viernes, 12 de septiembre de 2014

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, CAMBIO INAPLAZABLE

La realidad venezolana está sobre diagnosticada. Quien quiera engañarse es porque le da la gana, bien por convicción, por comodidad o por calculado oportunismo. 

La ruta está trazada desde hace años. El régimen no la abandona, aunque la transita con dosis demasiado elevadas de ineficacia y corrupción. Para nadie puede ser un secreto que la vía del llamado “socialismo del siglo XXI” no es otra cosa que comunismo a la cubana, es decir, del siglo pasado, tratando de adecuarse a las nuevas realidades de hoy. También todos sabemos lo que esto significa en materia de control totalitario del poder y, en consecuencia, de liquidación progresiva de los derechos humanos fundamentales, sobre todo de la libertad integral de los ciudadanos para expresarse, para trabajar, para asociarse, para poder levantar una familia garantizando la seguridad de sus vidas y de sus bienes, techo propio y digno, alimentación, salud y mayores oportunidades para los hijos y nietos.

El régimen actual se traga la flecha de la decencia, de la democracia y del desarrollo. Camina en dirección contraria, sin engañar a nadie. Apela a la represión, a la violencia física o institucional, para ahogar el creciente anhelo de cambio en medio del temor y del miedo. Esto no puede, ni debe, continuar. La nación necesita conducción recia y corajuda que luche no tanto por el cambio circunstancial de algunas políticas disparatadas, sino por el cambio de régimen que abra el panorama hacia un destino superior.

No se trata de un proyecto personalista, ni de algún iluminado contemporáneo. Debemos descartar a todos los mesías potenciales o reales, sin desconocer la fuerza ni la utilidad de los liderazgos reales existentes. Venezuela debe prepararse para una transición encabezada por un grupo de hombres con capacidad para rodearse bien, con poder de convocatoria y mucha credibilidad, requisitos indispensables para una tarea dura pero exitosa.

Ese equipo debe tener ascendiente y total aceptación en las fuerzas armadas, neutralizando enemigos internos y externos y capacidad para restablecer y mantener el orden público sobre la base de la vigencia plena de la Constitución y de las leyes ajustadas a su normativa, descartando las múltiples violaciones directas del gobierno actual y las derivadas del montón de “leyes habilitantes” que la contradicen abiertamente. Igualmente, es indispensable la aceptación internacional. Tener posibilidad de comunicación inmediata con los centros de poder político, económico y financiero del mundo y relaciones adecuadas con países como Colombia, Estados Unidos, España, México y hasta con Cuba, será factor clave en el porvenir inmediato.

Venezuela confrontada contra si misma. Dividida por la siembra de odios y el cultivo de resentimientos. La mayoría de los partidos de gobierno y oposición, representan lo contrario de lo que debe construirse. La idea no es convertir a oprimidos en opresores, sin patria y sin espíritu. Buscamos una gran verdad a la cual servir como norte a una nación libertaria hoy en manos de un estado totalitario.

Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com 
@osalpaz  

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