domingo, 26 de octubre de 2014

DOUGLAS JÁTEM VILLA, MENTIRA, INCOMPETENCIA Y CEGUERA

No agrada pensar que el gobierno es mentiroso, incompetente y ciego. El daño resultante se agrava por el hecho de que se trata de algo constatado durante ya mucho tiempo, y que por ende se cree que seguirá igual.

MENTIRA       INCOMPETENCIA        CEGUERA
El proyecto de presupuesto para 2015 es una enésima manifestación de estas características. Es mentira que el precio del barril de petróleo será 60 $, porque si bien se ha reducido, y no es imposible que pueda bajar hasta ese nivel, no se puede asegurar en una ley que llegará ser tan bajo.
Se sabe que se miente para posibilitar que el gobierno se apropie de una parte del situado constitucional que corresponde a los estados y municipios. Se miente al decir que el gobierno funcionará en 2015 con cerca de 740 millardos de bolívares, cuando en 10 meses de 2014 ya ha erogado cerca de un billón de bolívares, a lo cual tiene que agregarse el inevitable aumento derivado de la inflación que en 2014 superará el 70%, y también la inevitable desviación de dinero del gasto de funcionamiento al pago de la deuda pública, la cual continuará siendo crecientemente onerosa.
Se miente al ocultar la evidente situación deficitaria, ya que si bien el ingreso puede resultar mayor porque el petróleo se venda a más de 60$, el gasto será muy superior a 740 millardos, a lo cual debe añadirse el hecho de que también es mentira el crecimiento que se atribuye a la economía nacional, lo cual significa menos ingreso fiscal por este concepto, menos ingreso fiscal no petrolero.
Se miente al ocultar el ingreso que se obtendrá por la venta de divisas por parte del BCV por encima de 6,30 Bs/$, como consecuencia del proceso devaluacionista ya en curso, y que alimentará créditos adicionales en 2015, lo que en parte aliviarán el déficit.
Durante estos años, la mentira gubernamental ha sido acompañada por la incompetencia, y como ya se dijo, se cree que seguirá igual. El proyecto de presupuesto de 2015 sigue conteniendo la política económica oficial equivocada y suicida que se niega a solucionar la calamitosa situación que hemos padecido los venezolanos, dado que impide la inversión y cierra la posibilidad de generar crecimiento económico que aporte más ingreso fiscal, y por otro lado impide la eliminación de los gastos injustificados, incluyendo las “erogaciones secretas” derivadas de los diversos fondos creados para el manejo presidencial arbitrario y politiquero, de manera que se mantiene la condición inflacionaria de déficit.
La incompetencia se agrava con la también equivocada y suicida administración del sistema cambiario que todavía mantiene la venta de dólares a razón de 6,30 Bs/$, la cual ha significado despilfarro y corrupción impunes, e igualmente con la negativa a racionalizar el precio de venta de la gasolina y los combustibles en general.
Durante estos años, la mentira y la incompetencia del gobierno han sido causadas por la ceguera ideológica, la cual, sobre la basa equivocada de que el fin, la construcción del Socialismo del Siglo XXI chavocastrista, justifica los medios, la destrucción de la economía nacional y de otros componentes esenciales de nuestra venezolanidad, ha producido la intolerable cantidad de disparates, arbitrariedades, abusos, atropellos y demás atrocidades que nos han traído a las puertas del abismo.
Por esta parte, se cree que la dinámica caótica y destruccionista puede producir que lo probable, esa caída al abismo, no sea inevitable, y por el contrario, que lo improbable, la recuperación, resulte ser posible.
A fin de cuentas, ya la historia demostró que disparates como el chavocastrismo no son compatibles con la humanidad. Lo otro es apreciar la irresponsabilidad consustancial del gobierno  al no cumplir su obligación de atender las necesidades del pueblo venezolano en materia de escasez, lo que gravará con la equivocación del “precio justo” en lugar de mayor producción; salud, agua, electricidad, seguridad, infraestructura en general, y en combate a la corrupción.
También se cree que todavía existen sectores venezolanos, incluyendo parte de la llamada oposición, que, quizás llevados por las expectativas electorales, léase curules, creen que el chavocastrismo puede dialogar y rectificar. Basta recordar la reciente experiencia de Rafael  Ramírez, entonces Vicepresidente para la Economía, con las relativamente sensatas propuestas de rectificación que presentó al gobierno.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv

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