domingo, 12 de octubre de 2014

LUIS FUENMAYOR TORO, SI NO FUERA TAN TRÁGICO, DARÍA RISA

No quería seguir escribiendo sobre el asesinato de Rober Serra, así como tampoco volver sobre el crimen de Otaiza, pero los manipuladores de la muerte, quienes utilizan electoralmente la ultratumba, me obligan a tener que hacerlo, por haber varias cosas involucradas en esta situación y todas ellas muy terrenales, pragmáticas, sin relación con pajaritos preñados ni nada sobrenatural. 

DESCUBRIENDO EL AGUA TIBIA
Los descubrimientos han sido “sensacionales”: Que Uribe Vélez ha tenido relación con el narcotráfico, que fue abogado de Pedro Escobar, que estuvo en una lista entre los más buscados por la justicia estadounidense, que tiene estrechos vínculos con el paramilitarismo y que se ha reunido con líderes de la oposición. ¡Imagínense! Y nosotros: inocentes. Hechos todos públicos y notorios; están descubriendo el “agua tibia”. ¡Y con alborozo! Al camarada Bernal sólo le faltó mostrar los videos en los que Chávez, en más de una ocasión, llamó a Uribe su “hermano del alma”.

¿Recuerdan aquellos conflictos entre Chávez y Uribe, parecidos a los de pareja, o los borraron de la mente? ¿Recuerdan cuando Santos bombardeó a la guerrilla colombiana en Ecuador? Bueno, hoy es quien deporta a Lorent Saleh y Gabriel Vallés, presentados por el Gobierno como unos terroristas internacionales de alto vuelo, que constituyen una amenaza serísima para nuestra seguridad. Ante ellos, Carlos “El Chacal” luce como un niño de pecho. Muy extraño que no hayamos sabido nada de ellos hasta ahora. Me perdonan la ingenuidad pero estos dos muchachos no parecen estar ni siquiera cerca de lo que se les endosa, las supuestas experiencias que deberían tener, ni de los vínculos internacionales que se supone poseen “terroristas” de este calado. De Posada Carrilles al binomio Saleh-Vallés; un par de jóvenes jugando a la guerra, como la mayoría de los manifestantes de las guarimbas. Sólo que en este caso había gente que no jugaba…

A Otaiza lo asesinó el hampa común como lo dijo el CICPC; si por ello lo es, lo serían también las decenas de miles de venezolanos asesinados por las bandas delictivas. Y si a Otaiza lo mandó a matar Uribe Vélez, habría que concluir que todas las víctimas del hampa son también homicidios del ex presidente. Así: ¡Tenemos casi armado un caso de genocidio! A Juancho Montoya lo mató gente del SEBIN; eso lo sabe todo el mundo, luego tampoco es un mártir de la revolución, a menos que estos agentes hayan sido financiados por Uribe Vélez, lo que ha debido decirse en aquel momento. Danilo tampoco es un mártir pues no se conocen los autores intelectuales de ese crimen. Carlos Escarrá y Lina Ron no son mártires pues murieron de infartos del miocardio. William Lara falleció en un accidente de tránsito y nunca se dijo que lo había mandado a matar. Habría que estar fumado y en trance para hacer un discurso con todos ellos como mártires.

Robert tampoco calza los puntos de los mártires. Su crimen es una venganza o de tipo pasional. No lo mató Uribe, ni Obama, mucho menos alguien de la MUD. Hay que buscar a quién beneficia su muerte y seguir la pista por allí.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

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