El cogobierno que preside el heredero de
Chávez tiene un gabinete en el que no
hay ni un economista y son militares la tercera parte de sus ministros. No es
extraño que nos estén llevando al desastre.
Desde el mes de junio el gobierno venía
anunciando que tomaría medidas para enfrentar la crisis que vive el país. El
martes 2 de este mes, Maduro se burló de los venezolanos cuando, en cadena de
radio y TV, informó de un reajuste burocrático ministerial en el que se
reparten cuotas de poder político entre las diversas facciones oficialistas,
pero omitió irresponsablemente las rectificaciones de políticas económicas que
lucen inevitables.
Al régimen parece que nada le importa que
haya cuatro tipos de cambio del bolívar, que tengamos la inflación más alta del
mundo, que la escasez y el desabastecimiento reinen en los anaqueles
comerciales, que haya un elevado déficit fiscal, que la economía haya caído
cuatro puntos en el primer semestre y avance rápidamente hacia le recesión, que
el BCV financie monetariamente a PDVSA y otras empresas públicas y se desborde
la masa de dinero circulante, que la bonanza petrolera no alcance para que haya
divisas suficientes para las importaciones de bienes y servicios que no se
producen internamente, y que la deuda comercial acumulada de diversos sectores
de la economía nacional con proveedores extranjeros haya provocado que éstos
cierren el crédito.
¿ Cuáles soluciones a esos problemas
presentó Maduro ? Ni una sola. Hasta dijo que le daba “risa” que las agencias
noticiosas AP y Reuters informaran que él estaba preparando “un conjunto de
medidas económicas” y que “se quedarán esperando por eso”. Pero también se rió
de todos nosotros.
En lo que resta de año hay que pagar, vía
deuda financiera, 6.866 millones de dólares, según el economista José Guerra,
quien, además, estima que tenemos una deuda pública total aproximada de 230.000
millones de dólares, incluyendo la de PSVSA. De esto tampoco habló quien, por
regalo del CNE, ocupa la presidencia de la república. Se anda buscando
préstamos por todas partes y se emitirán bonos para proporcionar recursos a fin
de cancelar los compromisos que tienen vencimiento inminente. Por poner
caprichos ideológicos y la intocabilidad al legado de Chávez por encima de la
racionalidad económica, no se recurrirá al FMI que exigiría condiciones y daría
créditos a un 4% de interés anual, prefiriendo recurrir a la banca
internacional que, dada la percepción de
riesgo actual del país, impondría que los bonos emitidos por el Gobierno o por
PDVSA se coloquen a una tasa aproximada
de interés anual del 12%, lo que haría más oneroso el cumplimiento de los pagos
pendientes.
¿ Informó algo Maduro sobre esos otros
problemas ? Nada, ni una palabra.
El cogobierno que preside el heredero de
Chávez tiene un gabinete en el que no
hay ni un economista y son militares la tercera parte de sus ministros. No es
extraño que nos estén llevando al desastre.
La perorata de Maduro, que repite lo que le
dicen porque él ignora todo, puso una lápida sobre los ajustes de política económica que proponía el defenestrado Rafael Ramírez.
La crisis continúa y se agravará.
Carlos
Canache Mata
canachemata@gmail.com
@CarlosCanacheMa
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