No
quería seguir escribiendo sobre el asesinato de Rober Serra, así como tampoco
volver sobre el crimen de Otaiza, pero los manipuladores de la muerte, quienes
utilizan electoralmente la ultratumba, me obligan a tener que hacerlo, por
haber varias cosas involucradas en esta situación y todas ellas muy terrenales,
pragmáticas, sin relación con pajaritos preñados ni nada sobrenatural.
DESCUBRIENDO EL AGUA TIBIA |
Los descubrimientos
han sido “sensacionales”: Que Uribe Vélez ha tenido relación con el
narcotráfico, que fue abogado de Pedro Escobar, que estuvo en una lista entre
los más buscados por la justicia estadounidense, que tiene estrechos vínculos
con el paramilitarismo y que se ha reunido con líderes de la oposición.
¡Imagínense! Y nosotros: inocentes. Hechos todos públicos y notorios; están
descubriendo el “agua tibia”. ¡Y con alborozo! Al camarada Bernal sólo le faltó
mostrar los videos en los que Chávez, en más de una ocasión, llamó a Uribe su
“hermano del alma”.
¿Recuerdan
aquellos conflictos entre Chávez y Uribe, parecidos a los de pareja, o los
borraron de la mente? ¿Recuerdan cuando Santos bombardeó a la guerrilla
colombiana en Ecuador? Bueno, hoy es quien deporta a Lorent Saleh y Gabriel
Vallés, presentados por el Gobierno como unos terroristas internacionales de
alto vuelo, que constituyen una amenaza serísima para nuestra seguridad. Ante
ellos, Carlos “El Chacal” luce como un niño de pecho. Muy extraño que no hayamos
sabido nada de ellos hasta ahora. Me perdonan la ingenuidad pero estos dos
muchachos no parecen estar ni siquiera cerca de lo que se les endosa, las
supuestas experiencias que deberían tener, ni de los vínculos internacionales
que se supone poseen “terroristas” de este calado. De Posada Carrilles al
binomio Saleh-Vallés; un par de jóvenes jugando a la guerra, como la mayoría de
los manifestantes de las guarimbas. Sólo que en este caso había gente que no
jugaba…
A
Otaiza lo asesinó el hampa común como lo dijo el CICPC; si por ello lo es, lo
serían también las decenas de miles de venezolanos asesinados por las bandas
delictivas. Y si a Otaiza lo mandó a matar Uribe Vélez, habría que concluir que
todas las víctimas del hampa son también homicidios del ex presidente. Así:
¡Tenemos casi armado un caso de genocidio! A Juancho Montoya lo mató gente del
SEBIN; eso lo sabe todo el mundo, luego tampoco es un mártir de la revolución,
a menos que estos agentes hayan sido financiados por Uribe Vélez, lo que ha debido
decirse en aquel momento. Danilo tampoco es un mártir pues no se conocen los
autores intelectuales de ese crimen. Carlos Escarrá y Lina Ron no son mártires
pues murieron de infartos del miocardio. William Lara falleció en un accidente
de tránsito y nunca se dijo que lo había mandado a matar. Habría que estar
fumado y en trance para hacer un discurso con todos ellos como mártires.
Robert
tampoco calza los puntos de los mártires. Su crimen es una venganza o de tipo
pasional. No lo mató Uribe, ni Obama, mucho menos alguien de la MUD. Hay que
buscar a quién beneficia su muerte y seguir la pista por allí.
Luis
Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
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