Lo primero que hay que hacer es convencer al
pueblo que el socialismo promovido por el castro chavismo no tiene nada que ver
con su contraparte el progresista socialismo europeo. El experimento tipo
chavista ha fracasado en todas partes donde se ha implantado. No existe un solo
ejemplo en el mundo donde haya triunfado. Cuba, contrario a lo que predican, es
el fracaso más patético de este experimento. Los tan cacareados supuestos
logros cubanos en salud y educación lo superan naciones como Chile o Uruguay
sin necesidad de haber pasado por el sacrificio del sufrido pueblo cubano.
Hasta 1776, cuando Adam Smith describió el
capitalismo, todos los países del mundo eran pobres. Desde ese momento se
aplicó la formula que nunca ha fallado: libertad política más libertad
económica, igual bienestar general. Está demostrado que una sociedad que coloca
la igualdad por encima de la libertad, acabará sin igualdad y sin libertad. El
comunismo fue catastróficamente derrotado por la lógica práctica del
capitalismo democrático que recompensa el trabajo, el esfuerzo y la destreza,
al tiempo que reconoce el sano derecho a ser diferente, a pensar, a actuar y
hacer lo que a uno le dé la santa gana.
Lo otro que hay que hacer es delatar las
mentiras con las que disfrazan los fracasados triunfos de la revolución. Si
bien es cierto el interés del Gobierno por los pobres, también es cierto que
este apego es por razones populistas y proselitistas que buscan el voto
asegurador. Hay que demostrarle al pueblo que a los chavistas les interesa
mantener a la población en la pobreza.
Lo cierto es que basado en el salario y en la
inflación, al cierre de 2014 la pobreza se sitúa en 33,0%, superior al 27,3%
del 2013. Se trata de 11 millones de pobres (no pueden adquirir la canasta
básica de alimentos, medicinas y servicios) y 5 millones en la pobreza extrema
(no pueden adquirir los nutrientes fundamentales para alimentarse). Esa es la
triste realidad, lo demás son pajaritos preñados consolados con decenas de
misiones que tratan de mitigar la agonía con limosna y promesas ya prometidas.
Que oiga quien tiene oídos…
Ernesto
Garcia Macgregor
garciamacgregor@gmail.com
@garciamacgregor
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