"No es tarea fácil
imaginarse hoy que Menger haya sido el primer autor que basó la distinción
entre bienes libres y bienes económicos en el concepto de la escasez. Como él
mismo dice (Ver Capítulo II, nota 7), todos los autores alemanes que ya habían
utilizado estos conceptos con anterioridad —y muy concretamente Harmann—
intentaron explicar la diferencia por la presencia o ausencia de costes, en el
sentido de esfuerzos, mientras que la literatura inglesa ni siquiera conocía
esta expresión. Es un hecho muy característico que en la obra de Menger no
figure ni una sola vez la sencilla palabra de “escasez”, aunque fundamentó todo
su análisis en esta idea. “Cantidad insuficiente” o “relación económica de las
cantidades” son las equivalencias más exactas y aproximadas —aunque ciertamente
mucho más pesadas— utilizadas en sus escritos."[1]
Carl Menger |
Antes de Menger, no era
desconocida la expresión bienes económicos y libres, como dice la cita. Pero la
diferencia se radicaba en lo que llamaríamos la "teoría del
valor-costo" (o "costo-valor"), que -a su vez- se hacía afincar
en la del "valor-trabajo" o también conocida como "teoría
laboral del valor". Para aquellos autores, un "bien económico"
merecía recibir dicho nombre siempre y cuando se hubiera demandado incurrir en
costos para obtenerlo, caso contrario no alcanzaría dársele ese nombre, y -en
su lugar- denominarlos como bienes no económicos, o más sencillamente, bienes
libres. Es recién con Menger que esta apreciación cambia de enfoque, haciéndola
recaer nuestro autor, ya no en el concepto de "costo" sino en el de
escasez. Respecto a la observación de F. A. v. Hayek en cuanto a que Menger en
su obra no emplearía "ni una sola vez" la palabra
"escasez", hemos de hacer notar que, con toda seguridad, ha de
estarse refiriendo al original alemán de tales escritos, habida cuenta que en
la traducción española, en la que nos hemos basado para las consideraciones que
seguirán, la palabra escasez aparece en un sinfín de lugares, probablemente –a
estar a lo que F. A. v. Hayek ha advertido- por obra del traductor a este
último idioma, y en busca de una mejor comprensión y síntesis de esas fórmulas
"mucho más pesadas" empleadas por Menger.
Pasemos ahora directamente
al análisis de las elaboraciones que Menger ha hecho sobre el concepto de
"bienes económicos".
"respecto de la relación
cuantitativa de los bienes, los hombres pretenden con su actividad previsora,
encaminada a la satisfacción de sus necesidades, los siguientes fines
3. Hacer una elección entre las
necesidades más importantes, que satisfacen con las cantidades de bienes de que
disponen, y aquellas otras que tienen que resignarse a dejar insatisfechas.
4. Alcanzar con una cantidad
parcial dada dentro de la relación cuantitativa de bienes, y mediante un empleo
racional, el mayor éxito posible, o bien, un éxito determinado con la menor
cantidad posible. Dicho con otras palabras, utilizar las cantidades de bienes
de consumo directo y sobre todo las cantidades de medios de producción de que
disponen de una manera objetiva y racional, para satisfacer sus necesidades del
mejor modo posible.
A la actividad humana encaminada
a la consecución de los mencionados fines la denominamos, considerada en su
conjunto, economía. A los bienes que se hallan en la relación cuantitativa
antes descrita, y que constituyen su objeto exclusivo, los llamamos bienes
económicos, en contraposición a aquellos otros de los que los hombres no tienen
ninguna necesidad para su actividad económica y ello debido a razones que, como
veremos más adelante, se explican de lleno en virtud de la relación
cuantitativa tomada en su sentido más estricto, como acabamos de indicar a
propósito de los bienes económicos."[2]
Encontramos aquí una manera
verdaderamente magistral con la cual Menger llega a su definición de economía.
Lo hace en forma descriptiva, mediante una conclusión final que contiene la
esencia del concepto. Como se observa, todas sus nociones giran en torno a lo
que Menger llama "la relación cuantitativa de los bienes", es decir,
y como F. A. v. Hayek apuntaba en su Introducción, la manera en que Menger
aludía a lo que hoy expresaríamos bienes escasos. Esos son los "bienes de
que disponen" los hombres. Esos bienes por sí mismos, carecen de
significación alguna si no se los relaciona con "la satisfacción de sus
necesidades", pero no es esta última característica la que define a un
bien económico, porque los bienes libres también satisfacen necesidades
humanas. Sólo la efectiva disposición en una determinada cuantía es la que
determina el carácter económico o no económico de un bien. Llega pues a su
definición de economía a través de dos pasos:
Por el primero, considera,
teniendo en cuenta cierta cantidad de bienes disponibles, la selección de
necesidades que hacen los hombres para determinar cuáles de ellas merecen ser
satisfechas con prioridad a las subsiguientes. Por el segundo, y esta vez desde
el ángulo cuantitativo o -en otros términos- dada la escasez de esos mismos
bienes, fijar el objetivo a cumplir con estos, que puede estar entre la
atención del mayor éxito posible, o bien un éxito dado (se sobreentiende
inferior al mayor posible) con la menor cuantía también posible de esos bienes,
englobando en este último punto tanto los bienes de consumo como los de
producción. Es a la actividad encaminada a obtener estos propósitos a lo que
Menger llama economía. Y es a los bienes escasos a los que llama bienes
económicos, destacando que son estos el objeto exclusivo de la economía,
diferenciándolos de los bienes libres a los que alude con la expresión
"aquellos otros de los que los hombres no tienen ninguna necesidad para su
actividad económica". Seguidamente, traza la indisoluble división entre
economía y propiedad:
"Así pues, la economía
humana y la propiedad tienen un mismo y común origen económico, ya que ambos se
fundamentan, en definitiva, en el hecho de que la cantidad disponible de
algunos bienes es inferior a la necesidad humana. Por consiguiente, la
propiedad, al igual que la economía humana, no es una invención caprichosa,
sino más bien la única solución práctica posible del problema con que nos
enfrenta la naturaleza misma de las cosas, es decir, la antes mencionada
defectuosa relación entre necesidad y masa de bienes disponibles en el ámbito
de los bienes económicos."[3]
[1] Carl Menger. Principios
de economía política. Introducción de F. A. v. Hayek. Ediciones Orbis.
Hyspamerica. Tomo I. pág. 7
[2] Menger Carl. Principios…ob. cit. pág.
67 tomo I
[3] Menger Carl. Principios…ob. cit. pág. 69
Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
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