sábado, 18 de octubre de 2014

IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO, PETRÓLEO BARATO, DÓLAR CARO. HAY MAMA INÉS, PARANINFO DE LA SEMANA

Disculpe Nicolás

Como sé que tiene una epidermis delicada en cuanto a críticas a su gobierno (solo baste recordar el desconsiderado despliegue de improperios que le lanzó a Hausmann y Santos) debo pedirle disculpas adelantadas, por algunos comentarios no muy favorables  que le voy a hacer en esta humilde columna que no la lee mucha gente pero seguro estoy que si la revisan sus servicios de seguridad, ya que esos tienen las misma políticas de los cubiches.  Nuestra nueva madre patria.    

Los comentarios que le pienso hacer son a beneficio de inventario y bien intencionados, orientados a ver si usted le presta un pelín de atención y logra que mejoren las cosas en el país. Difícil y dudo mucho que le pare, pero total el peor mandado es el que no se hace. Usted debe entender que llegó a donde está por carambola. El que lo puso allí, en un arrebato estertóreo, seguro estoy pensaba que los babalaos le iban a hacer el milagro y las cosas no pasarían de un simple anuncio fallido para calmar a los caimanes que estaban en boca de caño amarillo. Pero bueno pasó lo que tenía que pasar gracias a la medicina cubana. Y usted llegó al palacio de misia Jacinta. Con primera combatiente y todo. Y allí comenzó el problema. No es lo mismo manejar un metrobús, bueno si es que alguna vez su médico de cabecera le dio autorización para dejar el reposo, que manejar la estructura de un Estado, por muy tercer-mundista que sea. Lo primeo que debe tener en cuenta es que “así, así, así no es que se gobierna”, así sus conmilitones le griten otra cosa. Usted debe sentarse en la silla presidencial que hay en su despacho y allí ponerse a pensar, recuerde aquello de “pienso luego existo”, sobre las cosas que debe proponer y hacer. Consultar no solo con la almohada (dijo que duerme poco) sino con sus ministros, bueno pero solo con aquellos que calzan los puntos para serlos, que son pocos según las malas lenguas. Por favor olvídese de los Castros, ellos además de ancianos decrépitos su única obra de gobierno ha sido acabar con la perla del caribe, y de los uniformados que solo piensan con la AK-47.

Entienda que los muertos que a diario tenemos en el país, que superan cualquier guerra moderna, no los mata ni Uribe, ni Obama, ni María Corina, esos muertos son de producción nacional. Malandros, pranes, colectivos, uniformados y demás especímenes. Que la escasez de productos de la dieta básica y de la no tan básica no se debe a ninguna  guerra económica, es que si no se siembra, si no se produce, si no se compra es difícil que haya algo en los anaqueles. 

No sé si lo sabe, pero hay una muy vieja ley de la economía, capitalista o no, que relaciona a la oferta con la demanda. No es lo mismo 100 manzanas para 10 compradores, que 100 compradores para 10 manzanas. Entienda que para tener un país con buen recurso humano hay que tener un sistema educativo que enseñe, no que burralice. 12 chances para aprobar, no “jile”. 

Que el socialismo, vulgo comunismo, es algo muy bueno para hablar pendejadas y pasar una temporada en las montañas, poner bombas y matar policías, pero no sirve para resolver los problemas de un país, no importa la latitud donde se encuentre. Los pueblos no comen ideologías. Comen Harina Pan. Faltarían muchas otras cosas que comentarle pero la escasez de papel me lo impide. Anímese, páreme ébola, o prefiere “la salida” de Leo.   

Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1

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