcar alta en la sangre; las proyecciones más
atrevidas estimaban que tendríamos alrededor de 350 millones de Diabéticos para
el 2025 y nuestra realidad estadística actual nos dice que se quedaron muy
cortos; según la Federación Internacional de la Diabetes 383 millones de personas
tienen la enfermedad, según cifras del año 2013, sin olvidar que 191 millones,
el 50% de ellos no han sido aún diagnosticados;
el aumento es progresivo en todos los países, lo que según los
entendidos de la IDF, si no se le pone un freno, tendríamos 592 millones de
pacientes en el 2035. La diabetes produjo 5.1 millones de muertes en el 2013;
siendo además una enfermedad con altísimo potencial de complicaciones
invalidantes, y los estudios señalan que solo alrededor del 20% logran un
control; ustedes se imaginan la cantidad de discapacitados que podríamos tener
un futuro, los gastos actuales en el
tratamiento de las complicaciones y los días no productivos alcanzan cifras
espectaculares. Es vital prevenir la Diabetes; pero también debemos aumentar los
esfuerzos en la educación del paciente Diabético, para prevenir o retardar las
complicaciones.
La palabra prevención en salud pública tiene
connotaciones muy amplias y la diabetes es un grave problema de salud pública, una catástrofe orgánica
donde todos los trabajadores de la salud, los familiares, los medios de
comunicación y el estado como un todo tenemos la responsabilidad de intervenir;
la prevención comienza con la gestación de un nuevo ser, la preparación de esos
futuros padres para asegurar que ese producto del amor nazca sano y con un
futuro saludable; con la obligación de un estado eficiente que garantice las
condiciones ambientales y legales que
minimicen los factores de riesgo progresivamente hasta eliminar su aparición, y
esto es la Prevención Primordial; sin embargo tenemos la presencia de esos
factores de riesgo, de obesidad, del tabaquismo, del sedentarismo entre muchos otros y tenemos que enfrentarlos
para evitar que aparezca la enfermedad y eso se llama Prevención primaria; pero
existen 366 millones de Diabéticos y debemos realizar todos los esfuerzos para
evitar que se compliquen con Prevención secundaria; y los que ya tienen
complicaciones, rehabilitarlos e reinsertarlos a la vida ciudadana, estamos
hablando acá de prevención Terciaria.
Lo esencial es prevenir la aparición de los
factores de riesgo, pero tenemos una enorme cantidad de pacientes que cada día
se complican, ya es raro ver una muerte por una cetoacidosis diabética, aunque
ocurren pero con una menor frecuencia,
sin embargo todos los días mueren diabéticos infartados, en una máquina
de diálisis, o por una sepsis por un pie diabético, paciente con unos buenos
tratamiento y bien prescrito por el médico, pero descompensado han aumentado
las consultas, pero igual seguimos viendo pacientes que encarecen los servicios
públicos de salud, diezmando además, los pocos recursos económicos que
poseen. Algo no estamos haciendo bien,
el paciente no cumple el tratamiento a cabalidad; y aunque la parte económica
juega un factor importante y la masa no está para bollo como dice mi mama, en
la actualidad política económica; no tengo duda que estamos fallando en el
aspecto educativo y en la constancia de incidir en el cambio de esa actitud que
lo llevó a ser diabético. Lo fundamental es preparar al paciente para el
autocontrol de su enfermedad.
PILDORAS DE TU MEDICO
• Los
médicos debemos realizar una inversión adicional de tiempo al que ya estamos
usando, en la educación del paciente diabético, no podemos contentarnos con un
póngase tantas unidades de insulina, o un haga dieta y ejercicios; debemos
explicarle en qué consiste esa dieta y cuáles son los ejercicios que de acuerdo
a su individualidad física y patológica puedan realizar y complementar con el
concurso de los otros especialistas que formen parte del equipo.
• Con
la educación del paciente aunado al factor económico lograríamos un mejor
control, al potenciar el autocuidado y la autonomía del diabético, que en la
generalidad de los casos llega al médico como a decirle “bueno ya estoy aquí
ahora usted se encarga de controlarme la enfermedad”, es nuestra medalla de
éxito romper con ese paradigma
• Nuestra
tarea como profesionales de la salud, además de diagnosticar, prescribir y
referir oportunamente, es la de hacer
que el paciente diabético internalice y aprenda la regla de las tres A.
Aceptar su enfermedad, Adaptarse a su nueva condición con todo lo que
ello implica y Autorresponsabilidad, porque esa es su enfermedad, deberá vivir
con ella por siempre y nosotros somos y siempre seremos una guía, un tutor en
su autocontrol.
VACUNA CONTRA EL ESTRÉS
En Venezuela hay la creencia de que un anillo
de casco de burro negro es bueno para las hemorroides.
Llega un paciente a la consulta con un dolor
de garganta, previo interrogatorio procedo con linterna y baja lengua en mano a
examinarle la garganta, cuando le pido abrir la boca me doy cuenta que lleva
puesto un anillo de casco de burro negro y le pregunto:
- Sufre usted de las hemorroides
- Caramba doctor esa linterna si es buena
Jaimito triste mira al cielo y habla con
Dios:
- Señor yo no le deseo mal a nadie, pero
quiero que mi negocio prospere
De pronto de escucha una voz como un eco que
dice
- Y QUE NEGOCIO TIENES HIJO?
- Una funeraria señor
Hasta nuestro próximo contacto.
Carlos
Basanta
*Medico.
Magíster en Salud Pública.
E. mail basantac@cantv.net
Twitter: @drcarlosbasanta
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