La humanidad ha evolucionado, pero hay rezagos en materia político
organizativa, por las trabas que coloca el poder. A estas alturas ya deberíamos
tener niveles de organización comunitaria capaces de autogobernarse. ¿Quién se
puede negar a que el pueblo construya su propio destino? Pues el poder mismo.
En nuestro país, el protagonismo popular ganó el primer round con la
Constitución Nacional, pero el régimen lo noqueó en el segundo asalto. La
participación ciudadana se cercena en la misma proporción en que se hace alarde
de ella.
Doblegados también están los poderes locales, contrario a lo que
ocurre en otros países que han logrado avanzar en su autonomía organizativa y
administrativa, han prosperado luego de haber alcanzado altos niveles de
descentralización. Esa es una de las tareas por lograr, después que dichas
instancias han sido tan golpeadas y más las lideradas por opositores. ¿Cómo
lograrlo si los municipios son gobernados por la inercia y la anarquía y las
alcaldías parecen oficinas de quejas, postradas frente al centralismo? Desde
luego que el poder central se ha ensañado contra los poderes locales, cercando
cada vez más los vestigios de democracia que quedan, es hora que los líderes
municipales incluido sus concejales, se coloquen a la cabeza de las luchas
sociales para enfrentar cuanto problema exista. Se requiere de verdad un
sacudón del poder local.
En Venezuela, el Municipio tuvo su valía en la última fase del
modelo puntofijista, hoy no vale nada, por cuanto se contuvo el orden evolutivo
de la sociedad. Una sociedad con mayor capacidad de autogobierno, que no es
romper con la unidad de nación, crece y se desarrolla rápidamente. La clave
está en la forma de gobernar y en la capacidad organizativa de los ciudadanos.
Pero, las alcaldías funcionan contrarias a derecho, cerradas como una compañía
anónima, no cumplen con la Ley del Poder Público Municipal, no son los
gobiernos más cercanos a la gente y abiertos a la participación popular, tal
como está plasmado en la Constitución Nacional, entonces se requiere una
rebelión ciudadana, para exigir su participación en el ejercicio del poder
local.
En las pasadas elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013,
Vanguardia Popular, quien suscribe como candidato a la Alcaldía de Maracaibo y
los candidatos a concejales, presentamos una propuesta programática, que si
bien no era la panacea para resolver todos los problemas del Municipio,
señalaban el camino para su solución. Propuesta que tiene pertinencia en
cualquier municipio del país, más cuando los problemas se han agravado.
Dijimos que sin diálogo social, sin participación ciudadana y
mientras un grupito se considere dueño de los destinos de un Municipio, los
problemas perduran. La solución radica en construir el gobierno de los vecinos,
a través de un esfuerzo por democratizar y descentralizar cada instancia, por
promover la organización y participación popular y por una gerencia
transparente e inclusiva, que respete al ciudadano, ajustada a derecho y
promotora de su protagonismo.
Golfredo Davila
golfredodavila@yahoo.es
@golfredodavila
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