Intervención
en el Foro Constituyente promovido por el partido Seguimos Hacia Carabobo,
Auditorio del Colegio Médico del Estado Carabobo, Valencia, 18 de Octubre de
2014
Luego
del lanzamiento de un proceso de recolección de firmas para la convocatoria a
una Asamblea Nacional Constituyente, promovida por un partido político, muchos
se han preguntado, y nos lo han hecho saber, cual es el rol que jugaremos de
ahora en adelante aquellos que formamos parte de la sociedad civil y que
igualmente hemos pero desde muchos años antes, intentado convencer a los
venezolanos que ese es el camino civil correcto para enfrentar el estado de
cosas generado por un régimen que ha desconocido la Constitución.
Lo
primero que debemos considerar aquí antes de entrar a discutir el fondo del
problema es el rol que juegan la sociedad civil y los partidos en este complejo
marco situacional que hace que la opinión pública se confunda cuando ambas
capas de la sociedad tienen un mismo objetivo pero aparentemente con diferente
fin.
Eduardo
Colmenares Finol, en su ensayo “La Sociedad Civil y el Liderazgo Político
Moderno” hace una composición de lugar del rol de ambos en la sociedad: “El
principal objetivo de un partido político moderno debe ser lograr un nivel de
sintonía o un vinculo adecuado con la sociedad civil, con el fin de interpretar
el concepto de bienestar que esa sociedad desea y de esta manera ayudarla en su
proceso de maduración, en especial, en su etapa inicial de despegue desde la
inmadurez política. En otras palabras, la definición moderna de los partidos
políticos sería “instituciones éticas” que sirven en la intermediación entre la
sociedad civil y el estado, hasta lograr un nivel de conducta política de modo
que sea la propia sociedad civil la que determine el liderazgo que la conduzca
a su bienestar.” (1) (Subrayado nuestro)
En
otras palabras, los partidos y su liderazgo no les queda otra que ser
intérpretes cabales de la sociedad civil, siendo ésta la que al final
determinará cuál es el liderazgo correcto de esos partidos que la conducirá a
mejores estadios de bienestar. Lamentablemente eso no es lo que sucede en
Venezuela. Los partidos se han convertido en imponedores de los lineamientos
que al final se concretan en realidades que definen el destino del país.
Colmenares
Finol incluye un ejemplo de esa afirmación cuando los partidos desvían su
objetivo principal: Los partidos “también se pervierten cuando su principal
objetivo es obtener el poder del estado, desvinculado de la sociedad,
fragmentando de esta forma, las bases morales de la política en sí. En este
caso los partidos, a través de sus lideres electos democráticamente, rompen el
equilibrio que debe existir entre la sociedad civil, el proyecto político y los
líderes”. Y más allá señala una consecuencia que ya hemos escuchado muchas
veces: “este tipo de partidos considera a la sociedad civil organizada como una
amenaza en lugar de un aliado, carecen de sensibilidad o no saben cómo percibir
su presencia…”.
James
Madison (1751-1836), considerado el Padre de la Constitución norteamericana,
indicaba en el Federalista No 10 que las causas del espíritu de facción (que en
el fondo no es otra cosa que la obtención del poder por los partidos en una
democracia) “no pueden suprimirse y que el mal solo puede evitarse teniendo a
raya sus efectos” (ver El Federalista en http://goo.gl/LsgP8x). Y la manera de
contener esos efectos- que no es otra cosa que el abuso del poder-, es
desarrollar una sociedad civil fuerte e independiente. ¿Y quien debe
desarrollar esa sociedad civil fuerte e independiente? Aparentemente en
Venezuela nos la tenemos que agenciar nosotros mismos, peleando por espacios
que lamentablemente los partidos políticos están lejos de entender que deben
darle a los ciudadanos.
Habiendo
establecido esto, debemos indicar una vez más que no somos una amenaza para
ningún partido político. La sociedad civil es la que debe inspirar el orden de
prioridad de los partidos. La cosa es al revés, no son ellos los que imponen
adonde va la sociedad, son ellos los que deben ser los intérpretes de nuestra
voluntad. Somos nosotros los que indicamos que es lo que queremos y ellos
establecer las estrategias para hacer realidad nuestros reclamos y solicitudes,
porque si no, tal como lo indica Colmenares Finol en su obra, están incurriendo
en una desviación.
El
Proyecto País Venezuela es un producto de la sociedad civil venezolana. Su
objetivo principal es la transformación del Estado a través de una discusión
que solo puede darse a través de una Asamblea Nacional Constituyente. No es el
objetivo principal del Proyecto, aunque esto resulte como una consecuencia del
proceso, el cambio de los poderes públicos que en la actualidad están
secuestrados en Venezuela por los representantes de un país comunista.
El
objetivo principal del Proyecto es asignarle a los Estados de toda Venezuela
competencias constitucionales y legislativas, amplias e integrales en materia
política, judicial, electoral, tributaria, administrativa y educativa, con el
fin de hacer llegar el poder a los ciudadanos y sean estos los protagonistas de
su propio desarrollo, estableciendo una verdadera Constitución Federal para la
República de Venezuela. A esto lo hemos llamado La Rebelión de las Regiones.
La
diferencia de hacer esto de esta forma y no de la otra manera planteada, es que
se evitaría volver al modelo de país de poder centralizado y desbalanceado que
hizo crisis en 1998, originando todo este desastre que amenaza con llevarnos
aceleradamente al comunismo. La idea es volver la cara hacia un nuevo modelo de
desarrollo, quitándonos a la vez el yugo de una tiranía. Es darle una esperanza
al país de que si puede haber crecimiento económico, y desarrollo social y
político cuando se le dan a las fuerzas sociales en todo el país el poder
económico y político para desarrollarse. ES UNA ALTERNATIVA que plantearle al
país frente a un Plan de la Patria comunista, no una simple promesa que los
partidos lo harán mejor después de salir de esto, solamente porque ellos lo
dicen.
Todos
al final buscamos lo mismo, la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente. Si ponemos la carreta detrás de los caballos, como debe ser, de
manera natural, comprendiendo el rol de cada uno, nos aseguraremos que ambos,
sociedad civil y partidos políticos, llegaremos más rápido a ese objetivo. Es
por eso que Venezuela nos necesita a todos…
Valencia,
18 de Octubre de 2014
(1)
Eduardo
Colmenares Finol, La Sociedad Civil y el Liderazgo Político Moderno, Agosto
2008, ISBN 980-12-1974-2, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela.
Luis
Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
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