lunes, 15 de septiembre de 2014

MAXIMILIANO DONAT, CIUDADANIA O MODELADORES DE CONDUCTA

Desde los inicios de la humanidad siempre han existido “lideres” capaces de modelar la conducta de una sociedad para bien o para mal, para provecho propio o colectivo.  El que los hombres se aferren con tanta tenacidad a los dogmas que han inventado o aceptado y el que odien tan apasionadamente a lo que hayan inventado o aceptado otros dogmas, es algo que resulta demasiado fácil explicarse y es que el odio distribuye un dividendo elevado en contenido de excitación  emocional.  Por esta razón los grandes “lideres” modeladores de conducta han sido negativos, marcando la conducta por el odio (Stalin, Hitler, Mussolini, Mao Tse Tung , Fidel, Chavez).





Todos esos “lideres” se envolvieron en el manto de la revolución, pues cuando una sociedad desea cambios la palabra mágica y emotivamente conectora es “revolución”,  esto me lleva a  recordar esta reflexión de Barthélemy de Ligt "Cuanto mayor sea la violencia, tanto menor resultará la revolución.", suficiente como para explicar el alcance de las llamadas ”revoluciones” que han inundado nuestro continente y más localmente nuestros países bolivarianos.

No estoy aquí juzgando los lideres, solo pongo en el tapete el resultado de una “revolución” cuyos hechos son suficientes para entender como Ciudadanos si la “revolución bolivariana”  puede contarse entre esas que sustentadas en el odio y la violencia han dado el cambio social que la sociedad esperaba o simplemente aún se sustenta en la excitación emocional del odio. Para que pueda considerarse que una revolución ha tenido éxito, ella debe significar la  realización de algo nuevo. Pero la violencia y los resultados de la violencia , la  contraviolencia, la suspicacia y el resentimiento por parte de las víctimas, y la creación por parte de los que la perpetran de una tendencia al uso de violencias mayores, son cosas demasiado conocidas y demasiado desesperantemente antirrevolucionarias. Una revolución violenta sólo puede obtener los inevitables resultados de la violencia, que son tan viejos como el mundo;  permítanme más bien plantear el asunto en otra forma, no puede considerarse que una revolución haya tenido éxito, si no nos conduce hacia el progreso.

Históricamente después de una “revolución” conductual, solo la sociedad  ha podido revertir los dogmas y contradogmas  implantados como modelos de conducta de la revolución, y estos cambios indudablemente no provienen de “lideres” mesiánicos sino del Ciudadano Dómine, quien despierta su sabiduría vivencial subyugada por la “revolución conductual” y comienza el camino de retorno al orden social humano, basado en la inteligencia caritativa, cuando a esta inteligencia la vemos desapasionadamente desligada de una “utopía”. Así pues el Ciudadano Dómine es fundamental en el desarrollo de todos los Derechos Ciudadanos.

Maximiliano Donat
maximilianodonat@gmail.com
@maxidonat

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.