LUIS EDUARDO MARTÍNEZ HIDALGO, 18 DE OCTUBRE

Tengo frente a mí, el reporte de Octubre “OMINUBUS” de DATANALIS y el más reciente de IVAD, prestigiosas encuestadoras venezolanas. Estoy a punto de empezar a escribir y comentar datos confiables acerca de las tendencias de opinión de los venezolanos, a la fecha, cuando me percato que se cumplió, casi sin referencia alguna, un aniversario más de la “Revolución de Octubre” que cambió radicalmente el rumbo del país, un ya lejano 18 de Octubre de 1945.

Es cierto que con la llegada de Chávez al gobierno, el oficialismo se ha empeñado en presentar otra visión de la historia nacional y en mucho han logrado alcanzar su objetivo –el más reciente ejemplo de lo que afirmo es la película “Libertador”, dirigida por Alberto Arvelo y protagonizada por Édgar Ramírez y Danny Huston, que falsea descaradamente pasajes de la vida de Simón Bolívar- pero no es menos que quienes nos identificamos con un país distinto, hemos descuidado el defender y promover lo tanto que se construyó y transformó durante los años 1945-1948 y 1958-1998.

Si bien en la Escuela nos enseñaron como fechas claves, para la Venezuela independiente, el 19 de Abril de 1810, el 5 de Julio de 1811 y el 24 de Junio de 1821 no fue hasta Mayo de 1830 cuando, en el Congreso de Valencia, el Departamento de Venezuela de la República de Colombia -el término Gran Colombia se emplea por la historiografía para distinguirla de la actual Colombia- se constituyó en nación. Desde su propio origen, el pueblo, entendido como tal las grandes mayorías, estuvo ausente de las decisiones fundamentales y poco, por no decir nada, tenía que ver con quienes arribaban al poder, muchas veces producto de acciones militares. Ni siquiera el civilista Vargas se convirtió en Presidente en una elección popular sino que fue el resultado de la decisión de unos pocos como lo fue así todo gobernante venezolano hasta que la “Revolución de Octubre” convirtió al pueblo llano en protagonista.

Tras 27 años de férrea dictadura, muere Juan Vicente Gómez y el Consejo de Ministros inviste Presidente a Eleazar López Contreras quien tras culminar su mandato entrega a Isaías Medina Angarita –generales, andinos y tachirenses los tres- seleccionado, este último, por un Congreso de marionetas.

Medina se encontró con un partido de reciente formación, Acción Democrática, si bien sus líderes fundamentales –Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rómulo Gallegos- estaban curtidos en años de lucha contra regímenes totalitarios, que demandaba cambios urgentes en el modelo de país y que proclama como base para ello lo urgente de abrir las puertas a la participación popular.  La obsesión de Medina por mantener la designación de los gobernantes, a todo nivel, en cotos cerrados y su empeño en imponer sucesor –primero Escalante y luego Biaginni- desbordó las pasiones y provocó que un vasto movimiento cívico-militar lo derrocara el 18 de Octubre de 1945.

Es muy largo el historial de logros de la Junta Revolucionaria de Gobierno, que presidió Betancourt a partir del 19 siguiente, como también lo fueron los de la administración del maestro Rómulo Gallegos, pero más allá de la obra física y de redención social lo más relevante fue la implantación en Venezuela de un sistema electoral universal, directo y secreto. La “Revolución de Octubre” hizo posible que, por vez primera en nuestra historia republicana, todo hombre independientemente de su formación o posición económica, toda mujer, todo joven, tuviese derecho a elegir y a ser elegido de manera directa. Hasta esa fecha, quienes no supieran leer y escribir –en un tiempo donde los analfabetas eran mayoría-, carecieran de bienes de fortuna, las mujeres y los jóvenes, no podían votar en comicios municipales para escoger representantes que luego en segundo o tercer grado “elegían” parlamentarios y Presidente.

Gallegos, Betancourt, Leoni, Caldera, Pérez, Herrera, Lusinchi pero también Chávez y Maduro, fueron electos presidentes y gobernado, gracias a que el 18 de Octubre de 1945, civiles y militares echaron del poder a quienes soportaban un mal gobierno sobre un sistema electoral perverso que impedía la efectiva participación del pueblo venezolano. Justo es recordar entonces esta fecha clave en la historia venezolana.

Luis Eduardo Martínez:

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