Cada día se esfuman las esperanzas de los
venezolanos que el gobierno reactive la economía.
La inflación escaló
el 70%, y se convirtió en una de las 5 más alta del mundo.
La promesa de
derrotar al paralelo, se quedó en campañas publicitarias, con la salida de
Rafael Ramírez del gabinete económico.
Mientras el
Presidente Maduro, parece ir contrario del deber ser en materia económica. Esto
es, atacar de manera inmediata las distorsiones, para apalancar medidas que
solventen la situación que se acerca a catástrofe nacional.
Los números no
mienten, y lo mejor de todo, es que no son chavistas, ni opositores. Están a la
vista, para que cada quien saque conclusiones, de acuerdo a sus diferentes
enfoques ideológicos y políticos.
Comencemos, pues:
¿CONVERGENCIA
CAMBIARIA? En Venezuela coexiste 4 tipos de cambios. El paralelo, comenzó la
semana en 92, y su marcha hacia los 100 es inevitable. El gobierno dijo que
poco a poco iríamos a la convergencia cambiaria, pero parece que se detuvo,
debido a contradicciones internas de clanes o corrientes políticas.
“PAQUETE ROJO”. Así
lo llama la oposición, y no está lejos de la realidad. El gobierno leyó las
encuestas sobre gasolina, sinceración de precios, medidas cambiarias, y decidió
otros caminos, distintos a los aconsejados por Ramírez, ya fuera del gabinete
económico.
Optó por introducir
el paquete por fases. Hace semanas que comenzaron aumentos de productos
básicos: aceite (a 70 bolívares), leche (a 250), huevos (a 100), pollo a (50),
carne (a 170), papas (170), cebollas (a 120), blancaflor a (50), tomates (a
120)…
Antes se ordenó la
subida del servicio eléctrico, de pasajes aéreos, champús, lavaplatos, cloro,
jabones, toallas sanitarias, pañales, papel tualet, detergentes, desodorantes,
telecomunicaciones, transportes, cableras, se migró la ropa, calzados y
repuestos a la tasa Sicad II, de 6,6 a 11,7 bolívares por dólar…
DESABASTECIMIENTO… el
gobierno optó por las captahuellas, en vez de elevar la producción. Como sabe
que para ello necesita reestructurar a fondo la economía, prefirió otro pañito:
captahuellas y aumento generalizado de servicios y productos para frenar el
desabastecimiento.
Su índice merodea el
30%, aunque los ministros digan que con las operaciones contra el contrabando,
comienza a disminuir.
DEFAULT SERVICIO DE
LA DEUDA. En octubre, Venezuela deberá desembolsar $5.200 millones por concepto
de pago de deuda. ¿De dónde sacará esa suma si las reservas no paran de bajar?
Hasta ahora el país
ha sido buena paga. Sin embargo, la situación de ahora llevó a pensar a muchos
especialistas, que Venezuela puede entrar en impago de sus compromisos porque
no tiene suficientes dólares, a menos, claro está, que llame al FMI o
reestructure su deuda o venda Citgo, como se coló recientemente.
¿A QUIÉN MAS DEBEMOS?
A todo el mundo. Aquí un balance de los miles de millones de que debe el
gobierno a las empresas privadas: Alimentos ($4.200 millones, lo estamos
pagando con escasez y aumentos sucesivos); Automotriz ( deben $3.000, lo
estamos pagando con precios exorbitantes de vehículo y falta de repuestos…);
Aerolíneas ( $3.700, pasajes a 160 mil para viajar a Europa, por ejemplo,
reducción de vuelos, cupos y rutas); PDVSA (deudas millonarias con contratistas
que ha tirado al piso la producción petrolera, un 45% menos que en 1997).
¿CÓMO OBTENER MÁS
RECURSOS? La cosa está difícil. La única forma es imprimir más dinero por parte
del BCV, que optó por ocultar cifras desde mayo. Hay más, todas las señales
indican que las importaciones caerán un 30%, la cuarta más alta en la historia
del país, y entre las más elevadas a nivel mundial, sólo superada por crisis
como la griega.
Como se sabe,
Venezuela importa 97% de sus productos, y sólo exporta el 3% de rubros no
petrolero.
Es decir, el gobierno
no tiene dólares, porque la maquinita que los produce (PDVSA), está endeudada y
en un callejón sin salida, vendiendo a largo plazo (Petrocaribe), bajando la
producción y deudas con proveedores.
Queda, entonces,
imprimir más bolívares, con lo cual presiona los precios de los productos, y
con ello sube la inflación.
Eso el gobierno lo
sabe, pero no para de imprimir. De hecho, se calcula que el déficit público
ronda el 25% del PIB, un hueco sideral que se tendrá que llenar con perversos y
duros ajustes.
¿NOS ESTAMOS
EMPOBRECIENDO? Ya a nadie le quedan dudas de esta pregunta. Vayamos a los
números:
Uno de los mayores
logros de la era Chávez fue la reducción de la pobreza, un dato
incontrovertible, reconocido por organismos internacionales.
Eso quedó en el
pasado, pues ya reactivamos la máquina de reproducir la pobreza. Estos ajustes
por fases y de forma velada, asoman sus terribles consecuencias: en 2012 la
pobreza estaba en 25,4%, un año después, pasó al 32%, y se espera que 2014,
suba a 40%.
Mientras la extrema,
subió de 7,1 hasta 9,8% en 2013, y sigue subiendo de forma incontenible.
¿RECESION? Todas las
señales económicas así lo indican, por algo el BCV tiene meses que no publica
cifras, las oculta. Recesión significa que estamos en crisis, que hay
inflación, que todo aumenta, que el salario no alcanza, que crece el
descontento, la pobreza, los problemas sociales, en fin…
Una de las señales
que lleva a pensar que estamos a las puertas de una recesión, es la caída de
las importaciones, como lo prevén especialistas internacionales.
El Sicad I y II,
pasaron a mejor vida, pues no hay dólares para despachar a los importadores y los
pocos que hay, se despachan a la mitad de las solicitudes y con hasta 2 meses
de retraso.
¿BILLETES DE 500?
¿Creen que es mentira? NO quedará otra salida, pues el signo monetario está muy
devaluado y maltratado.
Miren estos números:
en 2007 cuando se introdujo la reconversión monetaria y se redujo 3 ceros a los
billetes, el gobierno del fallecido presidente Chávez prometió una nueva era
del signo, llamándolo “Bolívar fuerte”.
Para la época, 3 de
cada 100 billares era de 100.
Ahora, son 27.
Los billetes de 100
se cuadruplicaron en el mercado desde 2012 a la fecha. Esto significa que al
aparato productor de la economía se le inyecta muchos bolívares que finalmente
se volverán sal y agua con el paso de los días.
No ha habido en los
últimos 50 años, gobiernos que más maltrataron el signo monetario, que Caldera,
Chávez y ahora Maduro.
A continuación una
tabla que muestra de manera inequívoca lo dicho en líneas anteriores:
Presidente Periodo Variación Precio Dólar
Luis Herrera 1979 – 1984 de 4.3 a 7.5 Bs/$
Jaime Lusinchi 1984 – 1989 7.5 a 38,63 Bs/$
Carlos Andrés
Pérez 1989 – 1993 38,63 a 87,60 Bs/$
Ramón José Velásquez
1993 – 1994 89,90 a 111,48 Bs/$
Rafael Caldera 1994 – 1999 111,48 a 573,88 Bs/$
Hugo Chávez 1999 – 2013 573,88 a 6.300 (reconversión,
eliminación 3 ceros)
Nicolás Maduro 2013 – Actual 4.3 a 6.3, a 11 Sicad I y 50 Sicad II
Al día de hoy, las
piezas 100 bolívares se acercan a los mil millones, y por la tendencia que
muestran, seguirá rumbo imparable, hasta el momento en que técnicamente se
coticen como los billetes de 10 y 20, y se deba pasar a otras escalas del cono
monetario: 200 y 500 bolívares.
Ese camino está
cerca, aunque el gobierno lo desmienta.
¿QUE HARA MADURO? Los
que pensaron a principio de año que hablaría sin cortapisas al país, pues no
era año electoral, se estrellaron. Dejó correr el tiempo y ahora es poco
previsible que el Presidente aborde el problema de forma estructural.
Seguirá colocando
pañitos y extendiendo la agonía, hasta que la burbuja explote, camino nada
aconsejable para ninguno de los sectores en pugna del país.
Aún está a tiempo de
plantarse ante la crisis, y comenzar a enfrentarla con medidas fuertes,
estructurales, modernas, reales, duras, pero inevitables.
Lo demás es dejar que
crezca el descontento, y se activen los diparadores de todo tipo.
Rubén Marcano
rubenmarcano@gmail.com
@rubenmarcanob
Fuente: Aporrea
http://www.aporrea.org/actualidad/a173766.html
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